De ninguna manera puedes hacer caso omiso de tu misterio ni de tu grandeza. De ninguna manera puedes dejar de ser - al final del día, ésto no tiene ni principio ni fin - lo Mejor y lo Grandioso, el Uno y lo Único.
No me creas, mejor comprueba esto que te digo: Que todas las cosas, no importa cuáles sean, cuando se observan conscientemente desde su Origen, se impregnan de su propio perfume y encienden su propio resplandor.
Aquí está el único lugar, el lugar donde eres real y no una forma, y el cual está claramente libre de egotismo o cualquier otra cosa; en una palabra, libre.
Cuánto más difícil es soportar nuestro propio esplendor que nuestra propia miseria.
Hay gloria. Siempre. Para encontrarla, sólo sé AHÍ, en el lugar de donde proviene.