Las siete maravillas

Cuento zen con moraleja

El hombre ha sido muy listo para crear falsos valores, parecen auténticos, pero no te requieren en tu totalidad, se trata de los valores superficiales.

Imagen del cuento: Las siete maravillas

Cuento zen sobre los valores

El maestro pide a los alumnos que compongan una lista de las siete maravillas del mundo. Más tarde pidió que lean su lista. A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente:

1. Las Pirámides de Egipto.
2. El Taj Mahal en India.
3. Machu Picchu en Perú.
4. Torre Eiffel en Francia.
5. El Coliseo de Roma.
6. La Gran Muralla en China.

El maestro buscaba consenso para la séptima maravilla cuando notó que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista, así que le preguntó si tenía problemas para hacer su elección.

La muchacha tímidamente respondió:

– Sí; un poco. No podía decidirme, pues son tantas las maravillas.

El maestro le dijo:

– Dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte.

La muchacha titubeó un poco y finalmente leyó:

– Creo que las siete maravillas del Mundo son:

1. Ser paciente y vivir cada momento.
2. Aceptarte tal como eres.
3. Hacer las cosas tan bien como sabes.
4. Confiar en ti mismo y en la vida.
5. Aceptar la vida como viene.
6. No juzgar ni juzgarte.
7. Ser amorosa y estar abierta a la vida.

Después de leído esto, el salón quedó en absoluto silencio.

MORALEJA

El hombre ha sido muy listo para crear falsos valores, parecen auténticos, pero no te requieren en tu totalidad, se trata de los valores superficiales.

Sencillamente, los valores internos no forman parte de las capacidades mentales. Entonces te sientes desgarrado entre tu naturaleza, que es tu corazón, y los valores externos que te han inculcado en la cabeza. Y ciertamente has nacido -todo el mundo nace- con estos dos centros. Ahí reside la dificultad.

Por eso el mundo entero es miserable. Cada persona quiere ser amada, cada persona quiere amar; pero la mente es una barrera tal que no te permite amar ni ser amado. En ambos casos la mente se interpone y comienza a distorsionarlo todo, a darle valor a lo externo y superficial. Y si por casualidad te encuentras con una persona a la que amas y la persona te ama a ti, vuestras mentes serán incompatibles. Han sido formadas por sistemas distintos, costumbres diferentes y hasta sociedades y religiones distintas.

Este proceso de condicionamiento debería cambiar completamente. La mente debe ser entrenada para servir a lo interior. La lógica debe servir al amor y a los verdaderos valores que hay en tu corazón. Y entonces la vida se puede convertir en un festival de luz.