La meditación y la falta de tiempo

Cuento zen con moraleja

La práctica de la meditación es algo muy simple, precisamente debido a su sencillez puede parecer difícil y quizá no la practiques por falta de tiempo.

Imagen del cuento: La meditación y la falta de tiempo

Cuento zen sobre la meditación

Cuando el Maestro invitó al Gobernador a practicar la meditación, y este le dijo que estaba muy ocupado, la respuesta del Maestro fue: Me recuerdas a un hombre que caminaba por la jungla con los ojos vendados y que estaba demasiado ocupado para quitarse la venda.

Cuando el Gobernador alegó su falta de tiempo, el Maestro le dijo: Es un error creer que la meditación no puede practicarse por falta de tiempo. El verdadero motivo es la agitación de la mente.

MORALEJA

La práctica de la meditación es algo muy simple, precisamente debido a su sencillez puede parecer difícil y quizá no la practiques por falta de tiempo. La mente es muy acelerada y está acostumbrada nuestro día tratar con problemas difíciles y ha olvidado por completo cómo responder a las cosas simples de la vida. Cuanto más fácil y simple es una cosa, más difícil le parece a la mente porque, la mente es muy eficiente resolviendo cosas complicadas.

Nuestra mente ha sido entrenada para resolver temas complicados, en medio de su aceleré no parece saber cómo tratar con algo tan sencillo como la meditación. Para aquietar tu mente has este ejercicio de respiración que es muy sencillo, consiste en observar tu respiración, como entra y como sale. Este método es tan sencillo que podríamos que decir que eso es todo lo que se necesita para una meditación.

La técnica completa se debe de llevar a cabo sentado y en silencio, observando tu respiración, como entra y cómo sale. Si pones tu atención cuando inhalas te darás cuenta de que la respiración la puedes sentir en tus fosas nasales, por un instante observa.

Cuando exhalas los vuelves a sentir en la punta de la nariz no es que tengas que concentrarte en la punta de la nariz solamente has de permanecer en alerta consciente. Si te equivocas simplemente vuelve al principio. Es un ejercicio muy sencillo, pero te perderás una y otra vez, pero debes persistir y realizar el ejercicio hasta volver a la atención plena.

Vivimos en un plano mental; estamos presentes allí donde reina el desorden, donde se producen las agitaciones. No queremos apartarnos de allí, pero queremos llevar allí la paz. Allí no puede haber paz. Debes tener la bondad de apartarte: eso es todo.

En cuanto te apartes, la agitación cesará. La meditación no es una técnica que sirva para llevar la paz a tu mente; es, más bien, una técnica para apartarte de la mente. La meditación es un medio para huir, para alejarse de las olas de la confusión.