Jesús y Miguel Ángel
Cuento zen con moraleja
Comprender es algo profundo. Si comprendes, te haces tú un Cristo. Si comprendes, no te haces cristiano. Si comprendes, te conviertes en el mismo Cristo.
Cuento zen sobre convertirse en el mismo Cristo
Miguel Ángel solía decir:
Una vez pase junto a un bloque de mármol y Jesús me llamó. Se hallaba escondido en ese bloque de mármol, dijo: ¡Miguel Ángel, ven y sácame! Yo Jesús, solo he hecho un trabajo en negativo.
MORALEJA
El buscador es lo buscado. Es solo que hay varias cosas innecesarias apremiándote. La búsqueda es negativa, deshazte de ellas y descúbrete a ti mismo en toda tu gloria.
Maestros, millones de maestros, han estado en la tierra. Todos han enseñado lo mismo. No pueden hacer otra cosa. La verdad es una; las descripciones, muchas. La verdad es una, han hablado de ella. Si tratas de comprender, podrás distinguir las huellas. Pero en vez de comprender, intentas seguir, y ahí yerras.
Seguir no es comprender. Comprender es algo muy, muy profundo. Cuando comprendes, te haces tú mismo un Cristo. Cuando comprendes, no te haces cristiano. Cuando comprendes, te conviertes en el mismo Cristo. Seguir te hará ser un cristiano. Comprender te hará ser un Cristo, y la diferencia es tremenda. Seguir significa: Ahora, simplemente, seguiré ciegamente. Ahora ya no se trata de mi propia decisión. Ahora iré donde tú vayas. Comprender es: Escucharé lo que digas y meditaré. Y si surge mi comprensión y concuerda con tu comprensión, entonces seguiré mi comprensión.
Los maestros son útiles, muestran el camino. No te aferres a ellos. Seguir es aferrarse, es producto del miedo, no de la comprensión.
Una vez que te vuelves un seguidor, estás perdiendo la pista. Una vez que te vuelves un seguidor, una cosa es cierta: que ya no estás investigando. Te puedes hacer teísta y puedes decir: Dios es, yo creo en Dios. Te puedes hacer ateo y puedes decir no creo en Dios. Soy ateo. Pero en ambos casos te has unido a una iglesia. Te has unido a una doctrina, a un dogma. Te has unido a una turba, a una muchedumbre.
La búsqueda es individual, llena de peligros. Uno tiene que ir solo. Pero esa es su belleza. En profunda soledad, solo en una profunda soledad en la que ni siquiera está presente un pensamiento, Dios entra en ti, o se revela a ti. En profunda soledad, la inteligencia se convierte en una llama, brillante. En profunda soledad, el silencio y el gozo te rodean. En profunda soledad se abren los ojos, se abre tu ser. La búsqueda es individual.
Así que durante todo el camino debes hacerte capaz de estar solo. Debes ayudarte a abandonar el miedo, ayudarte a volverte decidido. Confía en la vida, no hay necesidad de ninguna otra confianza. Confía en la vida y te llevará espontánea y naturalmente a lo supremo, a la verdad, a Dios, o como tú quieras llamarlo.
El río de la vida está fluyendo hacia el océano. Si confías, fluyes en el río. Ya estás en el río, pero te estás aferrando a algunas rocas muertas de la orilla. O estás intentando luchar contra la corriente. Aferrarse a escrituras, aferrarse a dogmas, doctrinas, significa no permitir que el río te lleve con él. Abandona todas las doctrinas, todos los dogmas, todas las escrituras. La vida es la única escritura, la única biblia. Confía en ella y deja que te lleve al océano, a lo supremo.