El eco de la existencia

Cuento zen con moraleja

La vida es un espejo, refleja tu rostro. Sé amistoso, y la vida reflejará amistad. Entiende que si eres amable con un árbol, el árbol es amable contigo.

Imagen del cuento: El eco de la existencia

Cuento zen sobre la existencia

La Existencia es paradójica; la paradoja es su misma esencia. Existe a través de los opuestos, es un equilibrio de los opuestos. Y uno que aprende a equilibrarse se vuelve capaz de conocer lo que es la vida, lo que es la Existencia, lo que es Dios. La clave secreta es equilibrarse.

Hay un momento, una estación para decir no, y hay un momento para aprender a dejar ir los negativos innecesarios. De otra forma nunca alcanzarás la unidad con lo divino. Entiende solo de qué se trata. Lo negativo te ayuda a separarte de la existencia, pero luego llega un día en que tienes que aprender a decir sí a Dios, sí a la existencia. Si no, permanecerás siempre separado, y la separación produce sufrimiento, crea una especie de conflicto con la vida, una lucha. La vida se convierte en una guerra. Y la vida no debería ser una guerra, debería ser una alegría relajada.

Cuenta un relato que un niño y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se aporrea y grita, ay. Para su sorpresa oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña, ay. Con curiosidad el niño grita; ¿Quién está ahí?, y recibe de respuesta; ¿Quién está ahí? Enojado con la respuesta, el niño grita, cobarde. Y recibe como respuesta, cobarde.

El niño mira a su padre y le pregunta: ¿Qué sucede? El padre sonríe diciéndole, hijo mío, presta atención. Entonces el padre grita a la montaña, te admiro. Y la voz responde, te admiro. De nuevo, el hombre grita, eres un campeón. Y la voz le responde, eres un campeón. Y así el niño asombrado, entendió que la existencia devuelve lo que se le da.

MORALEJA

La gente lo llama eco, pero en realidad es la existencia. Te devuelve todo lo que dices o haces. Nuestra existencia es un reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor. Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean. Si quieres una sonrisa en el alma, da una sonrisa al alma de los que conoces. Tu existencia no es una coincidencia, es un reflejo de ti. Revisa lo que estás dando.

A toda esta existencia se le debe dar sin medida. Y si le puedes dar a la existencia, la existencia te dará multiplicado por mil. Te lo devuelve en la misma moneda pero multiplicada. Si le tiras piedras a la existencia, recibirás muchas más piedras. Si le tiras flores, volverán flores. Te hace eco.

La vida es un espejo, refleja tu rostro. Sé amistoso, y todo en la vida reflejará amistad. Todo el mundo sabe que si eres cariñoso con un perro, hasta este se vuelve tu amigo, así que sé amistoso. Algunas personas han descubierto que si eres amable con un árbol, el árbol se vuelve amable contigo. Toda la existencia es sensible. La existencia es Dios. Sé amistoso, y no te preocupes si alguien lo es contigo o no, no es una cuestión de negocios. Porque preocuparse y perderse de un reino tan grande.