El comportamiento
Cuento zen con moraleja
No te vuelves bueno queriendo ser bueno, sino por la búsqueda de la bondad que ya está en ti, y si esto sucede sabrás comportarte contigo y con los demás.
Cuento zen sobre el comportamiento
Preguntaba el sabio sufí una samaritana: ¿No le gusta el té?
¡Me gusta mucho! Repuso azorada. Está delicioso.
Entonces no le gusta el oasis. Tal vez sea un lugar demasiado pequeño para una señora de ciudad.
Al contrario, me parece una maravilla.
¿Por qué frunce el ceño, entonces?
Convencida de que se hallaba ante el sabio sufí, la samaritana le confesó las inquietudes que la habían tenido desvelada desde que había empezado a viajar por esas tierras. El anciano escuchó atentamente. Luego habló:
Le voy a contar lo que Nasrudín, un verdadero sabio, explicaba a sus discípulos cuando estos le preguntaban cómo debían comportarse con los demás.
¿Qué les decía?
Tres cosas, empezó el anciano: Bueno es aquel que trata a los otros como le gustaría ser tratado. Generoso es quien trata a los demás mejor de lo que espera ser tratado. Y sabio es quien sabe cómo él y los otros deben ser tratados, de qué modo y hasta qué punto.
Entonces murmuró la samaritana confusa, ¿Qué es mejor: ser bueno, generoso o sabio?
Sin duda, lo último. Si eres sabio, no tienes que estar obsesionado con ser bueno o generoso, pues te limitarás a hacer en cada momento y con cada persona lo que sea necesario, sin olvidarte de ti mismo.
MORALEJA
Tú no te vuelves bueno tratando de ser bueno, sino por la búsqueda de la bondad que ya está dentro de ti, y permitiendo que la bondad emerja y cuando esto suceda sabrás comportarte contigo mismo y con los demás.
Las enseñanzas del Zen te llevan a no pretender nada, ni ser bueno, fuerte, dócil, ni rebelde, tampoco contradictorio ni coherente. Simplemente, ser. Porque aquel que se ocupa demasiado en hacer el bien, no tiene tiempo de ser bueno. Tal vez será bueno, pero no un bueno auténtico.
Por naturaleza, todos estamos interesados en nosotros mismos. Si utilizamos ese interés para ir al fondo de nosotros mismos, encontraremos el lugar donde reside nuestro ser auténtico, y entonces se nos revelará el secreto de la felicidad y estarás en el camino del verdadero comportamiento con los demás.