El ángel observador
Cuento zen con moraleja
La observación es sólo la semilla, es el método para alcanzar la no-mente. Naturalmente, sentirás que la observación es más fácil; está más cerca de ti.
Cuento zen sobre la observación
Dice una antigua leyenda que, cuando Dios estaba creando el mundo, se le acercaron cuatro ángeles, y uno de ellos le preguntó: ¿qué estás haciendo?; el segundo le preguntó: ¿por qué lo haces?; el tercero: ¿puedo ayudarte?; y el cuarto: ¿cuánto vale todo eso?
El primero era un científico; el segundo, un filósofo; el tercero, un altruista; el cuarto, un agente inmobiliario.
Un quinto ángel se dedicaba a observar y a aplaudir con entusiasmo. Era un místico.
MORALEJA
Para un místico la meditación abarca un gran peregrinaje. La meditación es observación, es el principio de la meditación. Meditación es no-mente, es la conclusión del peregrinaje. La observación es el principio, la no-mente es la culminación. La observación es el método para alcanzar la no-mente. Naturalmente, sentirás que la observación es más fácil; está más cerca de ti.
Pero la observación es sólo la semilla, luego viene un largo período de espera. No sólo de espera, también de confianza, en que la semilla va a germinar, se va a convertir en un arbusto; un día llegará la primavera y el arbusto florecerá. No-mente es la última etapa del florecimiento.
Sembrar la semilla por supuesto que es muy fácil; está en tu mano. Pero traer las flores está más allá de ti. Puedes abandonar la tierra, pero las flores vendrán por sí solas; no puedes hacer nada para forzarlas a venir. La primavera está más allá de tu alcance; pero si la preparación es perfecta, la primavera llega; eso está totalmente garantizado.
La observación es el camino y tú estás empezando de vez en cuando a sentir momentos sin pensamientos. Esos son instantes de no-mente; pero solamente duran un momento.
Recuerda una ley fundamental: lo que puede existir por un solo momento también se puede volver eterno. No se te dan dos momentos juntos, es siempre sólo un momento. Y si puedes transformar un momento en un estado sin pensamientos, estás aprendiendo el secreto. Entonces no hay obstáculos, no hay razón por la que no puedas cambiar el siguiente momento, el cual también vendrá sólo, con el mismo potencial, con la misma capacidad.
Si conoces el secreto, tienes la llave maestra que puede abrir cada momento a un estado de no-mente. No-mente es la etapa final, donde la mente desaparece para siempre y ese espacio sin pensamientos se convierte en tu realidad intrínseca. Si estos espacios llegan, te muestran que estás en el camino correcto y usando el método adecuado.
Pero no seas impaciente. La existencia necesita de una inmensa paciencia. Los supremos misterios se abren sólo para aquellos que tienen una inmensa paciencia.