En la conciencia unitiva no hay pensador, ni actor; en lo creativo, nadie actúa, todo se hace sin la injerencia de un yo, «se hace», es un acto total.
Cuando no hay nada que alcanzar, cuando no hay ningún camino para estar quietos; ser la quietud es el camino. Permanece como un admirador silencioso.
En realidad es la conciencia la que ilumina los objetos. Si el objeto desaparece no tenemos ya más conciencia de él pero la Conciencia Pura permanece.