La iluminación espiritual

Alabanza a Dios

POR: JEBUNA

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La libertad natural

Lo que recuerdo con nostalgia en esta isla solitaria son mis Padres. Lamentablemente, murieron cuando apenas tenía 7 años, eran sordos y mudos, debían comunicarse con señales lo que por lógica parecía una desventaja para educarme se convirtió en el mejor regalo para la existencia, estaba a punto de tener a DIOS en plenitud. Hoy tengo 33 años, he desarrollado un lenguaje simple gracias a un pequeño libro con un alfabeto y unas imágenes con palabras, suficiente para contarles mi experiencia.

Mi vida ha sido bella, sin las palabras me dediqué a la contemplación y a la observación, prácticamente el entorno fue el Maestro, aprendí todo lo esencial para sobrevivir. No tenía que estar rezando, disfrutaba la existencia, bailaba, reía, dormía… estaba ganado, todo el goce me lo daba la naturaleza y gratis, disfrute con libertad natural. No había nada que esclavizara, no había templos lúgubres, obscuros y fríos. El hogar está en las montañas, en el bosque, el río, el lago, la playa. Ahí es en donde vivo y ahí expreso el amor.

No hay lamentos por nada, en este mundo no existe el pecado ni religiones que hagan sentir miserable, ni libros que digan cómo actuar, disfruto a diario los amaneceres, la lluvia, el canto de los pájaros. Acá hay un Dios como el que todos debiéramos tener. Un Dios que todo lo da y que en el fondo del corazón sé que debo cuidar todo lo que él da, hay armonía.

No tengo miedo de ningún tipo ni amenazas de un infierno, nadie me juzga, nadie me critica, Dios no me molesta ni me castiga, él solo sabe darme amor a través de la naturaleza. Él me moldeo a su imagen y semejanza, tengo sentimientos, pasiones, necesidades, vivo en él y para él, porque razón me quemara en un infierno por el resto de la eternidad, qué injusticia un Dios que condena a sus hijos a la llama eterna.

Acá no hay leyes, sacramentos, religiones o mandamientos, nadie me manipula, la única ley es no producir ningún tipo de sufrimiento, eso lo aprendí a las bondades que me rodean. Siempre alerta, despierto y con conciencia observo toda la naturaleza tratando de no lastimarla. No busco un paraíso o un premio y mucho menos una aprobación de alguien porque tengo lo más grande de la existencia El aquí y el ahora que en síntesis es Dios vivo.

Ya todo está listo, servido en bandeja, El aquí y el ahora, Dios vivo, por consiguiente, no debo creer en Dios, debo simplemente sentirlo, vivirlo y acogerlo. Libertad, Verdad y Vida palpitan a cada instante expresando el amor de Dios de forma pura y sagrada. Nunca me tomo la molestia de alabar a Dios porque sé que él no espera eso, simplemente respeto su amor, la esencia divina: LIBERTAD, VERDAD Y VIDA, esa es mi alabanza.


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