Ecología para veganos

Matar, más concluyentemente, asesinar animales para proveerse de las proteínas necesarias para la supervivencia, se puede y se debe evitar totalmente.

MAURICIO AMAYA

EL COMPROMISO POR LA VIDA

El más preciado don del ser humano.

INTRODUCCIÓN

Declarado lego en la materia, y por tanto, sin pretender abarcar del todo el enorme contenido espiritual que existe alrededor de su cultura ejemplar, dicen los veganos, sin no merecida autoridad, que son, por condición, humanos respetuosos de la naturaleza, en esencia, del más preciado de sus dones: la vida.

Matar, más concluyentemente, asesinar animales para proveerse de las proteínas necesarias para la supervivencia, se puede, se debe, se tiene que evitar, más cuando la naturaleza nos ofrece otras alternativas que nos permiten llevar una vida sana, un organismo adecuadamente equilibrado para responder ante los retos que la vida nos exige. Más aún, imbuidos de un enriquecimiento espiritual que no se lograría con la contaminación de asimilar cadáveres que, para adquirirlos, deben ir precedidos del mismo hecho de recurrir a la violencia máxima, recurren a prácticas de consumo esencialmente ecologistas respetando el equilibrio de la madre tierra.

Hecha esta breve introducción, que es tan solo una visión incompleta realizada desde la orilla del carnívoro sobre el enorme contenido de tan admirable cultura, me permito aportar algunos ingredientes que aplican a aquellos que buscan el equilibrio de la naturaleza. La propuesta a los veganos y, por ende, a las inmensas mayorías, es dar un paso adelante en su compromiso de proteger la naturaleza, es decir, la existencia.

DEL CICLO DE LA NATURALEZA

Nos dicen que Colombia, desde donde me expreso, es un país inmensamente privilegiado por la naturaleza. De hecho, somos primeros, segundos o terceros en aguas, en especies forestales, insectos, orquídeas, vertebrados, aves, especies vegetales por área…. en fin, si alguien cree en el Edén, aquí puede ser encontrado.

Pero, igualmente somos líderes en contaminar y desperdiciar el agua, matar especies, deforestar: creo, necesitamos un reacción contundente en nuestro país e, indudablemente, a nivel mundial.

Veamos el ciclo: la tierra, el aire, el agua, el sol, crean las condiciones para que se produzca la proteína básica que es asimilada por las especies vegetarianas que, a su vez, sirven de alimento a las especies carnívoras que las asimilan que, junto con los deshechos de las vegetarianas y los procesos de transformación de los plantas, nutren nuevamente la tierra para convertir éstos en un ciclo interminable y enriquecedor…… hasta que aparece la acción del hombre (acción entrópica).

Alguna vez, muy joven, mi padre me invitó a una conferencia en la Universidad Industrial de Santander, UIS. Trataba sobre los dinosaurios. Una vez terminada la presentación, un asistente le preguntó un poco maliciosamente que, esos animales tan grandes, que tenían un cerebro desproporcionadamente pequeño, ¿no eran muy brutos?. El conferencista le contestó que esos animalotes tan grandototes de cerebro tan re chiquito habían dominado el planeta durante 200 y más millones de años y que durante todo ese tiempo el planeta había evolucionado en forma muy positiva mientras el hombre, quizás con tan solo 10.000 años de dominación, había acabado con el planeta. Concluyó: ¿Será que el hombre es tan inteligente como nos creemos?.

Sí, intervino el ser humano, que de homo sapiens pasamos a homo brutus o siempre hemos sido así. Talamos o quemamos los bosques. Multiplicamos las emisiones de gases de efecto invernadero y acabamos con la naturaleza que lo transformaba. Extrajimos petróleo, minerales, carbón, venenos de la naturaleza…. Para completar, cumplimos el mandato de Dios: nos multiplicamos al infinito, construyendo moles que invaden los espacios naturales, acabando con el ciclo de la vida.

NO MATAR NO ES SOLO NO MATAR

Es tan fácil la secuencia lineal de los procesos: yo no mato si no le entierro un cuchillo a otro ser para quitarle la vida.

Dentro del pensamiento complejo (holístico), las cosas no son tan sencillas ni tan fáciles de asumir. Sucede que todo está relacionado y que, consecuentemente, evitar el consumo para no permitir la acción violenta, no solo no es insuficiente sino que, desde el punto de vista de lo que se pretende, insignificativo.

Repacemos el ciclo en que mencionamos los 4 elementos fundamentales de la naturaleza: Tierra, aire, fuego (sol) y agua, siempre interrelacionados, en el sistémico proceso del equilibrio. Miremos con más cuidado sus relaciones y los impactos que sobre ellos causamos y sus consecuencias sobre la vida.

A - Tierra, incluye la vegetación

  • Quizás el peor impacto que aplicamos sobre ella es la deforestación, al quitar el manto verde que la cubre y la protege con sus consecuencias apocalípticas que hoy vivimos.
  • Como anécdota, defendiendo mi actitud frente a la vida siendo carnívoro, alguna vez hablando con uno cercano a los que les dirijo la palabra, me decía que no era suficiente el haber desarrollado un inmenso esfuerzo de reforestación urbana, comercial y de protección de bosques naturales. Me decía que eso no era suficiente si no respetaba la vida.
  • Somos ingeniosos para acabar con la tierra: la contaminamos con la enorme cantidad de elementos tóxicos y basura que le regalamos, con las quemas naturales o entrópicas, con la minería, el desarrollo de los procesos agrícolas, ganaderos, urbanos y con el vertimiento de aguas contaminadas, en su mayoría, por detritos humanos.

B - Aire

  • El mayor impacto es el denominado cambio climático, definido en términos de emisiones de CO2. El gas, invisible, incoloro, insonoro, sinsabor, indoloro, inholoro, crea una cubierta alrededor de la tierra, impidiendo que el calor salga hacia el espacio exterior creando el efecto invernadero, ahora irreversible y con impactos igualmente apocalípticos.
  • La capa de ozono, O3, rodea igualmente al planeta evitando que los rayos UV que emite el sol penetren en la tierra. Son ellos causante de cáncer de piel, su manifestación más inmediata, pero también afectan la vida de animales y plantas acabando anualmente con miles de especies. Creando, además, por acumulación de tóxicos en el aire las llamadas lluvias ácidas.

C - Fuego, calor

  • Ya hablamos de acumulación de CO2, destrucción de capa de ozono, de quemas y procesos industriales que nos crea un ambiente que destruye la vida.

D - El agua

  • Sin aire, morimos en menos de 3 minutos. Sin agua, quizás duremos algunos días en un proceso doloroso hacia la muerte. Sin ella, no es posible la vida. Dicen que las guerras del siglo XXI serán por el agua y estoy seguro que tienen razón.
  • Igual intercambio con resultados pírricos al argumentarle al amigo que tuve y aproveché la oportunidad que me dio la vida al construir una planta de tratamiento de aguas residuales, quizás la más grande desarrollada en ese entonces y lograr devolver a sus condiciones de vida un río y decenas de quebradas urbanas.
  • No me extiendo sobre la forma como nos tiramos nuestras fuentes de agua ya que de la mayoría son conocidas nuestras prácticas absurdas: contaminamos, destruimos, sin piedad, sin ninguna contemplación. Nuestros antepasados del cretáceo tienen muchas cosas que enseñarnos.

E - La vida

  • Hablaba de la concepción holística para entender e interpretar los fenómenos de la naturaleza. Cuando se destruye un bosque, no solo se tumban unos árboles. Se mata la tierra, se mata el río, se asesinan miles de especies de aves, de peces, de mamíferos, de insectos, crustáceos, especies vegetales potencial y realmente destinadas a la alimentación y a la cura de enfermedades. Cuando se contamina un río, no solo se frustra la oportunidad para aprovecharla para consumo humano; se asesinan las especies de peces, de aves, de miles de animales que de él viven. Cuando producimos y emitimos gases tóxicos, contribuimos a destruir la capa de ozono, a crear el efecto invernadero, a las lluvias ácidas destruyendo ríos, tierras, aire para respirar y con ello, destruimos el hábitat y asesinamos la vida de miles de especies animales y vegetales que viven de las condiciones que les hemos cambiado.
  • Sí, no estamos clavando un cuchillo para vedar una vida. Estallamos bombas asesinas con nuestra ignorancia, irresponsabilidad o indiferencia. Los enemigos no son los carnívoros, en especial aquellos que en muchos de sus actos defienden y desarrollan acciones en defensa de la vida. Somos nosotros mismos.

ANTE UN PLANETA HACIA EL APOCALIPSIS

¿Falta beligerancia?, ¿Podremos acabar con el proceso?

No buscamos hacer mártires sino seres humanos comprometidos. Es inaplazable la alternativa porque el planeta no da espera. La actitud debe motivar acción y la medida de lo raro que más nos vean, deben ser el termómetro de nuestro compromiso. Paradójica e irremediablemente, el odio con que nos evalúen es la medida de nuestro amor por la vida.

No es sino recordar a los primeros y verdaderos cristianos que terminaban en el circo devorados por carnívoros en razón a sus creencias. Es que el mismo Cristo sacó a latigazos a los mercaderes que profanaban con sus prácticas su testimonio y enseñanzas y no daba tregua a los que atentaban en contra del buen proceder. Gandhi era tremendamente agresivo con su pregón de no violencia buscando liberar naciones y almas. Paz Verde no es tan agresivo dadas las circunstancias.

Pero ni somos Cristo, ni Gandhi, ni pertenecemos a Paz Verde. Pero sí pertenecemos al bando contrario de ellos en la medida en que nos conformemos con no hacer nada. Hace unos días me faltó la valentía que ahora pregono cuando no protesté o evité que se talaran decenas de árboles que a mi alrededor existían en fincas vecinas. Las ardillitas desaparecieron a pesar de que el árbol de aguacate sigue dando frutos. No he vuelto a ver al armadillo ni al erizo. Mi tristeza de ahora no se compadece con mi cobardía porque, a lo mejor, ellos ya no están vivos. Lo cierto es que no volverán.

Me dirigí a los veganos porque son los más adelantados. De aquí, para abajo, somos más alejados de la posibilidad de la iluminación. Pero, como explico, eso no es suficiente para salvar el planeta, o al menos, nuestra especie y millones más. El Apocalipsis no solo lo estamos viviendo, sintiendo, sino creando.