La racionalización de la mente
Cuento zen con moraleja
Cuidado con las trampas de la mente. Y cuanto más alerta estés, más capaz serás de vivir el momento, en el acto, completamente. Esto es un trabajo difícil.
Cuento zen sobre la racionalización de la mente
Y la mente es muy astuta. Puede racionalizarlo todo.
Me han contado que...
Refugiado con su mujer en una apartada buhardilla de Berlín, para protegerse de los nazis, Berger decidió un día salir a tomar el aire. Mientras caminaba se encontró frente a frente con Hitler. El líder alemán sacó una pistola y señaló un montón de excrementos de caballo que había en la calle.
¡A ver, judío! Gritó. ¡Cómete eso o te mato!
Temblando, Berger hizo lo que le había ordenado. Hitler se echó a reír de tal manera que se le cayó el arma. Berger la recogió y dijo:
¡Ahora, o te lo comes tú o disparo!
El führer se puso a cuatro patas y empezó a comer. Mientras realizaba esta tarea, Berger se escapó, se internó en un callejón, saltó una valla y subió a todo correr a la buhardilla. Cerró la puerta de un golpe y echó el cerrojo.
¡Hilda, Hilda! Le gritó a su mujer. ¿A que no sabes con quién he comido hoy?
MORALEJA
La mente racionaliza continuamente incluso si comes excrementos de caballo puede convertirlos en una comida como es debido y en un... ¡Hilda, Hilda! ¿A que no sabes con quién he comido hoy?
Cuidado con las trampas de la mente. Y cuanto más alerta estés, más capaz serás de vivir en el momento, en el acto, completamente. No existe motivación alguna: lo haces porque te gusta, y por eso digo que es el trabajo más difícil.
Salir de la mente es el trabajo más difícil, pero no se trata de esfuerzo, sino de conciencia; no se trata de esfuerzo, sino de un intenso estado de alerta.