Sanar con la fuerza del amor de tus manos - Sanación
El poder está en ti, tú puedes sanar con la fuerza del amor de tus manos. Es el secreto del empleo de las manos para sanar, un acto creador por excelencia.
JORGE CARVAJAL POSADA
LA FUERZA SANADORA DEL AMOR
Descubrir la fuerza sanadora del amor en tus manos.
En la medida en que fuimos ascendiendo en la postura vertical, que desafió la gravedad, el movimiento de las manos se fue liberando, hasta convertirse en el embrión del lenguaje humano. El área motora del lenguaje y la del movimiento de las manos no solo son vecinas sino que están íntimamente conectadas en nuestro cerebro.
Cuando el hombre haya descubierto para la creación las fuerzas del amor, habrá descubierto por segunda vez el fuego. Teilhard de Chardín
- Manos sanadoras
- Sanar desde tu amor
- Sanando el pasado
- Sanando el miedo
MANOS SANADORAS
Con nuestras manos podemos recorrer todos los espacios conquistados en el ascenso, conectando el mundo de abajo, el mundo de arriba, el mundo externo y el mundo interno. Y cuando experimentamos un sentimiento genuino de amor sanador todos esos mundos se unifican en nuestro propio centro. Es como si en la misteriosa singularidad del corazón pudiéramos acceder al potencial del universo. Cuando las manos se conectan al amor y la inteligencia, surge esa prodigiosa unión que se da en el acto creador. Es el secreto del empleo de las manos para sanar, un acto creador por excelencia.
¿Qué ocurre cuando un terapeuta entrenado emplea sus manos, aún sin contacto, con la intención de sanar?
Se pueden inducir descargas de potencial cuya intensidad es centenares de miles de veces mayor a la de los potenciales biológicos conocidos. Estos potenciales fueron descritos por Elmer Green en un experimento cuidadosamente diseñado: The Copper Wall Project. En la práctica de toque terapéutico sin contacto se han podido demostrar descargas momentáneas de 300 voltios, a pesar de que los potenciales biológicos normales son del orden de los mili voltios.
Según lo descrito por diversos investigadores, a través de las manos, los sanadores entrenados pueden acelerar la cicatrización de heridas, activar el crecimiento de cultivos celulares, disminuir el tiempo del despertar de animales sometidos a la anestesia. El potencial de las manos ha sido demostrado en el instituto Heart Math, pionero en la emergente disciplina de la Neurocardiología. Sus investigaciones nos muestran que, cuando alcanzamos un elevado grado de coherencia cardíaca como sucede al experimentar un sentimiento de amor incondicional, se ordenan los ritmos de nuestra biología y nuestras manos producen un campo ordenante capaz de volver a polarizar el ADN despolarizado en un tubo de ensayo. Y no podemos menos que preguntarnos, ¿si eso ocurre in vitro, qué no puede pasar in vivo? Como diría Teilhard de Chardín habríamos descubierto el poder creativo del fuego del amor.
La experiencia de centenares de voluntarios que sirven en hospitales y cárceles, en guarderías y geriátricos demuestra, más allá de toda duda, el enorme potencial terapéutico que el servicio —el amor en movimiento— puede desplegar a través de nuestras manos.
SANAR DESDE TU AMOR
Si una persona logra sanar, es su alma la que lo sana.
Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro. Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la que lo sana. El sanador no lo hace por el paciente, yo como sanador soy un imán que le doy la carga que su alma necesita, realmente, la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión, y la libertad del otro, para sanarse.
La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.
Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada. La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia, se trata simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es, y cuando la paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus.
Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse un súper hombre, uno puede ser muy orgulloso y decirse estoy triste porque no me curé el cáncer, eso no es un fracaso, el cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección.
SANANDO EL PASADO
El Ser Humano es milagroso si puede transformar su pasado.
Algunos dicen no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe, pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células, frecuentemente, produciendo enfermedades.
El problema del pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada. Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y, cuando interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen.
SANANDO EL MIEDO
Trasmutar la energía del miedo.
Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también. Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro transmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece la enfermedad.
El cultivo del amor que nos renueva y nos ordena. Esto quiere decir servir como la forma más efectiva para cultivar esa felicidad que solo puede nacer de la tierra sagrada de la paz.
Jorge Carvajal Posada