El amor se siembra, se riega, se cultiva y se cosecha. ¡Hay que trabajarlo!
La mejor tierra para sembrar y hacer crecer algo nuevo otra vez esta en el fondo. En ese sentido, tocar fondo, aunque extremadamente doloroso, es también el terreno de siembra.
El fondo es el mejor terreno para sembrar y volver a cultivar algo nuevo. En este sentido, alcanzar el fondo, aunque sea extremadamente doloroso, es también llegar al terreno de siembra.
Solo recoges lo que siembras. Acepta la buena fortuna y la adversidad como aceptas el cambio de estaciones. Abraza a cada estación por sus propios regalos.
La felicidad se siembra haciendo felices a los seres que nos rodean.
Siembra una acción y cosecharas un habito. Cultiva un habito y obtendrás un carácter. Cultiva un carácter y cosecharas tu propio destino.
El ser humano siembra un pensamiento y recoge una acción. Siembra una acción y recoge un habito. Siembra un habito y recoge un carácter. Siembra un carácter y recoge un destino.
Siembra un carácter, cosecharas tu destino.
Si haces planes para un año, siembra arroz. Si los haces para dos lustros, planta arboles. Si los haces para toda la vida, educa a una persona.
Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, solo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
Extraigan valor y la fe de cualquier lugar donde sea posible, no mantengan relaciones que aquellos que siembran la semilla del temor y la duda.
Uno tiene que cosechar los frutos de su karma. La ley del karma es inevitable y es aceptada por todas las grandes filosofías del mundo: A medida que siembras, también cosecharas.
El que siembra viento, cosecha tempestades.
Practica el no hacer, ensalza lo humilde, corta el problema en su brote y siembra lo grande en lo pequeño para alcanzar la iluminación espiritual.
La mejor tierra para sembrar y hacer crecer algo nuevo otra vez esta en el fondo. En ese sentido, tocar fondo, aunque extremadamente doloroso, es también el terreno de siembra.
Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinara en la tierra la guerra y el sufrimiento y se mataran unos a otros, pues aquel que siembra dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor.
Si conociéramos la reencarnación y todas sus leyes. Sabríamos que no hay que esperar. Sabríamos del fruto de la siembra.
El hombre sabio comulga con la unión de almas del universo. No deja nada al azar y a la suerte. Sabe que todo es fruto de la siembra.
El karma determina el curso de toda nuestra vida. El refranero castellano sentencia con gran sabiduría: Quien siembra vientos, recoge tempestades.
Siembra buenas acciones, y recogerás el fruto de ellas.
Sera impuesta la ley de siembra y cosecha hasta que todos vibremos en la ley absoluta.
La siembra no es tan difícil como la cosecha.
Si quieres tener cosecha un día, arremangate y siembra ahora.
El sabio siembra grande en pequeño.
Practica el no hacer, ensalza lo humilde, corta el problema en su brote y siembra lo grande en lo pequeño para alcanzar la iluminación espiritual.
El que siembra virtud recoge honor.
Es grande el cielo, y arriba siembran mundos, Imperturbable, prosigue en tanta noche, el grillo berbiquí.
El hombre sabio comulga con la unión de almas del universo. No deja nada al azar y a la suerte. Sabe que todo es fruto de la siembra.
Si conociéramos la reencarnación y todas sus leyes. Sabríamos que no hay que esperar. Sabríamos del fruto de la siembra.
Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinara en la tierra la guerra y el sufrimiento y se mataran unos a otros, pues aquel que siembra dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor.
Siembra un carácter, cosecharas tu destino.
Sabía usted qué el fruto de la mala siembra de la sociedad es la pobreza.
Extraigan valor y la fe de cualquier lugar donde sea posible, no mantengan relaciones que aquellos que siembran la semilla del temor y la duda.
Siembra una acción y cosecharas un habito. Cultiva un habito y obtendrás un carácter. Cultiva un carácter y cosecharas tu propio destino.
Uno tiene que cosechar los frutos de su karma. La ley del karma es inevitable y es aceptada por todas las grandes filosofías del mundo: A medida que siembras, también cosecharas.
El ser humano siembra un pensamiento y recoge una acción. Siembra una acción y recoge un habito. Siembra un habito y recoge un carácter. Siembra un carácter y recoge un destino.
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