La iluminación espiritual

Yo soy consciencia y mi propio gurú

POR: NISARGADATTA MAHARAJ

Imagen; Yo soy consciencia y mi propio gurú; Nisargadatta Maharaj

SU GURÚ ES SU CONSCIENCIA

Su gurú es su consciencia, y todo acontecerá espontáneamente debido a su consciencia.

Limite sus preguntas a usted mismo y todo lo que descubra dentro de usted mismo será aplicable a todos los demás. Ahora vaya y vea una película de digamos cuatro horas de duración. Después de cuatro horas la película acaba, pero el perceptor de la película no acaba, permanece después de que la película acaba. La película es un evento sujeto al tiempo, lo cual significa que tiene nacimiento y muerte. Pero el perceptor no tiene nacimiento ni muerte, es el elemento sin cambio.

Si imagina que usted es un personaje en esa película, entonces, en el momento en que la película acaba, usted muere, usted sufre la muerte; pero si no se identifica con ningún personaje de la película, entonces, cuando la película acaba, usted no tiene ninguna muerte y permanece como el presenciador eterno de la película, sin nacimiento y sin muerte.

Cuando despierta del sueño, usted tiene la consciencia que es la fuente de las tres cualidades junto con los cinco elementos, y con estas cualidades y elementos se forma el mundo; y esto es así instantáneamente. A partir de esto, el intelecto se forma del elemento sattva. En todo momento debemos ser firmemente conscientes de que nosotros somos aparte de esta consciencia que está sujeta al tiempo.

La consciencia yo soy es ella misma una cualidad y también está sujeta al tiempo; pero esta consciencia yo soy es el único activo que poseemos, de modo que tenemos que usarlo y explotarlo plenamente a fin de ir más allá a la Realidad, que nunca surge ni se sumerge.

La eseidad misma es el tiempo. Ella es la fuente de las cualidades. Cuando esta película acaba, por ejemplo, en el sueño profundo, descansamos, y cuando despertamos yo soy aparece y la película continúa — éste es el ciclo. Este cuerpo físico es el alimento para la consciencia, pero uno lo toma erróneamente por uno mismo. Yo soy es su primer umbral; usted debe establecerse firmemente ahí y aprovecharse plenamente de él, y desde ahí nos será plenamente revelado que nosotros somos completamente aparte de las actividades de las cualidades, e incluso de la consciencia misma.

Cualquier cosa que observe, debe saber que ella no es usted. Usted debe negar estas cosas y esto debe establecerse firmemente. Ese es un estado amantísimo, un estado de amor purísimo. Al devenir absorbido en ese estado, gradualmente su consciencia se disolverá, pero usted estará ahí, aunque sin ninguna consciencia aparente ni ninguna identificación con nada.

Usted debe permanecer en ese estado de consciencia. Ese estado mismo es como la meditación en su gurú que es en verdad sin forma y sin nombre; así pues, usted debe meditar de esta manera. Incluso si sirve a su gurú en el nivel corporal con todo tipo de acciones, etc., al mismo tiempo debe ser también totalmente consciente de que él es en verdad sin cuerpo y sin forma. Usted debe tener plena confirmación de que usted no es el cuerpo. Esto debe sentirse firmemente, de lo contrario es difícil realizar este conocimiento.

Cualesquiera gestiones prácticas que tenga que hacer en el mundo para ganarse la vida, piense en ellas y cuando acaben vuelva a esta contemplación yo soy sin pensamiento y sin forma. Cualesquiera actividades que tenga que hacer, hágalas, pero recuerde que usted es divino y completamente no tocado por estas actividades. Cuando sea en este estado Ishwara (él supremo controlador), todas estas actividades en el mundo se harán espontáneamente. Cuando devenga establecido en este estado divino ni siquiera tendrá que pensar. Cuando abandone todos estos planes y deliberaciones y permanezca en el estado sin pensamiento, todo lo que necesita le será proporcionado.

Aquí ya no hay diferentes niveles, ellos ya no se aplican a usted.

La consciencia comienza con cualidades. Cuando el universo se sumerge en sí mismo, la cuestión de ser un hombre o una mujer ya no está aquí. Le estoy alimentando como una madre alimenta a su hijo. Otros no dirán esto, en lugar de ello le dirán que haga alguna práctica o método, etc.

Yo no tengo deseos y es por eso por lo que puedo alimentarle así. Incluso el deseo de vivir o morir no está conmigo. Para mí no hay ninguna cuestión de dignidad o indignidad, pues yo no quiero comercializarme dando alguna práctica o método o reuniendo una gran multitud.

Accidentalmente, esta consciencia aparece en la presencia pura. El gurú le dice, vuelva a la fuente de su consciencia. En una semilla minúscula está contenido el enorme árbol baniano. Usted tiene que ir a esa semilla, a esa eseidad yo soy y entonces realizar la verdad desde ahí. Como sadhaka (buscador), la única cosa que le diré es que vaya a la fragancia yo soy y descubra su verdadera naturaleza. Yo no le diré, venga y demuela este edificio y haga algún trabajo social para los pobres, etc.

Yo no le meteré en el juego de las cualidades, pues estas cosas solo le alejarán de su Sí mismo.

Le estoy dando conocimiento subjetivo, mientras otros le llenarán de conocimiento objetivo. De todos los objetos perceptibles, el más alto es el Sí mismo. En ese proceso de comprender el Sí mismo más alto, usted debe devenir uno con eso, ser eso, y solo entonces estará firmemente establecido en el estado de presenciación. Entonces usted será capaz de presenciar verdaderamente el mundo como objetivo. La cosa a ser observada es su consciencia que contiene todos las cualidades y los elementos.

Su gurú es su consciencia, y todo acontecerá espontáneamente debido a su consciencia. Incluso rascarse el pie, usted lo considerará hecho por su gurú o consciencia, y no por su Sí mismo. Su consciencia es la esencia de su mundo, sin ella no hay ningún mundo.


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