Si no estás entrenado en el intelecto, la confianza es posible, tienes ojos para ver y oídos para escuchar. Por eso es que Jesús lo repite una y otra vez.
Ver el mundo con ojos nuevos como los de un niño te ayudarán a la cantidad de gozo y la satisfacción que puede alcanzar un niño con la cosa más sencilla.
El amor enciende la luz del entendimiento. Quien despierta por completo, descubre la realidad sin la mente. Le sumas la mente y todo se convierte en sueño.
Los ojos que ven lo exterior y se rigen por las normas, están ciegos. No son verdaderos ojos. Son primitivos. Los ojos que ven el interior son más reales.