La iluminación espiritual

Se optimista procura un alto nivel de autoestima

LOS OPTIMISTAS

  • Los optimistas se aman, procuran un alto nivel de autoestima, se valoran y aprovechan lo mejor posible sus talentos personales innatos.
  • Los optimistas aceptan a los demás como son, y no malgastan energías queriendo cambiarlos, solo influyen en ellos con paciencia y tolerancia.
  • Los optimistas son espirituales, cultivan una excelente relación con Dios y tienen en su fe una viva fuente de luz y de esperanza.
  • Los optimistas disfrutan del "aquí y el ahora", no viajan al pasado con el sentimiento de culpa ni el rencor, ni al futuro con angustia. Disfrutan con buen humor y con amor.
  • Los optimistas ven oportunidades en las dificultades, cuentan con la lección que nos ofrecen los errores y tienen habilidad para aprender de los fracasos
  • Los optimistas son entusiastas, dan la vida por sus sueños y están convencidos de que la confianza y el compromiso personal obran milagros.
  • Los optimistas son íntegros y de principios sólidos, por eso disfrutan de paz interior y la irradian y comparten, aún en medio de problemas y crisis.
  • Los optimistas no se desgastan en la crítica destructiva y ven la envidia como un veneno. No son espectadores de las crisis sino protagonistas del cambio.
  • Los optimistas cuidan sus relaciones interpersonales con esmero, saben trabajar en equipo y son animosos sembradores de fe, esperanza y alegrías.
  • Los optimistas también tienen épocas difíciles, pero no se rinden ni se dejan aplastar por su peso, ya que saben que aún la noche más oscura tiene un claro amanecer y que por encima de las nubes más densas sigue brillando el sol; que todo túnel, por más largo y oscuro que sea siempre tendrá otra salida y que todo río siempre tiene dos orillas.

PENSAMIENTOS SOBRE OPTIMISMO

ÁNGEL GONZÁLEZ

  • Se adquiere el optimismo en el interior. Hay que cultivarlo en el terreno fecundo del alma humana y su fruto depende, exclusivamente, de la voluntad.

FERNANDO VALLEJO

  • Teresita Pisano era de un inquebrantable optimismo: se le moría el marido y decía: Me quedan mis hijos; se le morían los hijos y decía: Me quedan mis nietos se le morían los nietos y decía: Me queda el televisor.

GEORGE SANTAYANA

  • La existencia de cualquier mal en cualquier lugar, en cualquier momento absolutamente ruinas de un optimismo total.