Liderazgo espiritual libre de ataduras

Krishnamurti no cesó el liderazgo de enseñanzas libres de ataduras, postulo el crecimiento espiritual que emana del interior y no de dogmas externos.

JIDDU KRISHNAMURTI

7 EXTRACTOS DE KRISHNAMURTI

La constante afirmación de una creencia es una indicación del miedo.

Krishnamurti no cesó nunca sus actividades de difusión de su enseñanza, ni transformó su mensaje, que postulaba el crecimiento espiritual basado en el conocimiento que emana del interior de cada ser humano y no de creencias y dogmas externos.

Krishnamurti, una de las grandes luces espirituales de este siglo, no aceptó ser tratado como un Maestro ni como una autoridad, y renunció a aceptar otra acción que no fuera la transformación espiritual de cada persona, sin sujeción a tradiciones ni a cambios preestablecidos. Esta actitud marca, tal vez, su sello más característico.

Al sumergirnos en su vida, surge la tentación de pensar que este rechazo a la autoridad y a los caminos establecidos está determinado por su propia historia personal. Pero ¿Quién se atreverá a asegurar que sea así, y no la verdadera condición para un crecimiento espiritual real?.

Krishnamurti pudo haber tenido la vida normal de un joven indio de familia pobre, pero el azar lo puso en el camino de la sociedad Teosófica, la que declaró al mundo que él era el mesías esperado para esta nueva era. Sin embargo, luego de algunos años de cumplir con tal investimiento, vive un proceso de despertar espiritual que lo lleva a desvincularse de la institucionalidad Teosófica.

Inició así un nuevo camino que lo llevó a un liderazgo espiritual de proyección mundial, libre de cualquier atadura, y con la convicción de que el camino espiritual es también la vía hacia la libertad.

Veamos 7 extractos de sus pensamientos...

INTELIGENCIA Y DIGNIDAD

Puede que seáis capaces de leer las piezas de Bernard Shaw, de citar a Shakespeare, a Voltaire o algún nuevo filosofo. Pero si vosotras mismas no sois inteligentes, si no sois creadoras, ¿para qué sirve la educación? ¿No resulta importante, pues, que tanto los maestros como vosotros, estudiantes, averigüen, descubran, cómo se es inteligente?

Es obvio que la inteligencia os viene cuando no estáis atemorizados, cuando en vosotros no hay miedo. ¿Sabéis que es el miedo? El miedo surge cuando pensáis en lo que la gente pueda decir de vosotros, o en lo que puedan decir vuestros padres; cuando os critican, cuando se os castiga, cuando fracasáis en un examen, cuando no tenéis popularidad en vuestro medio. Gradualmente el miedo os invade, ¿verdad?

Es obvio, pues que el miedo es una de las barreras para la inteligencia, ¿no es cierto? ¿Y no es la esencia de la educación el libertar al estudiante –es decir, a vosotros y a mí– del miedo, y hacer que él se dé cuenta de las causas del miedo para que pueda vivir libre de temor? ¿No es acaso uno de los fines esenciales de la educación, desde la infancia hasta que os lanzáis al mundo, el de ayudarnos a ser libres para que podáis comprender el miedo y las causas del miedo?

Si uno tiene miedo carece de iniciativa. ¿Sabéis que es la iniciativa? ¿Resulta tan difícil describirlo? Tener iniciativa es hacer algo original de un modo espontaneo, natural, sin que a uno lo guíen, lo fuercen, lo controlen; hacer algo que amáis (...) Bien veis que si tenéis miedo, todo eso queda excluido, desaparece de vuestra vida. Si tenéis miedo, habréis por fuerza de seguir la tradición, a alguna persona, a algún gurú (guía espiritual). Cuando seguís la tradición, cuando seguís al marido o la esposa, vosotros –como individuos, como seres humanos– perdéis vuestra dignidad.

SABIDURÍA Y CONOCIMIENTO

¿Puede el pensamiento ver sus propias limitaciones, y que al verlas, surja una inteligencia totalmente diferente? Si yo veo mi limitación, si el pensamiento ve su propia limitación, ¿acaso no ha descubierto, no el pensamiento, acaso no actúa un tipo diferente de inteligencia? Cuando el pensamiento ve su propia limitación, entonces ¿no se produce el despertar de una inteligencia que está por encima del pensamiento y va más allá?

En nuestra búsqueda de conocimientos, con nuestros deseos codiciosos perdemos el amor, atrofiamos nuestro sentido de la belleza, la sensibilidad se vuelve crueldad, nos volvemos más y más especializados y menos integrados. El conocimiento no puede sustituir la sabiduría, ninguna clase de explicación, ninguna acumulación de hechos liberará al hombre del sufrimiento. El conocimiento es necesario, la ciencia tiene su lugar; pero si la mente y el corazón están sofocados por el conocimiento, y si la causa del sufrimiento encuentra una explicación convincente, la vida se vuelve vana y sin sentido. ¿Es eso lo que nos sucede a la mayoría? Nuestra educación nos hace cada vez más superficiales, no nos ayuda a desvelar las capas profundas de nuestro ser, y nuestras vidas se vuelven más desequilibradas y vacías. La información, conocer los hechos, aunque sean muchos, es algo limitado por naturaleza. La sabiduría es infinita, incluye el conocimiento y la forma de actuar; pero nos aferramos a una rama y creemos que es todo el árbol. Conociendo una parte nunca seremos conscientes de la dicha de lo total. El intelecto no puede conducirnos a lo total porque es un segmento, una parte.

Existe una diferencia entre intelecto e inteligencia. El intelecto es el pensamiento operando con independencia de la emoción, mientras que la inteligencia es capaz de sentir y también de razonar; y hasta que afrontemos la vida con inteligencia, en vez de hacerlo solo con el intelecto o con la emoción, ningún sistema político o educacional en el mundo puede salvarnos del caos y la destrucción.

El conocimiento no se puede comparar con la inteligencia, el conocimiento no es sabiduría. Con la sabiduría no se hace comercio, no es una mercancía que se puede comprar pagando a través del aprendizaje o la disciplina. La sabiduría no se encuentra en los libros; no se acumula, memoriza o almacena. La sabiduría llega con la negación del ‘yo’. Tener una mente abierta es más importante que aprender, y es posible tener una mente abierta, no mediante la memorización de información, sino estando atentos a nuestros propios pensamientos y sentimientos, observándonos con cuidado a nosotros mismos y a las influencias que nos rodean, observando al rico y al pobre, al poderoso y al humilde. La sabiduría no llega a través del miedo ni la opresión, sino a través de la observación y la comprensión de los incidentes de la relación humana.

VERDAD Y LIBERTAD

La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el ambiente. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo.

La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión del hombre creer que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una consciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo.

El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.

Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión. Solo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno insight trae consigo una profunda y radical mutación en la mente. La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasión e inteligencia.

EL VIVIR

La comprensión no es un don reservado a los pocos, sino que viene a los que son serios en su autoconocimiento. La comparación no trae comprensión; la comparación es otra forma de distracción, así como el juicio es evasión. Para que la verdad sea, la mente tiene que estar sin comparar y sin evaluar. Cuando la mente está comparando, evaluando, no está quieta, está ocupada. Una mente ocupada es incapaz de clara y sencilla percepción.

¿Quiere ello decir, pues, que debo despojarme de todos los valores que he edificado, del conocimiento que he acumulado?

¿No debe estar libre la mente para descubrir? ¿Traen la libertad del conocimiento, la información, las conclusiones y experiencias de uno mismo y de otros, esta vasta y acumulada carga de la memoria? ¿Hay libertad mientras exista el censor que está juzgando, condenando, comparando? La mente nunca está en calma si siempre está adquiriendo y calculando; y ¿no tiene la mente que estar serena para que la verdad sea?

Veo eso, pero ¿no estáis pidiendo demasiado a una mente simple e ignorante como la mía?

¿Sois simple e ignorante? Si realmente lo fuerais, sería una gran delicia empezar con la verdadera indagación; pero desgraciadamente no lo sois. La sabiduría y la verdad vienen a un hombre que verdaderamente dice, soy ignorante, no sé. Los sencillos, los inocentes, no los que están cargados de conocimiento, verán la luz, porque son humildes.

Yo quiero solo una cosa, conocer el verdadero propósito de la vida, y vos me lanzáis una lluvia de cosas que superan mi comprensión. ¿No podéis hacer el favor de decirme en simples palabras cuál es el verdadero significado de la vida?

Señor, tenéis que empezar muy cerca para llegar lejos. Queréis lo inmenso sin ver lo que está cerca. Queréis conocer el sentido de la vida. La vida no tiene principio ni fin es tanto muerte como vida; es la hoja verde y la hoja seca que es llevada por el viento; es el amor y su inconmensurable belleza; es el dolor del aislamiento y la gloria de la soledad. No puede medirse, ni la mente puede descubrirla.

EL MIEDO

Vivir es encontrar por sí mismo lo que es verdad, y usted puede hacerlo solo cuando hay libertad, cuando hay una continua revolución dentro de usted mismo... Sólo cuando usted está constantemente preguntando, constantemente observando aprendiendo es que se encuentra la verdad, Dios o el amor; y usted no puede preguntarse, observar, aprender; no puede estar profundamente atento, si tiene miedo. Así es que la función de la educación, ciertamente es erradicar interior y exteriormente ese miedo que destruye el pensamiento humano, la relación humana y el amor.

Uno se pregunta por qué los seres humanos que han vivido en esta tierra durante millones de años, inteligentes en cuanto a la tecnología, por qué no han empleado su inteligencia para liberarse de ese problema tan complejo del miedo, que puede ser uno de los motivos de guerra, un motivo para matar a otros. Y las religiones de todo el mundo no han solucionado este problema, ni tampoco los gurús, los salvadores o los ideales. Así pues, está claro que ningún agente externo, por más elevado, por más popular que sea por la propaganda, ningún agente externo nunca podrá, bajo ninguna circunstancia, solucionar el problema del miedo humano...

Y, tal vez, hayamos aceptado ese patrón del miedo porque ni siquiera queremos salir de ahí. Y bien, ¿qué es el miedo? ¿Cuáles son los factores que contribuyen a crear el miedo? De la misma manera que muchos arroyos pequeños y riachuelos forman el amplio volumen de un río, ¿cuáles son los pequeños arroyos que crean el miedo?

VERDAD Y SUFRIMIENTO

En breve voy a explicar que la verdad puede ser entendida instantáneamente. No es cuestión de tiempo; no es cuestión de desarrollo ni de habito. La verdad solo puede comprenderse directamente de inmediato, ahora, en el presente, no en el futuro; y ella puede ser comprendida, sentida, realizada, cuando existe la capacidad de escuchar directamente, de un modo abierto y con el corazón abierto.

Hay sufrimiento: político, social, religioso. Todo nuestro ser psicológico esta confuso, y todos los dirigentes, políticos, religiosos, nos han fallado. Todos los libros han perdido su significación. Podéis consultar el Bhagavad Gita o la Biblia, o el último tratado sobre política o psicología, y encontraréis que ellos han perdido ese sonido típico, esa cualidad de la verdad; se han vuelto meras palabras. Vosotros mismos, sois los repetidores de esas palabras, estáis confusos e inciertos, la simple repetición de palabras nada sugiere. Las palabras y los libros, por consiguiente, han perdido su valor. Es decir si citáis la Biblia, o a Marx, o el Bhagavad Gita, vuestra repetición se convierte en una mentira porque vosotros mismos estáis inciertos, confusos.

El conocimiento propio no puede realizarse mientras no haya meditación. Porque la meditación es un proceso de constante revelación de todo pensamiento y todo sentimiento; no es la fijación en determinada imagen o idea, sino una constante percepción, una constante comprensión, de todo pensamiento y sentimiento a medida que surge. (...) Mientras no haya conocimiento propio, la multiplicación y reproducción de nuestros problemas continuará. Por eso es que el individuo tiene enorme significación. Porque él es el único transformador; solo él puede revolucionar su vida de relación, y por consiguiente causar una revolución en el mundo, en el mundo de su relación.

EL AMOR

Como es obvio, el amor no es un sentimiento. Ser sentimental, ser emocional no es amar, porque el sentimentalismo y la emoción son simples sensaciones. Una persona religiosa que llora por Jesús o Krishna, por su gurú o por alguien más, simplemente es sentimental, emocional, se satisface con la sensación, lo cual es un proceso del pensamiento, y el pensamiento no es amor. El pensamiento es el resultado de la sensación, así una persona sentimental, emotiva, no puede conocer el amor. Y ¿acaso no somos emotivos y sentimentales? El sentimentalismo, el emocionalismo, solo es una forma de auto-engrandecimiento. Es evidente que estar lleno de emociones no es amor, porque la persona sentimental puede ser cruel si sus sentimientos no son correspondidos, si sus sentimientos no tienen salida. Una persona emocional puede ser arrastrada hacia el odio, la guerra, la masacre. La persona sentimental, llena de lágrimas por su religión, sin duda, no siente amor.

El deseo nos enloquece, tanto que queremos realizarnos a través del deseo. No vemos los estragos que causa en el mundo: el deseo de seguridad individual, de logro, de éxito, de poder y prestigio. No sentimos esa responsabilidad plena hacia todo lo que hacemos. Si comprendemos el deseo, su naturaleza, entonces, ¿qué lugar tiene el deseo? ¿Tiene algún lugar cuando hay amor?

Cuando las cosas de la mente no llenan nuestro corazón, entonces hay amor; y el amor por sí solo, puede transformar la locura e insensatez actual del mundo, ningún sistema ni teoría, sea de derechas o izquierdas, puede hacerlo. Uno, realmente ama cuando no posee, cuando no es envidioso, cuando no es codicioso, cuando es respetuoso, cuando es misericordioso y compasivo, cuando tiene consideración por su esposa, sus hijos, vecinos y desafortunados sirvientes.

El amor no es del pensamiento, no puede cultivarse, no se puede practicar. Practicar del amor, practicar la hermandad sigue estando en el campo de la mente, y por tanto, no es amor. Cuando todo esto termina, entonces surge el amor, en ese momento conocerá lo qué es el amor.