La iluminación espiritual

La alquimia del agradecimiento

SER SIEMPRE AGRADECIDO

El agradecimiento, el reconocimiento, la gratitud son el más elevado secreto de la Iniciación, ya que son elementos que transforman los venenos. O.M.A.

DAR LAS GRACIAS

Ser agradecidos.

La magia no es una práctica tan oscura y complicada como imagina la mayoría de la gente. La magia blanca, como la magia negra, se basa en la ciencia de las vibraciones y de las diferentes calidades de vibraciones. El mago negro impregna los objetos y los seres con vibraciones maléficas, nocivas, provocando accidentes y enfermedades. Por el contrario, el mago blanco transmite a los objetos y a los seres vibraciones armoniosas, que favorecen lo mejor que hay para todos.

Sea consciente de ello o no, aquél que se acostumbra a introducir en todas partes influencias benéficas se convierte en un verdadero mago blanco. Y aquél que emite voluntariamente o por ignorancia vibraciones que siembran el desorden, que crea disonancias, peleas, separa a los seres, es un mago negro. Sabiendo esto, a cada uno le corresponde ahora tomar una determinación.

El reconocimiento, la gratitud son fuerzas que desintoxican el organismo, neutralizan los venenos y renuevan los materiales. Así pues, aprended a dar las gracias. Cada día, varias veces al día, repetid: Gracias, gracias, Gracias, gracias, gracias...

¿POR QUÉ LOS HUMANOS SON TAN INGRATOS?

Ingratos hacia el Creador, ingratos hacia toda la naturaleza, ingratos entre sí. .. Solo recuerdan de su existencia diaria lo que les falta o les ha disgustado y entonces no ven que haya razón alguna para dar las gracias. Y sin embargo, es al contrario, hay mucho que agradecer. El discípulo que quiere avanzar por el camino de la evolución debe aprender el agradecimiento, porque gracias a él un día obtendrá la llave de la transformación de la materia. Tratad de comprender bien esto: si sabéis dar las gracias, la naturaleza de los elementos que entran en la composición de vuestra materia será diferente, más sensible, más sutil, más resistente, y sentiréis que vuestros órganos psíquicos e incluso físicos realizan un mejor trabajo.

No olvidéis pues de dar continuamente las gracias a todo lo que acontece en vuestra vida diaria.

EL RECONOCIMIENTO

El universo en el que vivimos no nos está cerrado, hacemos con él intercambios de toda clase: intercambios físicos, psíquicos, espirituales. Consciente o inconscientemente vibramos, respiramos con él, en él. Este universo es un todo vivo, inteligente, organizado y sobre todo jerarquizado. Sí, jerarquizado, desde las regiones más densas, más oscuras, hasta el mundo divino que es pura luz. Y como el ser humano está construido a imagen y semejanza de este universo, hallamos en nosotros las mismas regiones, con los mismos materiales, las mismas energías y las mismas entidades.

Entonces, ahora se formula la pregunta: ¿cuál debe ser nuestra actitud con respecto a esta jerarquía? Quizás no lo veis, pero esta cuestión es de una extrema importancia. Porque si los humanos se encuentran con tantas dificultades, si se exponen a tantos sufrimientos, es debido a que no han encontrado la actitud adecuada con respecto a esta jerarquía en ellos que esa imagen de la jerarquía cósmica de la cual Dios es la cima.

Pero, ¿qué es una actitud? Un resultado, una síntesis de lo que somos. Revela el estado de nuestro cuerpo físico, pero también de nuestros cuerpos psíquicos y espirituales, así como la calidad de las energías que circulan y trabajan en ellos. Esta actitud nos da forma, nos modela; nos une a las diferentes regiones del espacio, y si está hecha de respeto, de amor, y sobre todo de reconocimiento, atrae hacia nosotros las corrientes y los espíritus del mundo de la luz.