¿Por qué Jesús hablo constantemente en arduas parábolas? Porque las parábolas deben ser acertijos que te desafíen y, a través de este desafío, tú creces.
Observa la ira y se transforma en luz; observa el sexo, y el sexo se transforma en luz. Observa un fenómeno interno que crea calor y transfórmalo en luz.