La iluminación espiritual

Historia de amor

RAFAEL Y EDNA

Una chistosa historia antes de leer a Anthony de Mello

Solo porque alguien no te ama de la manera que quieres, no significa que no te ama con todo lo que tiene. Rafael y Edna eran ambos pacientes en un hospital mental. Un día mientras que caminaban pasaron por la piscina del hospital. Rafael saltó repentinamente en lo mas profundo.

Él se hundió hasta el fondo de la piscina y permanecía allí.

Edna, salto repentinamente para salvarlo. Ella nadó a la parte inferior y lo sacó. Cuando la jefa de enfermeras se dio cuenta del acto heroico de Edna, ordenó inmediatamente que fuera dada de alta del hospital, pues ella ahora la consideraba ser mentalmente estable.

Entonces fue donde Edna y le dijo: Edna, tengo buenas noticias y malas noticias. La buena noticia, es que se te dará de alta, puesto que pudiste responder racionalmente a una crisis, saltando y salvando la vida de la persona que amas. He concluido que tu acto demuestra que tu mente esta sana. La mala noticia es que, Rafael se colgó en el cuarto de baño con la correa de su bata de baño, justo después de que lo salvaras. Lo siento mucho, pero él esta muerto.

Edna contestó, él no se colgó, yo lo puse allí para que se secara. ¿Cuando puedo ir a casa?

Muchas veces concluimos y tomamos decisiones erróneas,
seamos observadores y pacientes para ser mas precisos.

El Amor esta despierto

La Iluminación es la Espiritualidad

Donde hay amor no hay deseos. Y por eso no existe ningún miedo. Si amas de verdad a tu H:. o a algún amigo, tendrías que poder decirle sinceramente: Así, sin los cristales de los deseos, te veo como eres, y no como yo desearía que fueses, y así te quiero ya, sin miedos a que te escapes, a que me faltes, a que no me quieras. Porque en realidad, ¿Qué deseas? ¿Amar a esa persona tal cual es, o a una imagen que no existe? En cuanto puedas desprenderte de esos deseos-apegos, podrás amar; a lo otro no se le debe llamar amor, pues es todo lo contrario de lo que el amor significa.

El enamorarse, tampoco es amor, sino desear para ti una imagen que te imaginas de esa persona. Todo es un sueño, porque esa persona no existe. Por eso, en cuanto conoces la realidad de esa persona, como no coincide con lo que tú te imaginabas, te desenamoras. La esencia de todo enamoramiento son los deseos. Deseos que generan celos y sufrimiento porque, al no estar asentados en la realidad, viven en la inseguridad y en la desconfianza de los miedos a que todos sus sueños se acaben, se vengan abajo.

El enamoramiento proporciona cierta emoción y exaltación que gusta a las personas con una inseguridad afectiva y que alimenta una sociedad y una cultura que hacen de ello un comercio.

Cuando estás enamorado no te atreves a decir toda la verdad por miedo a que el otro se desilusione porque, en el fondo, sabes que el enamoramiento solo se alimenta de ilusiones e imágenes idealizadas.

El enamoramiento supone una manipulación de la verdad y de la otra persona para que sienta y desee lo mismo que tú y así poderla poseer como un objeto, sin miedo a que te falle. El enamoramiento no es más que una enfermedad y una droga del que, por su inseguridad, no está capacitado para amar libre y gozosamente.

La gente insegura no desea la felicidad de verdad, porque teme el riesgo de la libertad y, por ello, prefiere la droga de los deseos. Con los deseos viene el miedo, la ansiedad, las tensiones y... por descontado, la desilusión y el sufrimiento continuos. Vas de la exaltación al desespero.

¿Cuánto dura el placer de creer que has conseguido lo que deseabas? El primer sorbo de placer es un encanto, pero va prendido irremediablemente al miedo a perderlo, y cuando se te apoderan las dudas, llega la tristeza. La misma alegría y exaltación de cuando llega el amigo, es proporcional al miedo y al dolor de cuando se marcha… o cuando lo esperas y no viene... ¿Vale la pena?.Donde hay miedo no hay amor y podéis estar bien seguros de ello.

Cuando despertamos de nuestro sueño y vemos la realidad tal cual es, nuestra inseguridad termina y desaparecen los miedos, porque la realidad es y nada la cambia. Entonces puedo decirle al otro: Como no tengo miedo, a perderte, pues no eres un objeto de propiedad de nadie, entonces puedo amarte así como eres, sin deseos, sin apegos ni condiciones, sin egoísmos ni querer poseerte. Y esta forma de amar es un gozo sin límites.

¿Qué haces cuando escuchas una sinfonía? Escuchas cada nota, te deleitas en ella y la dejas pasar, sin buscar la permanencia de ninguna de ellas, pues en su discurrir está la armonía, siempre renovada y siempre fresca. Pues, en el amor, es igual. En cuanto te agarras a la permanencia destruyes toda la belleza del amor. No hay pareja ni amistad que esté tan segura como la que se mantiene libre. El apego mutuo, el control, las promesas y el deseo, te conducen inexorablemente a los conflictos y al sufrimiento y, de ahí, a corto o largo plazo, a la ruptura. Porque los lazos que se basan en los deseos son muy frágiles.

Solo es eterno lo que se basa en un amor libre.
Los deseos te hacen siempre Vulnerable.