Fabulas y moralejas # 1 - Cuento

Una selección de cuentos y fábulas clásicos en su versión corta para facilitar la lectura. Las fábulas siempre llevan un buen mensaje o una moraleja.

ANONIMO

SELECCIÓN DE FABULAS

Las fábulas se destacan por ser muy populares gracias a su sencillez y fácil comprensión para todos. En las fábulas los protagonistas son normalmente animales, que a través de su comportamiento proporcionan una lección moral, recogida al final como moraleja. Con cuentos que aportan enseñanzas para la educación, pero también ayudan a desarrollar la creatividad y fomentan el interés por la lectura. Hicimos una selección de las mejores fábulas para que puedas compartirlas.

¿Cómo Sabes?

Hace muchos años, en una pobre aldea china vivía un labrador con su hijo. Su único bien material, aparte de la tierra y de la pequeña casa de paja, era un caballo que había heredado de su padre. Un buen día el caballo se escapó, dejando al hombre sin animal para labrar la tierra. Sus vecinos —que lo respetaban mucho por su honestidad y diligencia— acudieron a su casa para decirle cuánto lamentaban lo ocurrido. Él les agradeció la visita, pero preguntó:

  • ¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida? Alguien comentó en voz baja con un amigo:

Él no quiere aceptar la realidad, dejemos que piense lo que quiera, con tal que no se entristezca por lo ocurrido.

Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían escuchado.

Una semana después, el caballo retornó al establo, pero no venía solo: traía una hermosa yegua como compañía. Al saber eso los habitantes de la aldea alborozados, porque solo ahora entendían la respuesta que el hombre les había dado, retornaron a casa del labrador para felicitarlo por su suerte.

  • Antes tenías solo un caballo, y ahora tienes dos. ¡Felicitaciones!—dijeron.
  • Muchas gracias por la visita y por vuestra solidaridad —respondió el labrador. ¿Pero cómo podéis saber que lo que ocurrió es una bendición en mi vida?

Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los vecinos se marcharon, comentando por el camino:

¿Será posible que este hombre no entienda que Dios le ha enviado un regalo?.

Pasado un mes, el hijo del labrador decidió domesticar la yegua. Pero el animal saltó de una manera inesperada, y el muchacho tuvo una mala caída rompiéndose una pierna. Los vecinos retornaron a la casa del labrador, llevando obsequios para el joven herido. El alcalde de la aldea, solemnemente, presentó sus condolencias al padre diciendo que todos estaban muy tristes por lo que había sucedido. El hombre agradeció la visita y el cariño de todos. Pero preguntó:

  • ¿Cómo podéis vosotros saber si lo ocurrido ha sido una desgracia en mi vida?

Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie puede tener la menor duda de que un accidente con un hijo es una verdadera tragedia. Al salir de la casa del labrador, comentaban entre sí:

Realmente se ha vuelto loco; su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún tiene dudas de que lo ocurrido es una desgracia.

Transcurrieron algunos meses y el Japón declaró la guerra a China. Los emisarios del emperador recorrieron todo el país en busca de jóvenes saludables para ser enviados al frente de batalla. Al llegar a la aldea, reclutaron a todos los jóvenes excepto al hijo del labrador que estaba con la pierna rota. Ninguno de los muchachos retornó vivo. El hijo se recuperó, los dos animales dieron crías que fueron vendidas y rindieron un buen dinero. El labrador pasó a visitar a sus vecinos para consolarlos y ayudarlos ya que se habían mostrado solidarios con él en todos los momentos. Siempre que alguno de ellos se quejaba el labrador decía:

  • ¿Cómo sabes si esto es una desgracia? Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba:
  • ¿Cómo sabes si eso es una bendición?

Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros significados.

El Cuento de la Fresa

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:

  • ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
  • No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda.

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podéis disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena...

La Vasija de Agua Desvencijada

Un aguatero en la India tenía dos grandes vasijas, cada una colgaba de cada extremo de un palo que llevaba a través del cuello. Una de las vasijas tenía una rajadura en ella, y mientras que la otra estaba perfecta y siempre entregaba una porción completa de agua al final de una larga caminata desde el arroyo a la casa del patrón, la vasija desvencijada llegaba solamente medio llena. Por dos años enteros esto pasó diariamente, con el aguatero entregando solamente una vasija y media de agua al patrón de la casa. De hecho, la vasija perfecta estaba orgullosa de sus logros, perfectos para el final al cual había sido hecha. Pero la pobre vasija desvencijada estaba avergonzada de su propia imperfección, y miserable de que era capaz de solo lograr la mitad para lo que había sido hecha.

Después de dos años de lo que percibió como una amarga falla, habló al aguatero un día por el arroyo. Yo estoy avergonzada de mi misma, y quiero disculparme con Usted. ¿Por qué?, preguntó el aguatero. ¿De qué está avergonzada? He sido capaz, por estos dos años pasados, de entregar solamente la mitad de mi carga porque esta rajadura en mi costado causa que el agua se fugue hacia afuera a lo largo de la vía hasta el regreso a la casa de su patrón. A causa de mis fallas Usted ha tenido que hacer todo este trabajo y no consigue el valor completo de sus esfuerzos, la vasija dijo. El aguatero se sintió triste por la vieja vasija desvencijada, y en su compasión dijo, Como retorne a la casa de mi patrón, quiero que note las hermosas flores a lo largo del camino.

Evidentemente, a medida que fueron escalando el monte la vieja vasija desportillada notó al sol calentando las hermosas flores silvestres al lado del sendero, y esto la alegró algo. Pero al final de la senda, aún se sintió mal porque estaba fugándose la mitad de su carga, y de nuevo se disculpó ante el aguatero por su falla. El aguatero dijo a la vasija, ¿Notó que había flores solamente en su lado de la vía, pero no en el lado de la otra vasija? Eso era porque yo siempre he sabido de su falla, y saqué provecho de ella. He plantado semillas de flores en su lado del camino, y cada día mientras que caminamos de regreso del arroyo, Usted las ha regado. Por dos años he estado recogiendo estas hermosas flores para decorar la mesa de mi patrón. Sin ser de la forma como es, él no hubiera tenido esta belleza para agraciar su casa.

Moraleja: Cada uno de nosotros tenemos nuestra propias y únicas fallas. Todos somos vasijas desportilladas. Pero son las rajaduras y fallas que cada uno de nosotros tenemos las que hacen las vidas juntas muy interesantes y remuneradoras. Solo tienes que tomar a cada persona por lo que ella es, y mirar lo bueno en ella. Hay cantidad de bondad allá. ¡Hay cantidad de bondad en nosotros! Bienaventurados los flexibles, por que ellos no se doblan fuera de forma. ¡Recuerda apreciar a todas las diferentes personas en tu vida! O como nos gustaría pensarlo ——si no hubiera sido por las vasijas desvencijadas en nuestras vidas hubieran sido muy aburridas y nada tan interesantes... Gracias a Ustedes, todas mis vasijas desvencijadas amigas.

La Antigua Vasija de Cerámica

Contaba el Maestro en cierta ocasión la historia de una antigua vasija de cerámica de valor inestimable por lo que había pagado una fortuna en una subasta pública. La vasija había sido usada durante años por un mendigo que acabó sus días en la miseria, totalmente ignorante del valor de aquel objeto con el que había pedido limosna.

Cuando un discípulo preguntó al Maestro qué representaba aquella vasija, el Maestro le dijo: A ti mismo.

El discípulo le pidió que se explicara, y el Maestro prosiguió: Tú centras toda tu atención en el insignificante conocimiento que adquieres de los libros y de los maestros. Sería mejor que le prestaras más atención a la vasija en la que lo guardas.

La Ermita

El viejo Haakon cuidaba cierta Ermita. En ella se veneraba un crucifijo de mucha devoción. Este crucifijo recibía el nombre, bien significativo, de Cristo de los Favores. Todos acudían allí para pedirle al Santo Cristo. Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor. Lo impulsaba un sentimiento generoso. Se arrodilló ante la imagen y le dijo:

Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en La Cruz. Y se quedó fijo con la mirada puesta en la Sagrada Efigie, como esperando la respuesta. El Crucificado abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras:

  • Siervo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición.
  • ¿Cuál, Señor?, preguntó con acento suplicante Haakon.
  • Es una condición difícil, dijo el Señor.
  • Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor, respondió el viejo ermitaño.
  • Escucha: suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardar siempre silencio. Haakon contestó:
  • Os, lo prometo, Señor. Y se efectuó el cambio. Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño colgado de cuatro clavos en la Cruz.

El Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y éste por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo nada. Los devotos seguían desfilando pidiendo favores. Pero un día llegó un rico, después de haber orado dejó allí olvidada su cartera. Haakon lo vio y calló. Tampoco dijo nada cuando un pobre, que vino dos horas después, se apropió de la cartera del rico. Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje. Pero en ese momento volvió a entrar el rico en busca de la bolsa. Al no hallarla pensó que el muchacho se a había apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo iracundo:

  • ¡Dame la bolsa que me has robado!. El joven sorprendido, replicó:
  • No he robado ninguna bolsa.
  • No mientas, ¡devuélvamela enseguida!.
  • Le repito que no he cogido ninguna bolsa, afirmó el muchacho.

El rico arremetió, furioso contra él. Sonó entonces una voz fuerte:

  • ¡Detente! El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, gritó, defendió al joven, increpó al rico por la falsa acusación. Este quedó anonadado, y salió de la Ermita. El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje. Cuando la Ermita quedó a solas Cristo se dirigió a su siervo y le dijo:
  • Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio.
  • Señor, dijo Haakon, ¿cómo iba a permitir esa injusticia? Se cambiaron los oficios. Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño que quedó ante el Crucifijo. El Señor, clavado, siguió hablando:
  • Tú no sabías que al rico le convenía perder la bolsa pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer. El pobre, por el contrario, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo; en cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal. Ahora, hace unos minutos acaba de zozobrar el barco y él ha perdido la vida. Tú no sabías nada. Yo sí sé. Por eso callo... Y la sagrada imagen del crucificado guardó silencio.

¡Cuántas veces pretendemos dirigir nuestro destino creyendo que es lo mejor para nosotros!. Solo Dios sabe lo que es mejor para nosotros. Hay que aprender a aceptar su Santa voluntad, aunque a veces no la comprendamos.

El Muro

Las apariencias engañan

Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores de la que él se encontraba. Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios de la siguiente manera:

Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada para que no entren a matarme. En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que él se encontraba, y vio que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada. El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:

Señor, te pedí ángeles, no una araña. Y continuó: Señor, por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme. Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observo a la arañita tejiendo la telaraña. Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior de la que se encontraba el hombre y éste quedó esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva en la que se encontraba el hombre ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escucho esta conversación:

Primer hombre: Vamos, entremos a esta cueva. Segundo hombre: No. ¿No ves que hasta hay telarañas?, nadie ha entrado en ésta.

La fe es creer que se tiene lo que no se ve, perseverar en lo imposible. Hay una frase muy bella que dice: Si le pides a Dios un árbol te lo dará en forma de semilla. Pedimos cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios nos da aquellas con las cuales nos muestra que con cosas muy sencillas Él puede hacer mucho más. Como en esta lectura a veces pedimos muros para estar seguros, pero no tendría ningún mérito pues sabríamos y tendríamos la certeza de que estamos protegidos, Dios en cambio nos pide además confianza en Él para dejarlo que su Gloria se manifieste y haga que algo como una telaraña nos dé la misma protección que una muralla. Si has pedido un muro y no ves mas que una telaraña, recuerda que Dios puede convertir las cosas... y confía en Él.

La Parábola del Hijo

Hay una diferencia entre la educación y la experiencia. La educación es lo que Usted obtiene de la lectura del pequeño texto impreso. La experiencia es lo que obtiene de no leerlo! Pero ¿no es verdad que el gran aprendizaje viene de tanto la educación como de la experiencia? Permítame que le cuente una parábola:

Un joven maestro de escuela tuvo un sueño en el que se le apareció un ángel y le dijo, Tendrá un niño que crecerá para llegar a ser un líder mundial ¿Cómo la preparará a ella para que se dé cuenta de su inteligencia, crezca con seguridad en sí misma, desarrolle tanto lo afirmativo de ella como su sensibilidad, sea de mente abierta, sin embargo fuerte de carácter? En breve, ¿qué clase de educación le proveerá para que ella llegue a ser uno de los verdaderos GRANDES líderes mundiales?

El joven maestro se despertó con un sudor frío. Nunca se le ocurrió a él antes —que CUALQUIERA de sus actuales o futuros estudiantes pudiera ser la persona descrita en su sueño. ¿Estaba él preparándolos para elevarse a CUALQUIER POSICIÓN en la que pudieran aspirar? Pensó, '¿Cómo podrían mis enseñanzas cambiar si YO SUPIERA que uno de mis estudiantes fuera esta persona?' Gradualmente empezó a formular un plan en su mente:

  • Esta estudiante necesitaría experiencia también como instrucción.
  • Necesitaría saber cómo resolver problemas de varias clases.
  • Necesitaría crecer en carácter también como en conocimiento.
  • Necesitaría seguridad propia también como la habilidad para escuchar bien y trabajar con otros.
  • Necesitaría entender y apreciar el pasado, sin embargo ser optimista acerca del futuro.
  • Necesitaría conocer el valor del aprendizaje durante toda la vida.
  • Necesitaría mantener una mente curiosa y activa.
  • Necesitaría crecer en el entendimiento de otros y llegar a ser un estudiante del espíritu.
  • Necesitaría fijar altos estándares para ella.
  • Necesitaría aprender auto disciplina.
  • Necesitaría amor y alentamiento, para que pudiera ser llenada con amor y bondad.

Sus enseñanzas cambiaron. Cada joven persona que caminaba por su aula de clase se convertía, para él, en un futuro líder del mundo. Vio en cada uno, no como eran, sino como podían ser. Esperaba lo mejor de sus estudiantes, sin embargo lo temperaba con compasión. Le enseñaba a cada uno como si el futuro del mundo dependiera de su instrucción. Después de muchos años, una mujer que él conocía se elevó a una posición de prominencia mundial. Se dio cuenta que ella con seguridad debe haber sido la niña descrita en su sueño. Solamente que ella no era uno de sus estudiantes, sino en lugar de esto su hija. De todos los varios maestros en su vida, su padre era el mejor. He escuchado decir que Los niños son los mensajes vivientes que enviamos a un tiempo y lugar que nosotros nunca veremos. Pero ésta no es simplemente una parábola acerca de un maestro de escuela no nombrado. Es una parábola acerca de Usted y yo —ya sea que seamos padres o aún profesores. Y la historia, NUESTRA historia, realmente empieza así:

A Usted se le dará un hijo quien crecerá para llegar a ser.... Usted termine la frase. Si no un líder mundial, ¿entonces un padre magnífico? ¿Un excelente maestro? ¿Un talentoso curandero? ¿Un innovador solucionador de problemas? ¿Un artista inspirado? ¿Un filántropo generoso? En dónde y cómo Usted encontrará a este niño es un misterio. Pero crea que el futuro de un niño puede depender de la influencia que solo Usted puede suministrar, y algo maravilloso sucederá. Porque ninguna persona joven será nunca ordinaria para Usted de nuevo. Y Usted nunca será el(la) mismo(a).

Cómo Se Escribió el Libro Tao Te King

¿Cómo se escribió uno de los libros más importantes del mundo? En el año vigésimo tercero del reinado de Zhao, Lao Tse percibió que la guerra terminaría por destruir el lugar donde vivía. Como había pasado años meditando sobre la naturaleza de la vida, sabía que en ciertos momentos es preciso ser práctico. Decidió, entonces, tomar la decisión más simple: mudarse.

Tomó sus pocas pertenencias, y partió en dirección a Han Keou; en la puerta de salida de la ciudad, encontró un guardia.

  • ¿Adónde va tan importante sabio? —preguntó el guardia —.
  • Lejos de la guerra.
  • No puede irse así. Me gustaría mucho saber qué fue lo que aprendió en tantos años de meditación. Sólo lo dejaré partir si comparte conmigo lo que sabe.

Nada más que para librarse del guardia, Lao Tse escribió ahí mismo un pequeño librito, cuya única copia le entregó. Después, continuó su viaje, y nunca más se oyó hablar de él.

El texto de Lao Tse fue copiado y recopiado, atravesó siglos, atravesó milenios, y llegó hasta nuestro tiempo. Se llama Tao Te King, está publicado en portugués por varias editoriales, y es una lectura obligada. Aquí va una de sus páginas:

Aquel que conoce a los otros es un sabio,
Aquel que se conoce a sí mismo es un iluminado,
Aquel que vence a los otros es fuerte,
Aquel que se vence a sí mismo es poderoso,
Aquel que conoce la alegría es rico,
Aquel que conserva su camino tiene voluntad.

Sé humilde, y permanecerás íntegro,
Inclínate, y permanecerás erguido,
Vacíate, y permanecerás repleto,
Gástate, y permanecerás nuevo.

El sabio no se exhibe, y por eso brilla,
No se hace notar, y por eso es notado,
No se elogia, y por eso tiene mérito,
Y porque no está compitiendo, nadie en el mundo
puede competir con él.

La Asamblea de la Carpintería

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El Martillo fue nombrado Director de Debates, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar: La causa, ¡hacía demasiado ruido! Y se la pasaba el tiempo golpeando. El Martillo aceptó la culpa, pero pidió que también fuera expulsado El Tornillo, dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque El Tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión del Papel de Lija. Hizo ver que era muy áspera en el trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y La Lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado El Metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.

En ese momento entró el carpintero, se colocó el delantal e inició su trabajo. Utilizó El Martillo, El Papel de Lija, El Metro, y al Tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se transformó en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó su deliberación, fue entonces cuando tomó la palabra el Serrucho y dijo: Señores ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos. La asamblea encontró entonces que El Martillo era fuerte, El Tornillo unía y daba fuerza, La Lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que El Metro era preciso y exacto.

El Auto

Una vez había joven muchacho que estaba a punto de graduarse en sus estudios. Hacia muchos meses admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia de autos.

Sabiendo que su padre podría comprárselo le dijo que ese auto era todo lo que quería, así, como se acercaba el día de graduación, el joven esperaba por ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el auto. Finalmente en la mañana del día de graduación su padre le llamó para que fuera a su habitación. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y algo decepcionado el joven abrió la caja y encontró una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro.

Enojado le gritó a su padre diciendo: — ¿Con todo el dinero que tienes y lo que me das es esta Biblia?

Salió de la casa y no regreso más. Pasaron muchos años y el joven se convirtió un exitoso hombre de negocios. Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre, que ya era anciano, estaba muy enfermo pensó visitarlo. No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación. Antes de que pudiera partir para verlo recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto, y le había heredado todas sus posesiones por lo cual necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los trámites de inmediato.

Cuando llegó una tristeza y arrepentimiento lleno su corazón. Pronto empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado.

Con lágrimas la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un verso en Mateo 7:11: Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas guías a vuestros hijos, cuanto más nuestro Padre dará a sus hijos aquello que le pidan. Mientras leía esas palabras unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenía una tarjeta de la agencia de autos donde había visto ese auto deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las palabras: TOTALMENTE PAGADO

¿Cuantas veces hemos rechazado o perdido la oportunidad de disfrutar o vivir algo porque no viene envuelto en paquetes hermosos como nosotros esperamos?

Cómo Se Hacen los Colores del Arco Iris

Érase una vez en que los colores del mundo comenzaron a reñir. Todos reclamaban que ellos eran el mejor, el más importante, el más útil, y el favorito.

El Verde dijo, Claramente yo soy el más importante. Soy el signo de vida y de esperanza. Fui escogido para el pasto, los árboles y las hojas. Sin mí, todos los animales morirían. Miren el campo y verán que yo estoy en la mayoría.

El Azul interrumpió, Ustedes solo piensan de la tierra, pero consideren los cielos y el mar. Es el agua la que es la base de la vida y es elevada por las nubes del mar profundo. El cielo da espacio y paz y serenidad, sin mi paz Ustedes todos serían nada.

El Amarillo se rió, Ustedes son todos tan serios. Yo traigo risa, regocijo, y calor al mundo. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que mire un girasol el mundo entero empieza a reír. Sin mí no habría diversión.

El Naranja próximo empezó a tocar su trompeta. Yo soy el color de la salud y la fortaleza. Puedo ser escaso, pero soy precioso porque sirvo las necesidades de la vida humana. Llevo las más importantes vitaminas. Piensen en las zanahorias, las calabazas, naranjas, mangos, y papayas. Yo no ando rondando por ahí todo el tiempo, sino cuando lleno el cielo a la salida y puesta del sol, mi belleza es tan notable que ninguno da otro pensamiento a ninguno de Ustedes.

El Rojo no podía aguantar por más tiempo, gritó, Yo soy el regente de todos Ustedes! Soy sangre — la sangre de la vida! Soy el color de la valentía. estoy dispuesto a pelear por una causa. Traigo fuego en la sangre. Sin mí, la tierra estaría tan vacía como la luna. Soy el color de la pasión y del amor, la rosa roja, la poinsetia y la amapola.

El Púrpura se levantó a su plena altura. Era muy alto y habló con gran pompa. Soy el color de la realeza y del poder. Los reyes, jefes, y obispos me han siempre escogido a mí, porque soy el signo de autoridad y sabiduría. La gente no me cuestiona! ellos escuchan y obedecen.

Y así los colores fueron jactándose, cada uno convencido de su propia superioridad. Su riña se puso cada vez más ruidosa. Súbitamente hubo un relámpago de luz brillante, el trueno tronó y retumbó.

La lluvia empezó a caer sin clemencia. Los colores se agacharon de miedo, acercándose los unos a los otros para confortarse. En medio del clamor, la lluvia empezó a hablar:

Ustedes tontos colores, peleándose entre Ustedes, cada uno tratando de dominar al resto. ¿No saben que cada uno de Ustedes fue hecho con un propósito especial, único y diferente? Únanse de las manos y vengan conmigo. Haciendo como a ellos se les dijo los colores se unieron y unieron sus manos. La lluvia continuó: desde ahora en adelante, cuando llueva, cada uno de Ustedes se estirará a través del cielo en un gran arco de color como un recordatorio de que Ustedes todos pueden vivir en paz. El Arco Iris es un signo de esperanza para el mañana.

Y así, siempre que una buena lluvia lava al mundo, y un arco iris aparece en el cielo, recordemos en apreciarnos los unos a los otros.

Lección de Amor

El amor es como una cajita, donde se coloca y se saca... Cuando se da amor, se saca de nuestra cajita y se coloca en la cajita del otro. Cuando se recibe amor, se saca de la cajita del otro y se coloca en la nuestra.

Creo que esa fue la mejor explicación que recibí hasta hoy del amor... Si solo se recibe y no se da, la cajita se llena y nadie mas consigue darte amor. Si solo se da, llega un momento que se acaba el tuyo. Por eso en la vida es importante dar y recibir amor. No siempre aquel que recibe de nosotros es quien nos lo da. Ni siempre damos de quien recibimos. Pero siempre estamos haciendo cambios y reciclando nuestro stock de amor.

No dejes que tu cajita se vacíe, ni dejes que tu cajita se llene. Sepa dar y sepa recibir. Coloca amor en todo lo que haces, desde que te levantas hasta que te acuestas, en el trabajo, en el tránsito, en casa... Las cosas, los detalles hechos con amor tienen otro sabor, tanto para quien lo hace como para quien recibe. Coloca amor en tu sonrisa por la mañana. Coloca amor en el Buen Día. Coloca amor en los detalles del día. Coloca amor en las pequeñas cosas, y en las grandes también. Y verás que tu vida estará llena de realizaciones, suceso, alegrías, cosas buenas y amor. Recuerda que la felicidad solo depende de nosotros y vive mejor!!!

Cuando La Fruta No Alcance

Una vez un grupo de tres hombres se perdieron en la montaña y había solamente una fruta para alimentarlos a los tres, quienes casi desfallecían de hambre. Se les apareció entonces Dios y les dijo que probaría su sabiduría y que dependiendo de lo que mostraran les salvaría. Les preguntó entonces Dios qué podían pedirle para arreglar aquel problema y que todos se alimentaran.

El primero dijo: Pues aparece mas comida, Dios contestó que era una respuesta sin sabiduría, pues no se debe pedir a Dios que aparezca mágicamente la solución a los problemas sino trabajar con lo que se tiene.

Dijo el segundo entonces: Entonces haz que la fruta crezca para que sea suficiente, a lo que Dios contestó que no, pues la solución no es pedir siempre multiplicación de lo que se tiene para arreglar el problema, pues el ser humano nunca queda satisfecho y por ende nunca sería suficiente.

El tercero dijo entonces: Mi buen Dios, aunque tenemos hambre y somos orgullosos, haznos pequeños a nosotros para que la fruta nos alcance. Dios dijo: Has contestado bien, pues cuando el hombre se hace humilde y se empequeñece delante de mis ojos, verá la prosperidad.

Saben, se nos enseña siempre a que otros arreglen los problemas o a buscar la salida fácil, siempre pidiendo a Dios que arregle todo sin nosotros cambiar o sacrificar nada. Por eso muchas veces parece que Dios no nos escucha pues pedimos sin dejar nada de lado y queriendo siempre salir ganando. Muchas veces somos egoístas y siempre queremos de todo para nosotros.

Seremos felices el día que aprendamos que la forma de pedir a Dios es reconocernos débiles, y ser humildes dejando de lado nuestro orgullo. Y veremos que al empequeñecernos en lujos y ser mansos de corazón veremos la prosperidad de Dios y la forma como Él sí escucha.

Pídele a Dios que te haga pequeño...Haz la prueba!!!!

Parábola de la Vida

Propongo a tu consideración la siguiente parábola de la vida: un autobús cargado de turistas atraviesa una hermosísima región llena de lagos, montañas, ríos y praderas. Pero las cortinas del autobús están echadas, y los turistas, que no tienen la menor idea de lo que hay al otro lado de las ventanillas, se pasan el viaje discutiendo sobre quién debe ocupar el mejor asiento del autobús, a quien hay que aplaudir, quién es el más digno de consideración... Y así siguen hasta el final del viaje.

Encuentras Lo Que Está En Ti

Una historieta popular del Cercano Oriente cuenta que un joven llegó al borde de un oasis contiguo a un pueblo y acercándose a un anciano le preguntó:

  • ¿Qué clase de personas vive en este lugar?
  • ¿Qué clase de personas vive en el lugar de donde tú vienes?, preguntó a su vez el anciano.
  • Oh, un grupo de egoístas y malvados, replicó el joven, estoy encantado de haberme ido de allí. A lo cual el anciano contestó:
  • Lo mismo vas a encontrar aquí.

Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano, preguntó:

  • ¿Qué clase de personas vive en este lugar? El viejo respondió con la misma pregunta:
  • ¿Qué clase de personas vive en el lugar de donde tú vienes?
  • Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
  • Lo mismo encontrarás aquí, respondió el anciano.

Un hombre que había oído ambas conversaciones preguntó al viejo:

  • ¿Cómo es posible dar dos respuestas diferentes a la misma pregunta? A lo cual el viejo respondió:
  • Cada cual lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada nuevo en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquel que encontró amigos allá, podrá encontrar también amigos aquí, porque, a decir verdad, tu actitud mental es lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto.

Siempre que tengas una actitud positiva hallarás la verdadera riqueza de la vida. Si miras dentro de ti sabrás que posees una gran fortaleza para entregar y para descubrir todas las cosas buenas en los demás. ¡Qué siempre encuentres un oasis de paz!

Estamos de Paso

En el siglo pasado un turista visitó al famoso rabino polaco Hofetz Chaim. Se quedó asombrado al ver que la casa del rabino consistía sencillamente en una habitación atestada de libros. El único mobiliario lo constituían una mesa y una banqueta.

  • Rabino, ¿Dónde están tus muebles?, preguntó el turista.
  • ¿Dónde están los tuyos?, replicó Hofetz.
  • ¿Los míos?, pero si yo solo soy un visitante... estoy aquí de paso.
  • Lo mismo que yo, dijo el sabio rabino.

El despego es una cualidad de los que saben que estamos acá de paso y son libres sin aferrarse a las cosas. Si aprecias más la riqueza interior que la exterior vives sencillamente y vives profundamente. Somos peregrinos. Avanzamos mucho cuando caminamos ligeros de equipaje.

Lo Que Está en el Vino

Cuando Noé estaba plantando una viña, se apareció Satán y pidió permiso para ayudarlo.

Satán trajo primero un cordero, lo mató y vertió su sangre sobre los surcos. Después empapó la tierra con sangre de león. A continuación atrapó un mono y usó su sangre del mismo modo. Y finalmente le tocó el turno a un cerdo. Entonces Satán le explicó a Noé sus intenciones:

Cuando el hombre tome la primera copa de vino se volverá dulce y alegre como el cordero. Con la segunda copa, será valiente y peleador como el león, jactándose de su poder. Después de la tercera copa, se pondrá en ridículo como un mono. Pero si toma cuatro o más copas se convertirá en un cerdo repugnante, sucio y bestial, capaz de revolcarse en el barro.

Comparte Tu Maíz

En cierta ocasión un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto, año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.

  • ¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año? preguntó el reportero.
  • Verá usted, señor, dijo el agricultor. El viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz debo ayudar a que mi vecino también lo haga.

Lo mismo es con otras situaciones de nuestra vida. Quienes quieran lograr el éxito deben ayudar a que sus vecinos también tengan éxito. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.

Que Dios les conceda la gracia del éxito en sus vidas compartiendo lo que Dios les da.

Viéndose a Sí Mismo

Cuando mires a tus compañeros procura mirarte a ti mismo, dijo el maestro al discípulo.

Pero, ¿no es una actitud egoísta?, cuestionó el discípulo. Si nos preocupamos por nosotros mismos jamás veremos lo que los otros tienen de bueno para ofrecer.

Ojalá siempre consiguiéramos ver las cosas buenas que están a nuestro alrededor —contestó el maestro— pero, en verdad, cuando miramos al prójimo estamos solo buscando defectos. Intentamos descubrir una maldad, porque deseamos que sea peor que nosotros. Nunca lo perdonamos si nos hiere porque creemos que jamás seríamos perdonados por él. Conseguimos herirlo con palabras duras afirmando que decimos la verdad, cuando apenas estamos intentando ocultarla de nosotros mismos. Fingimos que somos importantes para que nadie pueda ver nuestra fragilidad. Por eso siempre que estés juzgando a tu hermano ten conciencia de que eres tú quien está en el tribunal