Diógenes de esclavo
Cuento zen con moraleja
Imposible hacer esclavos a quienes han alcanzado la iluminación, porque son exactamente igual de felices en estado de esclavitud que en estado de libertad.
Cuento zen sobre la libertad
Se dice que, cuando el filósofo griego Diógenes fue hecho preso y llevado al mercado de esclavos para ser vendido, Diógenes se subió al estrado del subastador y gritó en voz alta:
¡Un señor ha venido aquí para venderme!
¿Hay algún esclavo entre vosotros que quiera comprarme?
MORALEJA
Es imposible hacer esclavos a quienes han alcanzado la iluminación, porque son exactamente igual de felices en estado de esclavitud que en estado de libertad.
TIPS PARA SER LIBRE
Mantén al hombre sin miedo en lo posible. El camino más seguro para conseguirlo consiste en permitirle amar, porque el amor destruye el miedo, el amor destierra el miedo.
A la gente no se le ha permitido amar porque es la única manera de esclavizarlo. Cuando están temblando de miedo, están siempre de rodillas, inclinándose ante el sacerdote e inclinándose ante el político.
Todo el mundo tiene miedo a la libertad. Por eso en todo el mundo hay tantos niveles de esclavitud en uno mismo. Todas las personas son esclavos múltiples: son esclavos de sus padres, esclavos de las religiones, esclavos del estado, esclavos de sus vecinos; y toda clase de esclavitudes que no son visibles.
Un hindú es un esclavo, un cristiano es un esclavo, un mahometano también lo es; todas las religiones son esclavitudes psicológicas porque te dan el consuelo de que si las sigues, si crees, si tienes fe, no te ocurrirá nada. Te dan toda clase de estrategias para seguir siendo dependiente. Te enseñan a rezar; rezar es simplemente mendigar.
La libertad trae la responsabilidad. La responsabilidad te ayuda a hacerte cada vez más libre. Y solamente una persona que conoce el sabor de la libertad, que conoce la belleza de la responsabilidad, merece llamarse a sí mismo ser humano; de otra forma, seréis solo otro individuo y nada más.
Sé libre para Dios, sé libre para la verdad, pero no pienses que quieres librarte de la multitud, de la Iglesia, de la Política, de esto y aquello.