LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
Debemos cambiar el pensamiento para detener la guerra. Hasta que no comprendamos y nos enfrentemos a este hecho básico, las guerras serán inevitables.
Es obvio que la guerra que nos amenaza no puede ser detenida porque ya está en movimiento está desencadenándose a un nivel psicológico principalmente.
Los políticos están creando más conflicto, más agitación, más discriminación, más armas destructivas y preparándose para la tercera guerra mundial.
La guerra es una pelea entre dos ladrones cobardes para luchar por sí mismos; cogen chicos y los sueltan como bestias salvajes, unos contra otros.
La guerra espiritual también llamada lucha en las regiones celestes es una batalla que envuelve a todos, es decir a cada uno de los hombres y mujeres.
Tolstoy decía que: El patriotismo es el principio que justifica el entrenamiento de asesinos al por mayor. El crimen en masa nunca puede ser progreso.
Si pertenece al bando violento pensara en guerra con armas por doquier. Si pensó en una al estilo Gandhi seguro pertenece al bando de no-violencia.
La mente no iluminada pelea contra las cosas como son. Con corazón se comprende el proceso de la guerra. La raíz de la guerra está en la ignorancia.
Votare por el «Si» la vida y la libertad son sagradas. Evitar que un ser sea asesinado o secuestrado y un niño esclavizado. Es pretexto para hacerlo.
Y oiréis hablar de guerras y rumores de guerra, pero no os turbéis, pues todo esto tiene que suceder. Y esto será sólo el comienzo de las necesidades.
Los que pensamos que la guerra es un veneno de la humanidad tenemos el deber, como parte de la humanidad de oponernos a ella y buscar el antídoto.
Cómo convertir riquezas inmovilizadas en inversiones que crean riqueza para el bien común y repartir beneficios justos entre los que los producen.
Los tambores de la guerra suenan y resuenan sin cesar en todo el Mediterráneo y en Oriente. Comenzaron un día con levantamientos pacíficos en Túnez.
En estos días atroces que vivimos cualquiera que sea el aspecto que contemplamos, bien sea la economía, el estado del Planeta, la pobreza creciente.
Nuestro ego o yo inferior, con su eterna ceguera de topos, impide ver la causa profunda de todo, que no es otra que nuestro pensar, sentir y vivir.
Evidencias insoportables de condiciones de vida de los animales. En realidad, es un infierno para los animales llamado Granja. Un mal común inhumano.
Todas las guerras están organizadas por hombres cultos, algunos hasta con premios Nobel de la paz para mayor escarnio de las mejores universidades.
Es difícil imaginarse a Jesús de Nazaret envuelto en semejante telaraña. Es difícil imaginar a Cristo en El Vaticano rodeado de guardias armados.
Potenciar la demanda en productos a nivel mundial. Sólo basta emplear el dinero que se usa para matarnos entre nosotros en dinero para que vivamos.
Muchos ignoran, hipnotizados por telediarios, periódicos y los políticos el campo de la conciencia individual y el campo de las relaciones humanas.