La iluminación espiritual

Trascendencia

POR: AKASHICOS

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DEJA FLUIR

Deja que la lectura fluya. Si tienes que parar de leer, si tienes que releer algún texto, si tienes que reflexionar sobre algo, meditarlo, interiorizarlo… deja que fluya. Hay momentos para leer, hay momentos para parar, hay momentos para releer.

Esta lectura es dura para el ego, incomprensible y no encuentra sentido en ella. Aquí y Ahora se acaban las florituras, la suavidad; con la firmeza y con la aceptación de que cada uno permanece acorde a la consciencia experimentada o a la inconsciencia que le domina, se describe con claridad la ilusión que el ego está viviendo. Está viviendo una vida vacía; atrapado y dominado por las estrategias que tiene que obedecer y seguir sin elección alguna; está obligado a la búsqueda de su alimento, a sobrevivir sea como sea. Si permaneces identificado con la mente y dominado por el ego, vives en una cárcel; eres prisionero y los breves atisbos de libertad que has creído experimentar, son un espejismo. Pero para dejar de permanecer como esclavo de la identificación con la mente y del domino del ego, hay que tener consciencia de que hasta ahora permaneces como esclavo. Esto no gusta, no se quiere reconocer, el ego se siente ofendido al leerlo. Aceptar que todo lo percibido, que la vida que se vive y que la forma de vivir es la parte superficial, insatisfactoria e ilusoria de la vida y que te ha llevado a vivir como un esclavo sufriente, no es fácil para el ego (la ilusión que crees ser. Yo-muñeco).

Si crees que eres libre y consideras que con la percepción de la mente y de los sentidos captas la vida tal y como es, te quedarás en la superficialidad del análisis y tal vez no percibas sentido en la lectura de las palabras que conforman el libro. Si algo en ti reconoce la esclavitud vivida, adelante; consciente o inconscientemente estás predispuesto a escuchar, a leer en profundidad e ir más allá del análisis.

Tras reconocerlo, surge la oportunidad de trascender todo aquello que te esclaviza, y así dejar de percibir la superficialidad de la vida y poder experimentar la profundidad de la existencia. Nada tiene que ver la percepción de la vida mientras estás identificado con la mente y hay un ego al que alimentar, con cuando fluye la Naturalidad de la experiencia de la existencia. Analíticamente puede no verse diferencias en la forma de vida, en la vida externa y en la forma de recorrer el camino de la vida; pero interiormente, la experiencia es trasformadora, profunda, sublime… hasta que la inefable experiencia deja de vivirse con la identificación con un yo que la vive, y se trasciende el yo que experimenta, el yo que vive, el yo que nace y el yo que muere. En ese instante, interiormente vacío, pero un vacío no sufriente, sin búsquedas y con aceptación, no hay identificación con ningún estado interior ni tampoco con lo manifestado. Simple pero profundamente, se vive, se fluye. En ese instante, todo puede ser vivido. Fluye con Naturalidad, sin resistencia, sin calificaciones. Cada instante es el mejor.

El tiempo que estás invirtiendo en leer estas palabras, no vuelve. Estás dejando de vivir otras circunstancias para estar aquí, conmigo, la Energía que las envuelve. Vive la vida acorde a aquello que te hace permanecer entusiasmado, porque el tiempo que pases enfadado, dominado por el rencor, el miedo, el orgullo, la ira o el ego, es tiempo que no estás viviendo, tan solo transitando.

¿Vives o Transitas?


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