La iluminación espiritual

Sí a la paz

LA PAZ COLOMBIANA

Tanto las personas a pie como su servidor sabemos que para conseguir la paz en Colombia debemos tragar tragos amargos aceptando indultos y otra cantidad de exigencia por parte de la Farc. De ahí surge la pregunta del millón, ¿Es necesario tragarnos ese inmenso sapo? Pienso que sí, la razón es simple. Para parar el ciclo interminable de odios y venganzas, de muertes y violaciones, de secuestros y desplazados, se requiere sacrificio y un sentido inmenso del perdón.

Hay que neutralizar el mal para que reine el amor. Es más fácil derrotar los malos evitando que se retroalimenten. La intención de evitar que crezca el odio puede acercarnos a la verdadera Paz. En nuestro país nunca ha existido esa intención mancomunada, debemos aprovechar esta oportunidad de oro apoyando el sí.

Un poco de historia para que se den cuenta del concepto de guerra que hay sembrado en las masas. El catolicismo fue la primera religión que generó en la mente de la gente la idea de que la guerra puede ser también religiosa. Y el islamismo y otras religiones le han seguido, matándose cruelmente unos a otros en nombre de Dios. Afirmo: la guerra como tal es anti espiritual. ¡No puede existir nada como una cruzada, un jihad, una guerra santa! Si llamas "santa" a la guerra, entonces, ¿Qué queda para ser llamado no-santo?

Conclusión

Trompetas de guerra suenan en todos los rincones del planeta. Lo que sucede en Colombia con el proceso de paz visto fuera del campo de batalla puede ser un ejemplo motivador para que naciones hermanan cesen de pelearen los unos a los otros. Somos permisivos, dejamos que el mal crezca de forma desenfrenada pero cuando queremos que pare debemos saber que hay que pagar un alto precio. Aprendamos de esto. Todo brote de violencia que surja hay que neutralizarlo con amor antes de que sea demasiado tarde. El mal se retroalimenta con mal. Apoyar el "sí" es lo que menos da comidilla a las fuerzas oscuras, él "NO" la engorda y la hace más fuerte.