La iluminación espiritual

Samsara: la rueda de la vida

SAMSARA

El Samsara es este mundo lleno de dolor y tristeza tal como lo conocemos. Todos los seres de este mundo están sujetos a la ley del karma. Karma significa acto volitivo, es decir, algo que uno hace, dice o piensa y que de hecho está bajo su control. Todos los actos de este tipo tienen consecuencias morales llamadas vipaka, que significa fruto. En el Budismo tradicional, estas consecuencias pueden ocurrir en esta vida o en una vida futura.

La mayoría de los Budistas creen en el renacimiento. Para muchos, el renacimiento no es diferente de la creencia de los Hinduistas, por ejemplo, en la reencarnación o en la transmigración de las almas (pasar del viejo cuerpo que muere a uno que acaba de nacer o de ser concebido). Con un poco más de precisión, sin embargo, el renacimiento no es más que la transmisión del propio karma. Buda lo comparaba con la llama que pasa de una vela a otra. Así pues, la idea de un alma inmortal, de una personalidad continua, no es de ningún modo una parte del concepto del renacimiento.

El renacimiento y otros conceptos similares no forman parte de la mayoría de las culturas occidentales, así que muchos budistas occidentales y algunos budistas de oriente, toman el renacimiento como una metáfora, más que literalmente. El Budismo nunca ha sido una religión anclada en lo literal, así que esto no es ningún tabú. De hecho, Buda evita a menudo discutir la realidad de una u otra idea metafísica como irrelevante para la práctica del Dharma.

La imagen que acompaña esta nota es la Rueda de la Vida tibetana, que representa el Samsara. En el centro, hay un gallo cazando a un cerdo que caza a su vez a una serpiente que trata de cazar al gallo, es decir, el deseo, el odio y la ignorancia. Alrededor de ellos hay personas ascendiendo el semicírculo blanco de la vida, junto a otras que descienden el semicírculo negro de la muerte. La mayor parte de la Rueda está dedicada a la representación de seis reinos: el reino de los dioses, el reino de los titanes, el reino de los humanos, el reino de los animales, el reino de las almas en pena y el reino de los demonios, cada reino presidido por su propio boddhisattva. La parte más exterior del círculo la componen los doce pasos del origen dependiente. La Rueda al completo está sujetada por Yama, el Señor de la Muerte.

Samsara o la zona de seguridad

Si tomamos cualquier diccionario de sánscrito nos dirá que la palabra Samsara significa literalmente "flujo, devenir". Un término que hace referencia a la rueda de las reencarnaciones causadas por la acumulación de acciones que han de tener una reacción. Es el ciclo de nacimientos y muertes que tiene lugar incesantemente mientras se cumple el Karma, la ley de causa y efecto del Universo.

Pero esta simple definición encierra muchísima sabiduría, muchísimo que meditar. ¿Te has preguntado alguna vez por qué repetimos los patrones o constelaciones heredadas de nuestros padres? ¿O por qué siempre atraemos el mismo tipo de parejas o trabajos? Estas situaciones pueden o no disgustarnos, no importa si lo que sentimos es placentero o desagradable. Lo importante a meditar es porqué siempre atraemos lo mismo a nuestra vida, porqué nuestra vida está condicionada por lo que nos rodea imposibilitańdonos ver más allá incluso negar su existencia. Esa es la cuestión, meditar si existe más vida más allá de nuestras percepciones.

Ir más allá de nuestra zona de seguridad supone riesgo, valentía, coraje, y por tanto, miedo a lo desconocido, a la soledad, a la muerte, al abandono y al rechazo. Salir de nuestra zona de seguridad, para romper ese samsasa recalcitrante que nos mata antes de morir, supone enfrentarse a nuestros más profundos miedos. Conocer nuevos estados de existencia, nuevas formas de vida y de vivir, nos abre a todo un Universo que nos hace más humildes, comprensivos, compasivos.

Antes del Gran Samsara del nacimiento, muerte y renacimiento existen infinitos pequeños samsaras que pueden dominar y anquilosar nuestra vida. Pongamos unos ejemplos:

  • Nacer, crecer, casarse, tener hijos, deudas, hipotecas, amantes, divorciarse, morir. Este es el Samsara básico de la mayoría. El Sistema nos invita a vivir sutilmente de esta manera pues salvaguarda perfectamente sus intereses. Este es el motor del Sistema. "No existe mayor cárcel que aquella cuyos barrotes son invisibles", decía Dostoyevski. Este samsara nos invita a vivir en nuestra zona de seguridad a cambio de renunciar a la Libertad.
  • Conocido por todos es el dicho: pueblo pequeño, infierno grande. Efectivamente, son todas esas vidas enamoradas de su zona de seguridad que en muchos casos ni viven ni dejan vivir, anquilosadas tras muchos años de frustraciones, incapaces de mirarse al espejo. Es muy probable que estas personas estén viviendo ciclos samsaricos que no se atreven a romper por miedo a las consecuencias, por lo que, cualquier cosa externa que les mueva o les haga abrir los ojos será motivo de crítica y destrucción.
  • Aburrirse, inventar, molestar al prójimo. Este es un samsara retorcido, propio de una persona profundamente enferma, que necesita imperiosamente llamar la atención a toda costa. La vida de esta persona le desagrada profundamente, prefiere mirar a otro lado, prefiere evadir, prefiere inventar otra vida alternativa, no quiere escapar completamente de su vida ni romper con ella porque le da mucho bienestar material.

Existen muchísimos samsaras más, todos ellos siguen ese proverbio tántrico que dice: "aquello que crees que libera, en realidad esclaviza".

La película que os recomiendo aquí trata de un monje budista tibetano, su zona de confort es que ha estado viviendo en monasterio desde bien pequeño, no conoce otra forma de vida, está acomodado en ella. Cuando despierta su naturaleza, su Maestro en lugar de castigarlo, reprimirlo o castrarlo como haría cualquier judeocristiano moralista, toma una decisión muy sabia y atrevida. Le invita a salir del monasterio, vivir la vida que deba de vivir y cuando haya concluido esa vida que regrese.

Evidentemente, toda nueva vida, toda salida de de su zona de seguridad traerá su Karma, además de enfrentarse a sus miedos. Eso es algo que hay que meditar. Por eso el Sabio es el que se anticipa siempre, el que conoce las posibilidades y decide inteligentemente. Todos vivimos en nuestra zona de seguridad pues nos salvaguarda de nuestros miedos, de nuestras angustias, pero ya sabes cómo hay que romperla, la decisión es tuya si deseas hacerlo o no, pero solo un detalle más antes de dejaros ver la película, si tienes pareja comparte tus frustraciones con ella, no tomes decisiones para romper tu zona de seguridad sin contar con ella porque puedes causar mucho daño y esto, también traerá sus consecuencias, nada escapa al Karma.

Las religiones se han esforzado muchísimo para inventar a dios, para inventar la vida y la espiritualidad, todo con tal de no sentir la angustia existencial, el no saber quienes somos y de dónde venimos. Es un pecado mentir, pero no es pecado autoengañarse para ellos, por eso viven en la permanente hipocresía, por eso matan y asesinan por sus creencias, porque la idea que pueda tener otro, sin importar si es acertada o no, les hace sentir su angustia existencial. Sentir compasión, es por tanto, una virtud muy elevada, pero vivir sin autoengañarnos mayor Virtud es.

Para recordar:

Samsara significa literalmente "flujo, devenir".

Nacer, crecer, casarse, tener hijos, deudas, hipotecas, amantes, divorciarse, morir. Este es el Samsara básico de la mayoría.

Aquello que crees que libera, en realidad esclaviza.

La vida no es el cuento de hadas que te han contado de pequeña, cuando lo descubras solo sufrirás y harás sufrir a quien te rodea. El conocimiento es lo único que te hará libre y obviamente la humildad para pedir ayuda y dejarte ayudar.

Las religiones se han esforzado muchísimo para inventar a dios, para inventar la vida y la espiritualidad, todo con tal de no sentir la angustia existencial.