La iluminación espiritual

Karma yoga

POR: AKASHICOS

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PROCURAR EL BIEN A OTROS

La impureza del egoísmo (la suciedad en el lago: la mente) se elimina por medio del karma yoga. Karma yoga es el servicio desinteresado a los demás. Hacemos karma yoga cuando realizamos algo con la intención de servir. Cuando lo que nos motiva a ello es el deseo de procurarles bien a otros. La actitud de karma yoga es concentrarnos simplemente en cómo servir a la humanidad de la manera más eficiente posible.

Su lema (el del karma yoga) lo definió con mucha exactitud John F. Kennedy: No pienses qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tú país. El karma yoga es la base del yoga.

El karma yoga purifica el corazón y nos hace sentir en paz.

Un Swami en India nos decía que a los únicos que les va mal, si la gente empieza a hacer karma yoga, es a los sicólogos (¡Porque se quedan sin trabajo!). Karma yoga es lo mejor para la depresión. El servicio desinteresado es la base del yoga. Sin ella no podemos alcanzar éxito en nuestro propósito de volvernos conscientes del alma y lograr la paz. Es el método principal para remover egoísmo (mala). Si esto no se alcanza, no existe ninguna posibilidad de iluminarse. Para entrar en meditación tenemos que estar establecidos en karma yoga. Meditar sin karma yoga es imposible.

Por esto decía Jesús: El mayor entre vosotros será vuestro servidor.

El servicio debe ser la base de nuestra vida y de nuestro trabajo y no algo secundario. Por ejemplo: fabricar cigarrillos y donar plata a los hospitales no sería la mejor expresión de karma yoga. Otra cosa también importante es saber recibir. Se dice que cuando uno muere y empieza a recordar la vida, dos cosas son las que más cuentan: el karma yoga que hizo durante la existencia sirviéndoles a los demás, y las veces que uno recibió algo alegremente de éstos, proporcionándoles así satisfacción a esas personas.

Debe haber un equilibrio entre el dar y el recibir.

Karma yoga se debe practicar desde el centro hacia afuera. Esto quiere decir que debemos empezar por nosotros mismos, luego por nuestra familia, después por el barrio, la ciudad, el país y así sucesivamente hasta alcanzar a toda la humanidad. Un buen ejemplo de esto es nuestro corazón, el órgano más generoso del cuerpo (el que reparte el oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo): la primera sangre oxigenada que sale del corazón la recibe él mismo. Es importante saber que no hay servicios inferiores o superiores. Todos tienen la misma importancia. Pero el mejor karma yoga que podemos hacer es ofrecer nuestros talentos únicos para el bien de la humanidad con la intención de servirle. O sea encontrar lo que se llama en yoga nuestro swadharma (misión en la vida, de acuerdo a nuestros talentos únicos) y ponerlos al servicio de los demás. Cuando esto ocurre entramos en un nivel superior de conciencia. Para darnos cuenta de nuestro swadharma es necesario aquietar la mente. Este (nuestra misión), es lo más natural en nosotros, pero cuando la mente está intranquila no estamos conscientes de él. También nos ayudan las siguientes preguntas:

¿Cuáles son las estrategias para lograr esto?¿Cuáles son mis mayores talentos y cuáles son los que más disfruto cuando los pongo en práctica? ¿Cuál es el trabajo que yo hasta pagaría por hacer? En este punto conectamos la primera con la segunda pregunta: ¿cómo puedo yo poner estos talentos únicos al servicio de esta gran causa? Es decir: ¿cómo puedo hacer realidad mi sueño, poniéndolo al servicio de los demás?

La paz no es un asunto de un gobierno, sino de todos los ciudadanos,
empresarios, privilegiados, y los que tienen más capacidad. Juanes


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