La belleza interior viene de tu propio crecimiento de la conciencia que estás trayendo de muchas vidas. El interior es eterno, el exterior es muy temporal.
Tú tienes tu fuerza interior para cruzar tu camino. Con tu poder interior, encontrarás la ruta, la ruta que a ti se adapte. Déjalo todo a tu interior.
Dios es lo que es. Se calla la mente y lo percibes en el silencio. En resumidas palabras, que tu mente no sea tu mente, que tu mente sea la mente de Dios.
Para ir a tu interior debes trascender todas las ataduras. Sólo entonces puedes encontrar la fuente: la fuente que es la libertad, la fuente que es Dios.