Si el párroco sufrió un ataque al corazón por promover el Reino de Dios fue imposible hacerle ver de forma amable que se trataba de codicia y de egoísmo.
Si discutes, no dejes que tu corazón se aleje. No digan nada que distancie, algún día la distancia será tanta que no podrás encontrar el camino de regreso.