Si buscar a Dios, estás listo a despojarte de todo, menos de tu idea acerca de cómo es realmente Dios. Si utilizas la mente para buscarlo, no verás a Dios.
Si logras imaginarte lo que vive otra persona, te sentirás menos inclinado a juzgarla. Inténtalo con firmeza y comprenderás por qué razón se comporta así.