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Citas Guerrero


El Buda es la vía del guerrero: reagrupa el conjunto de artes marciales japonesas. El Buda ha profundizado de manera directa las relaciones existentes entre la ética, la religión y la filosofía.

Los guerreros jamás pueden tender un puente para reunirse con la gente del mundo. Pero si la gente desea hacerlo, tiene que tender un puente para reunirse con los guerreros.

Hay montones de cosas que un guerrero puede hacer en un determinado momento y que no habría podido hacer años antes. Esas cosas no cambiaron; lo que cambio fue su idea de si mismo.

Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a si mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital.

Un guerrero no tiene remordimientos por nada de lo que ha hecho, porque aislar los propios actos llamándolos mezquinos, feos o malos es darse a uno mismo una importancia injustificada.

El conocimiento es un asunto de lo mas peculiar, especialmente para un guerrero. El conocimiento, para un guerrero, es algo que, súbitamente, llega, lo envuelve y luego sigue de largo.

Lo recomendable para los guerreros es no tener cosas materiales en las que enfocar su poder, sino enfocarlo en el espíritu, en el verdadero vuelo a lo desconocido y no en trivialidades.

La única libertad que tienen los guerreros es la de comportarse impecablemente. Pero la impecabilidad no es solo su única libertad, sino la única manera de enderezar la forma humana.

El hombre corriente es consciente de todo solo cuando piensa que debería serlo; la condición de un guerrero, en cambio, es ser consciente de todo en todo momento.

El primer principio del arte de acechar es que los guerreros eligen su campo de batalla. Un guerrero jamás entra en batalla sin conocer antes el entorno.

Los guerreros no ganan victorias golpeándose la cabeza contra los muros, sino rebasando los muros. Los guerreros saltan sobre los muros, no los derriban.

Un guerrero no deja nada al azar. De hecho, influye en el resultado de los acontecimientos mediante la fuerza de su conciencia y de su intento inflexible.

El poder pone siempre al alcance del guerrero un centímetro cubico de suerte. El arte del guerrero consiste en ser permanentemente fluido para poderlo atrapar.

Un guerrero nunca se preocupa de su miedo. En vez de eso, piensa en las maravillas de ver el flujo de la energía. El resto son adornos, adornos sin importancia.

El mundo de la gente tiene subidas y bajadas, y la gente sube y baja con su mundo; los guerreros no tienen por que seguir las subidas y bajadas de sus semejantes.

Las posibilidades del hombre son tan vastas y misteriosas que los guerreros, en vez de pensar en ellas, han optado por explorarlas sin esperanza de comprenderlas jamás.

El camino del guerrero ofrece al hombre una vida nueva, y esa vida tiene que ser completamente nueva. No puede uno llevar a esa nueva vida sus viejas y malas costumbres.

El chamanismo es un viaje de regreso. Un guerrero regresa victorioso al espíritu tras haber descendido al infierno. Y del infierno regresa con trofeos. La comprensión es uno de sus trofeos.

El destino de un guerrero sigue un curso inalterable. El desafío consiste en cuan lejos puede llegar y cuan impecable puede ser dentro de esos rígidos confines.

Un hombre, cualquier hombre, merece cuanto les toca en suerte a los hombres: alegría, dolor, tristeza y lucha. No importa la naturaleza de sus actos, siempre y cuando actué como guerrero.

La perdida de la forma humana es como una espiral. Le da a un guerrero la libertad de recordarse a si mismo como un conglomerado de campos de energía enderezados, lo que a su vez le hace aun mas libre.

Los guerreros encaran el tiempo que llega. Normalmente encaramos el tiempo que se aleja de nosotros; solo los guerreros pueden cambiar esta situación y encarar el tiempo a medida que avanza hacia ellos.

Todo lo que los guerreros hacen es consecuencia del desplazamiento de sus puntos de encaje, y tales desplazamientos están determinados por la cantidad de energía que los guerreros tienen a su disposición.

Un guerrero debe aprender a hacer que cada acto cuente, pues va a estar aquí, en este mundo, tan solo un tiempo breve; de hecho, demasiado breve para ser testigo de todas las maravillas que existen.

Un guerrero no esta nunca sitiado. Estar sitiado implica que uno tiene posesiones personales que defender. Un guerrero no tiene nada en el mundo salvo su impecabilidad, y la impecabilidad no puede ser amenazada.

Un guerrero, primero debe saber que sus actos son inútiles y, a pesar de ello, proceder como si no lo supiera. ese es el desatino controlado del chaman.

Un guerrero cazador trata íntimamente con su mundo y, sin embargo, es inaccesible para ese mismo mundo. Lo toca ligeramente, permanece el tiempo preciso y luego se aleja velozmente, sin apenas dejar rastro.

Un guerrero sabe que espera y sabe lo que espera; y mientras espera, deleita sus ojos en la contemplación del mundo. El logro definitivo de un guerrero es disfrutar con la alegría del infinito.

Un guerrero acepta la responsabilidad de sus actos, hasta del mas trivial de sus actos. El hombre corriente actúa según sus pensamientos y nunca asume la responsabilidad por lo que hace.

Una regla básica para el guerrero es que toma sus decisiones con tanto cuidado que nada de lo que pueda ocurrir como resultado es capaz de sorprenderlo; mucho menos, de menguar su poder.

Todo el mundo dispone de suficiente poder personal para lograr algo. El truco del guerrero consiste en desviar su poder personal de su debilidad para emplearlo en su propósito de guerrero.

La diferencia básica entre un hombre corriente y un guerrero es que para un guerrero todo es como un desafío, mientras que para un hombre corriente todo es como una bendición o una maldición.

Los guerreros tienen una sola cosa en mente: su libertad. Morir y ser devorado por el águila no representa ningún desafío. En cambio, escabullirse del águila y ser libres es la mayor de las audacias.

Cuando un guerrero aprende a ver, ve que un hombre, ya sea mendigo o rey, es un huevo luminoso, y no hay manera de cambiar nada; o mejor dicho, ¿que podría cambiarse en ese huevo luminoso? ¿Que?

Somos hombres, y nuestro destino es aprender y ser arrojados a mundos nuevos e inconcebibles. Un guerrero que ve la energía sabe que no hay fin a los nuevos mundos que se abren a nuestra visión.

Un guerrero sabe que es solo un hombre. Su único pesar es que su vida es tan corta que no le permite asir todas las cosas que quisiera. Pero, para el, eso no es un problema; es solo una lastima.

El hombre corriente se preocupa demasiado por querer a otros o por ser querido por los demás. Un guerrero quiere; eso es todo. Quiere lo que se le antoja o a quien se le antoja, sin mas, porque si.

Un guerrero no tiene honor, ni dignidad, ni familia, ni nombre, ni patria; solo tiene vida por vivir y, en tales circunstancias, su único vinculo con sus semejantes es su desatino controlado.

El arte del guerrero consiste en equilibrar el terror de ser un hombre con la maravilla de ser un hombre.

Un guerrero muere difícilmente. Su muerte debe luchar para llevárselo. Un guerrero no se entrega a la muerte tan fácilmente.

Un guerrero no necesita historia personal. Un día descubre que ya no le es necesaria, y la abandona.

Un guerrero vive de actuar, no de pensar en actuar ni de pensar que pensara cuando haya actuado.

Un guerrero actúa como si supiera lo que hace, cuando en realidad no sabe nada.

No hay vacío en la vida de un guerrero. Todo esta lleno a rebosar. Todo esta lleno a rebosar y todo es igual.

Los guerreros siempre toman el primer suceso de una serie como el bosquejo o el mapa de lo que a continuación va a desplegarse ante ellos.

Todo el que quiera seguir el camino del guerrero ha de librarse de la compulsión de poseer cosas y de aferrarse a ellas.

Para que un guerrero tenga éxito en cualquier empresa, el éxito debe llegar suavemente; con mucho esfuerzo, pero sin tensión ni obsesiones.

A los guerreros les resulta mucho mas fácil salir adelante en condiciones de máxima tensión que ser impecables en circunstancias normales.

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