La iluminación espiritual

Frases Morihei Ueshiba

Citas Morihei Ueshiba


Es necesario desarrollar una estrategia que utilice todas las codificaciones físicas y los elementos que están al alcance de la mano. La mejor estrategia se apoya en un conjunto ilimitado de respuestas.

Hasta el mas poderoso de los seres humanos tiene una esfera de fuerza limitada. Sácalo de esa esfera y atráelo a la tuya; su fuerza se disipara.

En el Arte de la Paz no hay contiendas. El verdadero guerrero es invencible porque no lucha con nadie. Vencer significa derrotar la idea de disputa que albergamos en nuestra mente.

El corazón del humano no se diferencia del alma de cielo y tierra. En tu practica ten siempre presente la interacción de cielo y tierra, agua y fuego, yin y yang.

Jugar con una y otra técnica es de poca utilidad. Actúa con decisión y sin reservas.

El Arte de la Paz es completar lo faltante.

Tu espíritu es el verdadero escudo.

El Arte de la Paz que yo practico tiene sitio para los ocho millones de dioses del mundo, y yo coopero con todos ellos. El Dios de la Paz es muy grande y conjuga todo lo que es divino e iluminado en la tierra.

No encares este mundo con temor y rechazo. Afronta con valor todo lo que los dioses te ofrecen.

Practica siempre el Arte de la Paz con vitalidad y alegría.

Existen dos tipos de mi: El mi mundano es pesado y denso, el mi verdadero es liviano y versátil.

Aprende y olvida.

La clave de la técnica es mantener manos, pies y caderas derechos y centrados. Si estas centrado, puedes moverte con libertad. El centro de tu cuerpo es el vientre; si tu mente también esta allí, tienes la victoria asegurada en toda acción.

Domina las técnicas divinas del Arte de la Paz y no habrá enemigo que se atreva a desafiarte.

Herir a un oponente es herirte a ti mismo. El Arte de la Paz es controlar la agresión sin producir daños.

Lo divino no es algo lejano y por encima de nosotros. Esta en el cielo, esta en la tierra, esta dentro de nosotros.

Todos y cada uno de los maestros, sin importar época o lugar, recibieron la llamada y alcanzaron la armonía con el cielo y la tierra. Hay muchos senderos que llevan a la cima del monte Fui, pero hay una sola cumbre: el Amor.

Capta la esencia y avanza hacia la comprensión.

Desde tiempos antiguos, el valor y el conocimiento han sido los dos pilares del Sendero: a través de la virtud del entrenamiento, ilumina tu cuerpo y tu espíritu.

El camino del guerrero no se puede abarcar con palabras o por carta.

En situaciones extremas, el universo entero se transforma en nuestro enemigo, en momentos tan críticos, la unidad de mente y técnica es esencia: no permitas que tu corazón titubee.

Mantén siempre tu mente tan luminosa y clara como el vasto cielo, el gran océano y el pico mas alto: vaciá de todo pensamiento. Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate a ti mismo con el poder de la sabiduría y la iluminación.

El verdadero guerrero siempre cuenta con tres armas: la radiante espada de la pacificación; el espejo de la valentía, la amistad y la sabiduría; y la piedra preciosa de la iluminación.

El Arte de la Paz es una forma de plegaria que genera luz y calor. Olvida tu pequeño ser, libérate del apego a todo objeto, y emanaras luz y calor. La luz es sabiduría; el calor es compasión.

Crea cada día nuevamente vistiéndote con Cielo y Tierra, bañándote con sabiduría y amor y colocándote en el corazón de la Madre Naturaleza.

Una buena postura refleja la actitud correcta de la mente.

En nuestras técnicas entramos completamente, nos mezclamos en totalidad y controlamos con firmeza un ataque. La fuerza se encuentra cuando el mi es estable y esta concentrado, la confusión y la malicia surgen cuando el mi se estanca.

Cuando se adelanta un oponente, enfréntalo y salúdalo, si intenta retroceder, déjalo seguir su camino.

Brota de la Gran Tierra; álzate como las Grandes Olas; enraízate como un árbol, descansa como una roca; usa el Uno para atacar Todo.

Agradece siempre, incluso las derrotas, las penurias y a las personas malas. Aprender a moverse con tales obstáculos es una parte esencial del entrenamiento en el Arte de la Paz.

Cuando reverencias profundamente el Universo, recibes reverencias; cuando pronuncias el nombre de Dios, resuena en tu interior.

Los que han alcanzado la iluminación nunca cesan de trabajarse a si mismos. La comprensión de tales maestros no puede expresarse en palabras o en teorías. Las acciones mas perfectas son el eco de patrones que se encuentran en la naturaleza.

Aun cuando te reclame un solo enemigo, permanece en guardia, porque siempre estas rodeado por legiones de enemigos.

Si concibes el Arte de la Paz, este difícil sendero, tal como es, abarca el circulo del cielo.

El Arte de la Paz esta basado en cuatro grandes virtudes: valor, sabiduría, amor y amistad, simbolizadas por el Fuego, el Cielo, la Tierra y el Agua.

Lo Divino no desea estar encerrado en un edificio. Lo divino anhela el espacio abierto. Esta aquí, precisamente en este cuerpo. Cada uno de nosotros es un Universo en miniatura, un templo viviente.

Alberga y refina el espíritu del guerrero mientras prestas tu servicio en el mundo; ilumina el sendero de acuerdo a tu luz interior.

El brillo penetrante de las espadas sostenidas por los seguidores del Camino golpea al malvado enemigo escondido en el interior profundo de sus propios cuerpos y almas.

El propósito del entrenamiento es tensar lo flojo, fortalecer el cuerpo y pulir el espíritu.

Trata siempre de estar en comunión con cielo y tierra, de este modo el mundo se presentara en su verdadero aspecto. La presunción se desvanecerá y podrás armonizar con cualquier ataque.

Finalmente, debes olvidar las técnicas. Cuanto mas groseras menos enseñanzas hay. El gran sendero verdaderamente es un No Sendero.

No dejes de aprender de la voz pura del arroyo de montaña que fluye eternamente salpicando las rocas.

El progreso llega a aquellos que se adiestran ininterrumpidamente; confiar en técnicas secretas no te llevara a ninguna parte.

Tan pronto como te ocupes del bien y el mal de tus semejantes, creas una abertura en tu corazón por la que entra la malicia. Examinar, competir y criticar a otros te debilita y te derrota.

Si no te has unido a la verdadera vacuidad -ausencia de todo-, nunca comprenderás el Arte de la Paz.

Muévete como un haz de luz; vuela como el rayo, golpea como el trueno, gira en círculos alrededor de un centro firme.

Estés haciendo cuentas, actúa con naturalidad. Mantén tu mente dirigida al Arte de la Paz, y no critiques otras enseñanzas o tradiciones. El Arte de la Paz no restringe, ni limita ni pone trabas a ninguna cosa. Lo abraza todo y todo lo purifica.

El hierro esta lleno de impurezas que lo debilitan; la forja lo transforma en acero y hace de el una espada filosa. Los seres humanos se desarrollan del mismo modo.

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