FICCIÓN DIVINA
POR: DESPERTAR CONSCIENCIA
Se denomina ficción a la simulación de la realidad, es cuando se presenta un mundo imaginario e irreal al receptor, en el cual, todo le parecerá ver.

SÍMBOLOS MUNDANOS
- Se denomina ficción a la simulación de la realidad, es cuando se presenta “un mundo imaginario e irreal al receptor”, en el cual, todo le parecerá verdaderamente real.
- La ‘ficción” surge al confundir el símbolo (personas o cosas) con lo que representan, por incapacidad de elevarse hasta su significación puramente intelectual.
- Con estos “símbolos” esta ficción se vuelve en una serie de acontecimientos y circunstancias las cuales han sido inventadas o fingidas para el observador (receptor).
- Cuando ya no se ve del “símbolo” más que su forma irreal y cuando su verdadera esencia ha desaparecido; el símbolo imaginario se convertirá en un “ídolo divino.”
- Hoy en día podemos ver el extraordinario crecimiento de adoración a ídolos de la música, del cine y en especial al de los deportes, creando una “ficción divina”.
- En esta ficción los personajes principales “símbolos” tienen características que los definen y los hacen distintos a otros, ellos gozan de habilidades desarrolladas.
- El receptor buscará en ellos, una imagen vana objeto de culto, algo que le ayude a sobrellevar su insignificancia, que le haga partícipe de “un ente superior”.
- El receptor en esta “ficción imaginaria”, es falto de fuerza interior y de autoestima, necesitará estos personajes exteriores para completar y reforzar su “Yo”.
- Este receptor o fanático es el que se mece en los brazos progenitores “de sus símbolos”, con el fin de ser guiado, para que lo ayuden a llenar su vacío de vida.
- El fanático inconsciente no puede vivir aislado y si sus ídolos llegaran a caer derribados, se buscará a otros, para desarrollar nuevas fidelidades “divinas”.
- No es de extrañar que la mayoría de la gente viva sumergida en esta “ficción divina” idolatrando a ciertos personajes, que solamente resaltan por su talento superior.
- El fanatismo o amor excesivo y ciego por un club deportivo, o por algún “grande” del deporte se le llama idolatría, la cual conduce a la distorsión de la realidad.
- Transmitir deportes constantemente en medios masivos, una opción más de distracción para atraer receptores a la “ficción divina” olvidando su trascendencia espiritual.
- Fans enloquecidos, empapelan su habitación con imágenes, adquieren artículos de alto costo, piden desenfrenadamente autógrafos, es una ficción colectiva increíble.
- El fanático, un ser dependiente sin valor inherente, viviendo en la ficción se dice a sí mismo: “mi valía es la valía del ser al que sigo, si él es grande yo lo seré también.”
- El receptor fanático reconvierte la monotonía en placer y abraza la posibilidad de participar con esa idea superior “símbolo ficticio divino” para llenarse de esperanza.
- Estos individuos son discípulos de la pasión irracional, ellos son fácilmente manipulables por las campañas de publicidad y anuncios de sus ídolos o símbolos.
- El fanático buscará modelos en los cuales verse reflejados, ya que porta esa distintiva atracción inherente a “los grandes personajes” para imitar, confiar y esperanzarse.
- Así el idólatra o fanático adora a su símbolo en particular de su deporte profesional favorito, el cual generalmente está asociado a la violencia sin sentido y a la falta de valores.
- Así es como parte de la personalidad del fanático no le pertenece, sino que se la entrega a su ídolo divino y éste ahora será dueño de un pedazo de aquél receptor.
- La tendencia del fanático para idolatrar a determinados personajes muestra una inmadurez emocional, ignorancia y un bajo nivel de autoestima.
- Así las emociones de los fanáticos los controlan y los dirigen en automático a cualquier dirección según su símbolo los lleve, (ya se buenas o malas) sin que sepan influir en ellas.
- Mientras tanto para “el símbolo” su atractivo fetiche se origina del número individuos que no se resisten a su encanto y su poder dependerá del grado de influencia en ellos.
- En sí mismos los deportes no nos intrínsecamente malos, si se les usa como ejercicio físico o como una recreación sana, son algo hasta necesario para el cuerpo.
- Pero en la actualidad es casi imposible no verse afectado por todo el poder de las influencias en los medios masivos, especialmente las que nos son perjudiciales.
- No debemos permitir que nadie tenga un poder tal como para reducirnos a discípulos de una pasión irracional o bien a convertirnos en individuos fácilmente manipulables.
- Esta humanidad necesita modelos válidos con sensibilidad, raciocinio, bondad, justicia, fortaleza de carácter y cuya imagen se asocie con el progreso de las relaciones humanas.
- La actitud de admirar a las personas es respetable, nos puede servir de estímulo para alcanzar cualidades, siempre y cuando la admiración no se transforme en fanatismo.
- La idolatría es una grave y extendida anomalía en la actualidad la cual deber ser subsanada, así con este conocimiento mejor no caigamos en ser víctimas de la “ficción divina”.