Es antigua la tendencia vegetariana
Lo que muchas veces no saben es que el apego a ingerir vegetales y frutos es bastante antiguo. Y muchas civilizaciones la practicaban con conciencia.
JBN LIE
La nada del cristianismo originario
Muchas veces se piensa que el apego a la comida vegetariana es una tendencia de vanguardia o moderna. Lo que muchas veces no saben es que el apego a ingerir vegetales y frutos es bastante antiguo. Y muchas civilizaciones la practicaban.
Muchas veces se piensa que el apego a la comida vegetariana es una tendencia de vanguardia o moderna. Lo que muchas veces no saben es que el apego a ingerir vegetales y frutos es bastante antiguo. Y muchas civilizaciones la practicaban, incluyendo, parece, los cristianos originales. Mucho cambió desde entonces.
El emperador Constantino I (285-337 DC) favoreció a la iglesia cristiana, le dio libertad de religión y en el año 334 convirtió de hecho esta enseñanza en religión estatal. A cambio la Iglesia le convirtió en santo. Constantino, no obstante, no se diferenció en nada de sus antecesores respecto a las ansias de poder, despotismo y crueldad.
Llevó a cabo muchas guerras. Los cristianos originarios que querían permanecer fieles a sus ideales pacifistas, fueron obligados bajo amenaza de tortura a ir a la guerra a favor del emperador. Se dice que a quien no quería comer carne, el emperador le hacía embutir plomo líquido en la garganta. El cristianismo de los orígenes fue con ello prácticamente disuelto. Los cristianos fueron entonces obligados oficialmente a prestar servicio militar, comer animales y beber alcohol.
Su concepción del cristianismo se la impuso a la iglesia en el Concilio de Nicea (325).
Ahora habían de ser adaptados los evangelios al espíritu de la época. Para ello se instituyeron los llamados correctores. Las falsificaciones conscientes se realizaron sobre todo después del concilio de Nicea. Cuanto fue cambiado también por pablo, no se sabe con exactitud, y solo puede ser sospechado a tenor de algunas citas que nos han sido trasmitidas.
En la Edad Media continuó la persecución de los cristianos que vivían de forma vegetariana. La iglesia persiguió a lo largo de todos los siglos a los cristianos originarios que se alimentaban de manera vegetariana y no se complacían con la pompa de una Iglesia estatal pagana. La mayoría de ellos fueron desacreditados, calumniados, perseguidos y asesinados por ser herejes y sectarios.
El padre de la iglesia Tomás de Aquino sentó los principio filosóficos
para la persecución en la Edad Media.
"Según Santo Tomás de Aquino, el intérprete de la cristiandad medieval, poseídos por espíritus malignos, los animales (principalmente los cerdos, que se buscaron problemas fácilmente como carroñeros errantes libres, pero también los asnos, toros, gatos, pollos, delfines, cabras, caballos, ovejas, lobos y otros) fueron considerados como carentes de alma y durante doce siglos fueron físicamente sometidos a juicio en toda Europa y las colonias americanas por supuestos crímenes graves. Sufrieron degradación pública y mutilación; fueron quemados, enterrados vivos, torturados y estrangulados, con la bendición de la Summa Theologica de Aquino, que proclamó que los animales poseídos por las Fuerzas del Infierno podían legítimamente ser castigados como satélites de Satán."
De acuerdo a su enseñanza, los animales no tienen alma,
las mujeres por lo demás tampoco.
Los Cristianos libres que en el tiempo de la Inquisición se negaban a matar animales, eran obligados bien a matar a un animal públicamente o eran colgados como herejes. En el año 1051 fueron sentenciados a muerte muchos de los denominados herejes porque renunciaron a matar gallinas y comérselas. Posteriormente, hubo muchos grupos que querían regresar a una vida originariamente cristiana. Por ejemplo los bogumilos o los cátaros o albigeses. Estos vivían de manera vegetariana.
Se comprometían a...
No matar a ningún animal, no comer ninguna carne y a vivir solo de frutos
Según dice el autor Walter Nigg.
Todos ellos fueron exterminados de manera cruel por la Iglesia. Muchas personas llevan todavía hoy grabados profundamente en el subconsciente aquellos prejuicios eclesiásticos, aunque crean que piensan de forma progresista; basta con que oigan la palabra secta para despertar en ellas antiguos prejuicios, a pesar de no haber ningún motivo para ello.
El cristiano de Iglesia actual, especialmente el católico, no tiene prácticamente nada del cristianismo originario auténtico, el nazarenismo, y con ello tampoco nada que ver con la verdadera enseñanza de Jesús, sino que más bien es en primera línea una enseñanza auto-fabricada que está basada casi exclusivamente en el ejercicio del poder y en conservarlo. Tan solo con la Inquisición, la quema de brujas, las cruzadas, el odio a los judíos y a las mujeres, así como la cooperación con los nacionalsocialistas en el denominado Tercer Reich, la historia de la iglesia católica está teñida de un rojo sangriento. Mares enteros podrían llenarse con esta sangre.
Los días festivos más importantes de la Iglesia son también las fiestas
más grandes del año para la matanza de animales.