Entre lo invisible y lo divino
La presencia divina existe y puede ser alcanzada. No puedes buscar lo divino. No es necesario pues lo divino siempre está cerca de ti, en tu interior.
OSHO
DIOS NO ES UN OBJETIVO
Osho nos muestra que la presencia divina existe y puede ser alcanzada.
Una nube blanca flota en el cielo, sin tiempo, porque carece de futuro y de mente. Es aquí y ahora. Cada momento constituye la eternidad total. Pero, como la mente no puede existir sin objetivos, sigue creando objetivos. Si los así llamados objetivos mundanos se pierden, la mente crea objetivos religiosos, objetivos de otro mundo. Si el dinero ya no sirve, entonces resulta útil la meditación. Si el así llamado mundo de la competencia, de la política, ya no sirve, entonces adquiere importancia otro mundo de nueva competencia, de religión, de logros. Pero la mente siempre aspira a encontrar algún sentido, algún objetivo. Y, para mí, solo puede ser religiosa una mente que no tiene objetivos. Pero eso significa que la mente Ha dejado de ser una mente. Piénsate a ti mismo como una nube blanca, sin mente.
Osho nos regala un verdadero testimonio de amor y fe, y nos señala un camino, una ruta inequívoca para alcanzar a Dios. Nos muestra que la presencia divina existe y puede ser alcanzada a través de una profunda búsqueda, cualquiera sea la religión que nos convoque. Él nos habla de un cambio profundo en nuestra forma de creer y de sentir, de un método de acercamiento a la Unidad.
Es una invitación a entregar las pesadumbres cotidianas, a abandonar el yo que nos ata al mundo y a sumergirnos en lo profundo, en el centro de nuestra propia vida, para encontrar la luz, la felicidad, el éxtasis, la totalidad. El maestro oriental nos revela los secretos para descubrir lo invisible, para observar dentro de nuestro Mundo interior; nos conduce hacia la meditación para que alcancemos el verdadero silencio y la revelación.
Las palabras clave ubicadas en forma destacada lo guiarán en la lectura, facilitando su aproximación a los distintos temas. Lo invitamos a disfrutar de estas notas y a encontrar en ella el camino que lo conduzca a la divina armonía, para que halle la paz interior y descubra la inocencia que Osho nos reclama para alcanzar un estado mejor en esta vida y la posibilidad de acceder a la Verdad.
LO INVISIBLE
Dios - El yo - Trascendencia - Braluna - Equilibrio
Hay un descubrimiento muy sutil de Oriente, y es el siguiente: si te identificas con el punto inmóvil, nunca conocerás a Dios. Conocerás el yo, pero nunca a Dios. Y hay muchas tradiciones, en particular jainistas, que se identificaron demasiado con el yo; y entonces decían que no había Dios, que el yo era el único Dios. Hay dos orillas, y tú estás en algún lugar intermedio entre las dos: ni en movimiento, ni quieto. Ésta es la trascendencia última. A esto llaman Brahma los hindúes.
Esfuerzo y falta de esfuerzo, movimiento y ausencia de movimiento, actividad y falta de actividad, la materia y el alma: éstas son las dos orillas. Y, entre estas dos orillas, flota lo invisible. Estas dos son visibles, y entre ellas flota lo invisible. Eso eres tú. Tattwamasi Swetketu, dice la Upanishad. Eso que flota entre estas dos orillas, eso que no se puede ver, eso que realmente constituye un sutil equilibrio, nada más, entre estas dos orillas: eso eres tú. A esto se lo ha llamado el Brahma, el supremo yo.
La meditación es tu naturaleza intrínseca eres tu, es tu ser, no tiene nada que ver con tus acciones. No puedes tenerla y no puedes no tener-la. No puede ser poseída, pues no es una cosa. Eres tú mismo. Es tu ser.
DESCUBRIMIENTO
Crecimiento - Revelación - Reminiscencia
El crecimiento espiritual no es en realidad un crecimiento como el de la semilla. La semilla debe crecer para transformarse en árbol. Entre la semilla y el árbol, hay una brecha. Esta brecha debe ser recorrida; hay una distancia. Tú no creces como una semilla; tú ya eres el crecimiento. Es solo una revelación. No hay distancia entre tú como eres y tú como serás. ¡No hay distancia! Lo ideal, lo perfecto, ya está allí.
Entonces, no es verdaderamente una cuestión de crecimiento. Es una cuestión de correr el velo; es un descubrimiento. Algo está escondido; corres la pantalla y allí está. Es como si estuvieras sentado con los ojos cerrados: el sol está allí sobre el horizonte, pero tú estás a oscuras. De pronto, abres los ojos y es de día, hay luz.
El crecimiento espiritual no es verdaderamente un crecimiento. La palabra es incorrecta. El crecimiento espiritual es una revelación. Algo que estaba escondido se descubre. Algo que ya estaba allí, y te das cuenta de que allí está. Algo que nunca habías perdido, sino simplemente olvidado, de pronto lo recuerdas. Por eso los místicos siempre usan el término reminiscencias. Dicen que lo divino no es un logro, sino solo una reminiscencia. Algo que habías olvidado, y recuerdas.
Dios te atravesará sin impedimentos. Dios puede moverse a través de ti, entrar y salir: no hay nadie que genere una barrera. Cuando te abandonas, te abres a las fuerzas divinas. Después de eso, todo sucede en forma espontánea.
LO DIVINO
Creación - Vibraciones - Fuerza - Energía
Cuáles son las características del comportamiento de un dios? ¿Cómo se comporta lo divino? Una cosa: no es dependiente, es absolutamente independiente; te brinda amor, pero esto no es una necesidad. Te lo da en abundancia, pues le sobra. Tú simplemente lo descargas al recibirlo; pero no es una necesidad. Y el dios es un creador: cada vez que el sexo se torna una torna una fuerza transformadora, llega a un nuevo mundo de creatividad. Entonces, se te abren nuevas dimensiones de la creatividad.
No se trata de que empieces a pintar, a escribir poesía, o alguna otra cosa; no es eso. Tal vez suceda, tal vez no, pero cualquier cosa que hagas será un acto creativo, cualquier cosa que hagas se volverá artística. Hasta Buda, sentado bajo el árbol bodhi sin hacer nada, es creativo. El modo en que se sienta, el mismo modo en que se sienta allí, genera una fuerza, una energía, vibraciones en todo su entorno.
Se han hecho muchas investigaciones últimamente sobre las pirámides egipcias, y se han descubierto muchos datos misteriosos. Uno de estos datos es que la forma de la pirámide, su misma configuración, es misteriosa. De repente, los científicos se dieron cuenta de que, si colocas un cadáver en una pirámide, se mantiene sin sustancias químicas; la forma ayuda a preservarlo.
Entonces, un científico de Alemania pensó: Si la forma puede hacer tanto que el cuerpo se preserva automáticamente (solo la forma, solo la presión de la forma)... Entonces, hizo la prueba con su hoja de afeitar. Hizo una pirámide pequeña, una pirámide de cartulina, y probó con su hoja de afeitar usada. En el lapso de unas horas, la hoja de afeitar quedó lista para volver a ser utilizada. La forma le había devuelto el filo a la hoja de afeitar. Entonces lo patentó. Puedes usar durante toda tu vida la misma hoja de afeitar, con solo ponerla dentro de la pirámide. No es necesario hacer nada; la pirámide sola le devuelve el filo, una y otra vez. Ahora, los científicos afirman que toda forma crea un ambiente particular.
Un Buda está sentado debajo de un árbol bodhi: el modo en que se sienta, el gesto, la postura, el mismo fenómeno de su presencia allí sin yo alguno, está creando a su alrededor millones de vibraciones, que se seguirán expandiendo. Aun cuando este Buda haya desaparecido de este árbol, esas vibraciones seguirán y seguirán, hasta llegar a otros planetas y a otras estrellas.
Cuando te toca una vibración Buda, es creativa, te da placer, es una nueva brisa para ti.
DIOS TE BUSCA
Búsqueda - Atención - Interpretación - Mente
La gente viene a mí y me dice: Estamos buscando a Dios, ¿Cómo acceder a él? No podrás buscar a Dios ni acceder a él, porque no lo conoces. ¿Cómo sabrás que es él? No lo conoces. ¿Cómo te moverás? ¿Cómo elegirás el camino? No lo conoces. ¿Cómo podrás decidir si ésta es su casa, si es su morada? No, no puedes. No puedes buscar lo divino. Pero no es necesario hacerlo, pues lo divino siempre está cerca de ti, en tu interior. Cuando se lo permites, él te busca y te encuentra.
Dios te está buscando. Siempre te ha estado buscando. No es necesario que emprendas búsqueda alguna. Simplemente permanece atento, de manera que, cuando llegue, estés abierto. Muchas veces aparece y golpea a tus puertas, pero estás profundamente dormido; o incluso, si escuchas los golpes, los interpretas a tu manera. Piensas: Es el viento que sopla fuerte y veloz, no es necesario perturbar mi sueño.
Tus interpretaciones son tus enemigos, y tú eres un gran intérprete. Lo que sea, lo interpretas enseguida; tu mente comienza a funcionar para pulirlo y, de inmediato, lo modificas. Lo coloreas; le das un significado distinto, que antes no tenía. Te proyectas a ti mismo en esto; lo destruyes.
No digo que no utilices tu mente, sino que no seas usado por ella. Justamente en este momento, la mente es el amo y tú el esclavo.
LA VERDAD
Palabras - Razón - Apertura - Recepción
Lao Tse dice que la verdad no puede ser dicha y que, en el momento en que uno la dice, ya la ha falsificado. Las palabras, el lenguaje, la mente son completamente incapaces. Desafía a la razón, desafía a la personalidad orientada por la razón, desafía al yo. No puede ser manipulada. Encontrar la verdad es por completo imposible para la razón.
Esto es lo primero que hay que comprender y, cuanto más profundamente lo entiendas, más posibilidades tendré de señalarla. Lo que estoy diciendo no es la verdad; no podría serlo. A través de palabras, solo se puede crear una situación en la cual la verdad pueda ser posible. Pero de esto tampoco se puede estar seguro. Es impredecible. No se puede generar una causa para que se produzca; se produce cuando se produce. Lo único que podemos hacer es estar dispuestos a ella. Tus puertas deben estar abiertas. Cuando golpee a tu puerta, debes estar allí presente. Si estás presente, disponible, receptivo, puede producirse. Pero recuerda que, a través de las escrituras o de las palabras de los seres iluminados, no lograrás acceder a la verdad.
Entonces, lo primero es que no puede ser dicha. Y cada maestro debe crear una situación indirecta, debe impulsarte hacia lo desconocido. Todo lo que dice te va llevando hacia aquello que no puede ser dicho.
En India, los hindúes nunca rezaron en grupo. Con los mahometanos entraron en la India los grupos de oración. Los mahometanos rezan en grupos; los hindúes siempre rezaron solos; aun si iban al templo, iban solos. La relación de cada uno con Dios es una relación uno a uno.