La iluminación espiritual

Servir con amor

La Madre Teresa de Calcuta

La Madre Teresa de Calcuta está en el reino del amor no por el hecho de ser católica sino por sus obras. Se dice que cuando ella llego a los cielos se le mostro el horror de la inquisición y ella derramo una lágrima arrepintiéndose de ser católica.

La Madre Teresa de Calcuta fue una abnegada mujer que dedicó toda su vida (1910-1997) a la enseñanza, predica cristiana y caridad. Atendió enfermos, pobres y personas que no tenían hogar.

Frases sobre la vida, los sentimientos y el amor de la Madre Teresa

  • Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
  • A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
  • Por cada gota de dulzura que alguien da, hay una gota menos de amargura en el mundo.
  • La falta de amor es la mayor pobreza.
  • Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.
  • No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor.
  • El amor es un fruto que madura en todas las estaciones y que se encuentra al alcance de todas las manos.
  • El amor es un fruto que madura en todas las estaciones y que se encuentra al alcance de todas las manos
  • La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.
  • Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
  • El amor tiene que ponerse en acción. Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.
  • Hay que hacer las cosas ordinarias, con un amor extraordinario.
  • No dejes que falsas metas de la vida (dinero, poder, placer, estudio) los conviertan en esclavos y los hagan perder el auténtico sentido de la vida.
  • Nunca prives a nadie de la esperanza, puede ser lo único que una persona posea.
  • Pensamiento sobre la esperanza
  • El dinero solo puede comprar cosas materiales, como alimentos, ropas y vivienda. Pero se necesita algo más. Hay males que no se pueden curar con dinero, sino solo con amor.
  • Espero que tengas: suficiente felicidad para hacerte dulce. Suficientes pruebas para hacerte fuerte. Suficiente dolor para mantenerte humano. Suficiente esperanza para ser feliz.
  • Hay una cosa muy bonita: compartir la alegría de amar. Amarnos los unos a los otros. Amar hasta el dolor.
  • Las personas son irracionales, inconsecuentes y egoístas. Ámalas de todos modos.
  • El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio.
  • Los niños son como las estrellas. Nunca hay demasiados.
  • Los niños son como las estrellas, nunca hay demasiados.
  • Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.
  • Preferiría cometer errores con gentileza y compasión antes que obrar milagros con descortesía y dureza.
  • Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro, que ese hombre, esa mujer, esa criatura, es mi hermano o mi hermana.
  • No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor.
  • Si todo lo he recibido, ¿qué mérito nos cabe? Si estamos bien convencidos de esto, nunca alzaremos altaneramente la cabeza.
  • La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella le lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón.
  • El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.
  • No permitas jamás que alguien llegue a ti, sin dejarle ir mejor y más feliz.

Pensamientos cristianos

  • La pobreza no la hizo Dios. La hacemos tú y yo cuando no compartimos lo que tenemos.
  • Yo soy el lápiz de Dios. Un trozo de lápiz con el cual Él escribe aquello que quiere.
  • Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Él.
  • El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
  • Empieza transformando todo lo que haces en algo bello para Dios.
  • Bien aventurados los que dan sin recordar, y los que reciben sin olvidar.
  • Bien aventurados los que dan sin recordar, y los que reciben sin olvidar.
  • No es tanto lo que hacemos cuanto el amor que ponemos en lo que hacemos lo que agrada a Dios.
  • La cosa más importante no es lo que decimos nosotros, sino lo que Dios nos dice a nosotros. Jesús está siempre allí, esperándonos. En el silencio nosotros escuchamos su voz.
  • La alegría es oración, la señal de nuestra generosidad, de nuestro desprendimiento y de nuestra unión interior con Dios.
  • Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.
  • Dondequiera que vayas, busca siempre la belleza y la inmensa bondad de Dios.
  • Jesús nos ha elegido para Sí; le pertenecemos. Tenemos que estar, pues, tan convencidos de dicha presencia, que no permitamos que nada, ni lo más insignificante, nos aparte de su posesión... de Su amor.
  • Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mí para que seamos su amor y su compasión por los pobres.
  • La vida es un don maravilloso de Dios y ayudar a los pobres, material y espiritualmente, más que un deber es un privilegio; porque Jesús, Dios hecho hombre, nos ha asegurado: Cuanto hagan a uno de estos pequeños, es a mí a quien lo hacen.
  • Lo más importante no es lo que damos, sino el amor que ponemos al dar.
  • Lo más importante no es lo que damos, sino el amor que ponemos al entregarlo.
  • La oración ensancha el corazón, hasta hacerlo capaz de contener el don de Dios. Sin Él, no podemos nada.
  • Orar a Cristo es amarlo y amarlo significa cumplir sus palabras. La oración significa para mí la posibilidad de unirme a Cristo las 24 horas del día para vivir con Él, en Él y para Él. Si oramos, creemos. Si creemos, amaremos. Si amamos, serviremos.
  • El silencio de la lengua nos ayuda a hablarle a Dios. El de los ojos, a ver a Dios. Y el silencio del corazón, como el de la Virgen, a conservar todo en nuestro corazón.
  • Superemos siempre el desaliento... nada de esto tiene sentido si hemos comprendido la ternura del amor de Dios.
  • Mientras el trabajo sea más repugnante, mayor ha de ser nuestra fe y más alegre nuestra devoción. La plegaria perfecta no consiste en una palabrería, sino en el fervor del deseo que eleva los corazones hasta Jesús.
  • Dios no pretende de mí que tenga éxito. Solo me exige que le sea fiel.
  • La grandeza de María reside en su humildad. Jesús, quien vivió en estrechísimo contacto con ella, parecía querer que nosotros aprendiéramos de Él y de ella una lección solamente: ser mansos y humildes de corazón.
  • El servicio más grande que pueden hacer a alguien es conducirlo para que conozca a Jesús, para que lo escuche y lo siga; porque solo Jesús puede satisfacer la sed de felicidad del corazón humano, para la que hemos sido creados.
  • Sólo Jesús puede satisfacer la sed de felicidad del corazón humano.
  • Seamos los servidores del pobre. Hemos de brindar al pobre un servicio generoso, sincero. En el mundo, a la gente se le paga por su trabajo. Sintámonos pagados por Dios.
  • Recuerden que la Pasión de Cristo desemboca siempre en la alegría de la Resurrección, para que cuando sientan en su corazón los sufrimientos de Cristo, tengan bien presente que luego llegará la resurrección.
  • No basta con que digamos: Yo amo a Dios pero no amo a mi prójimo. San Juan dice que somos mentirosos si afirmamos que amamos a Dios y no amamos a nuestro prójimo. Es muy importante para nosotros darse cuenta de que el amor para que sea auténtico tiene que doler.
  • Pidámosle a la Virgen que nos ayude a ser como ella, a realizar con humildad y sin vanagloria el trabajo que se nos ha asignado, y que llevemos a los demás a Jesús con el mismo espíritu con que ella lo llevó en su seno.
  • Somos pequeños instrumentos, pero muchos pequeños instrumentos en las manos de Dios pueden hacer milagros.
  • Lo único que Jesús nos pide en todo momento es que nos entreguemos absolutamente a Él, que confiemos en Él plenamente, renunciando a nuestros deseos para cumplir con el camino que nos va trazando.
  • La pobreza, el desprendimiento de todo lo que nos ata y nos aleja de Dios, sea o no material, nos deja vacíos, para que Dios puede entrar plenamente en nuestro corazón.
  • Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios.

Cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios.

  1. Seré santo quiere decir: me despojaré de todo cuanto no es Dios. Despojaré mi corazón y lo vaciaré de toda cosa creada; viviré en la pobreza y en el desprendimiento.
  2. Renunciaré a mi voluntad, a mis inclinaciones, a mis sueños y a mis fantasías y me convertiré en un esclavo voluntario de Dios.
  3. El camino a la santidad comienza dejándonos vaciar y transformar por el mismo Jesús, para que Él llene nuestro corazón y podamos luego dar de nuestra abundancia.
  4. Cristo se convirtió en el Pan de Vida porque comprendió la necesidad, el hambre que teníamos de Dios. Y nosotros debemos comer este Pan y la bondad de su amor para poder compartirlo.
  5. Las tentaciones las tenemos todos. Pero si Jesús es una realidad viviente en mi vida, entonces ya no tengo miedo.
  6. El silencio de la mente y del corazón: la Virgen María conserva cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Este silencio la aproximó tanto al Señor que nunca tuvo que arrepentirse de nada.
  7. No hay nada que sea pequeño a los ojos de Dios, y Él mismo se tomó la molestia de hacerlas para enseñarnos cómo actuar. Por eso se transformaron en infinitas.

Confesiones

  • Jamás he visto cerrárseme puerta alguna. Creo que eso ocurre porque ven que no voy a pedir, sino a dar.
  • Hoy día está de moda hablar de los pobres. Por desgracia, no lo está hablarles a ellos.
  • No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.

Para padres y maestros
Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Sin embargo...
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella del camino enseñado.