Sabiduría de Mata Amritanandamayi

La sabiduría de Mata Amritanandamayi predica que donde hay amor verdadero, todo se hace sin esfuerzo con el poder de enraizar en todos los corazones.

MATA AMRITANANDAMAYI

MATA AMRITANANDAMAYI DEVI

Conocida como Amma, o Madre, por su amor y compasión desinteresados hacia todos los seres.

La sabiduría de Mata Amritanandamayi predica que donde hay amor verdadero, todo se hace sin esfuerzo con el poder de enraizar en todos los corazones.

Amma ha dedicado su vida entera a aliviar el dolor de los pobres y los que sufren física y emocionalmente. Amma inspira, eleva y transforma con su abrazo físico, su sabiduría espiritual. A lo largo de su vida Amma ha abrazado y consolado a millones de personas. Cuando se le pregunta de dónde saca la energía para ayudar a tantas personas mientras dirige una enorme organización humanitaria, Amma responde: Donde hay amor verdadero, todo se hace sin esfuerzo.

EL CORAZÓN ES MÁS IMPORTANTE

El intelecto es necesario.

La Madre no dice que no lo sea. Pero el intelecto a menudo no sirve para realizar una buena acción. No emerge el intelecto discriminatorio, sino el egoísmo en primera línea.

El corazón y el intelecto no son dos cosas separadas. Cuando se tiene un intelecto discriminatorio, uno se torna de modo natural expansivo. Y de la expansión surge un espíritu de inocencia, humildad y cooperación. La palabra corazón es sinónima de expansión. Solo con la mención de la palabra corazón sentimos una calma suave. Sin embargo hoy en día la mayoría de la gente solo ve el intelecto corriente, no el discriminatorio. Es decir, lo que ve no es realmente el intelecto, sino el ego. El ego es la causa de todo sufrimiento en esta vida. A medida que el ego crece, la expansión se contrae y el espíritu de cooperación desaparece. No es posible vivir sin esas cualidades, tanto en la vida espiritual como en la mundana.

Supongamos que se establecen ciertas reglas en la familia: Mi esposa debería vivir así, hablar así, comportarse así, porque ella me pertenece. Si insistís en que ella viva de acuerdo con estas reglas, no habrá paz en casa. Suponed que al regreso del trabajo no dirigierais la palabra a vuestra esposa e hijos; que entrarais directamente a vuestro despacho para seguir trabajando, actuando en plan jefe como en la oficina. ¿Creéis que estarían contentos? Y si decís que es que sois así, ¿creéis que ellos lo aceptarían? ¿Creéis que habría paz?

Si por el contrario al llegar a casa saludáis afectuosamente a vuestra esposa, dedicáis un tiempo a vuestros hijos - si estáis disponibles en lugar de encerrados en vosotros mismos, todos estarán contentos. Cuando toleramos y olvidamos las faltas y carencias de los otros hay paz y felicidad en la familia. Y cuando perdonáis los defectos de vuestro cónyuge es por amor hacia esa persona. Incluso si comete errores la seguís amando, estáis dando más importancia al corazón. Estáis sintiendo que vuestros dos corazones laten como uno solo y que deseáis pasar la vida juntos. Esa es la actitud que la Madre llama corazón.

¿Qué sentido tendría insistir en aplicar esas reglas de comportamiento hacia vuestros hijos? ¿Se someterían ellos a vuestros cambios de humor? ¿No reaccionarían con testarudez? El amor por vuestros hijos os hace tolerantes con sus errores y, cuando es así, sentimos y damos felicidad en cada momento que pasamos con ellos. Así que también en este caso el corazón es más importante que el intelecto.

LA FELICIDAD VIENE DEL INTERIOR

La búsqueda de la felicidad en el mundo material es la causa del sufrimiento y de la falta de espacio interior. Esto afecta no solo al individuo, también a la sociedad en general. A causa de la búsqueda de la felicidad en las cosas externas, el amor auténtico ha desaparecido de la humanidad. Paz y alegría han desaparecido de la vida familiar. La gente ha perdido su capacidad de amar y servir a los otros con el corazón abierto. Maridos que desean otra mujer, esposas que desean otro hombre. Esto ha ido tan lejos que en su excesivo deseo de placer hay hombres que olvidan que sus propias hijas son sus hijas. Incluso el concepto de relación hermano - hermana se derrumba. Millares de niños son asesinados. La razón de todo este mal en el mundo de hoy se halla en el concepto erróneo de que la felicidad se encuentra en el exterior.

La gente busca la felicidad en cosas cuya naturaleza esencial no dan la felicidad en absoluto. Van de un objeto a otro. Pensar que podemos alcanzar la felicidad en algo externo, es solo una ilusión de la mente. En realidad no existe felicidad en ninguna circunstancia externa. La felicidad que ansiamos está dentro de nosotros. Dios nos ha dado un cuerpo, sentidos e inteligencia, justo para que aprendamos esta lección y busquemos la fuente auténtica de la bienaventuranza. Si utilizamos nuestros sentidos indiscriminadamente solo hallaremos sufrimiento en lugar de la felicidad que esperamos.

Para aquellos que solo ansían placeres egoístas y vivir sin contención, el resultado será la ruina. Es natural que deseos y emociones surjan en la mente, pero la contención es necesaria. Es natural tener hambre pero no comemos cualquier cosa comestible que veamos. Si así fuera nos pondríamos enfermos. Del mismo modo, el ansia excesiva de placeres conduce al sufrimiento. Pero la gente no se da cuenta de esto. El placer de los sentidos viene de dentro. La gente corre frenéticamente detrás de la felicidad externa hasta que se derrumban en un estado de sufrimiento y desesperación. Se levantan, corren de nuevo y de nuevo caen. Si vamos solamente en busca de placeres externos no encontraremos paz en la vida. Debemos aprender a mirar hacia dentro pues ahí es donde se encuentra la felicidad auténtica. Pero no encontraremos esa bienaventuranza hasta que evitemos esos saltos externos de la mente, hasta que la aquietemos. En el fondo del océano no hay olas. Igualmente os daréis cuenta de que la mente se calma automáticamente cuando nos sumergimos en sus profundidades. Ahí solo hay bienaventuranza.

INTELIGENCIA

¿No nos ha dado Dios este cuerpo y creado los objetos del mundo para que disfrutemos de ellos y vivamos felizmente?

Amma: Si conducís vuestro coche de cualquier manera, ignorando las reglas, probablemente tendréis un accidente e incluso podéis morir. Hay reglas de conducción para ser cumplidas. De igual modo, Dios no solo ha creado todo, también ha establecido reglas para todo y debemos vivir de acuerdo a esas reglas o llegaremos a sentirlo.

Comed solo lo necesario. Hablad solo cuando sea necesario. Dormid lo necesario. Emplead el resto del tiempo en hacer buenas obras. No perdáis un solo momento de vuestra vida. Intentad que vuestra vida sea beneficiosa para los demás.

Si coméis tanto chocolate como queréis os dolerá el estómago. Demasiado de todo os causará problemas. Tenemos que entender que la felicidad mundana es causa de infelicidad.

Dios nos ha dado inteligencia - la inteligencia para usar el discernimiento -. Deberíamos usar esa inteligencia y actuar en consecuencia. Dios también ha creado el veneno, pero nadie tomaría veneno sin razón alguna. En un caso así no dudamos en usar el discernimiento. De la misma manera debemos pesar cada acto que realicemos.

ENCIENDE LA LUZ DE TU MENTE CON LA LLAMA DE LA FE

El cambio debe iniciarse en el individuo.

Cuando alguien cambia a mejor, toda la familia se beneficia y la sociedad prospera. Por tanto, lo primero que deberíamos procurar es intentar hacer el bien. Cuando mejoramos nosotros mismos, esa mejora incide en todos los que nos rodean, por lo que también se producirán cambios positivos en ellos. No podemos cambiar a los demás simplemente aconsejándoles o riñéndolos. Tenemos que ser un ejemplo. Mostrar amabilidad y afecto hacia todos. Solo a través del amor desinteresado podemos transformar a los demás. Es posible que no vemos cambios inmediato, pero no tenemos que perder la esperanza ni abandonar nuestros esfuerzos. Por lo menos, esos esfuerzos nos permitirán evolucionar.

Si intentamos enderezar la cola de un perro colocándola en un tubo, la cola no se enderezará, pero los músculos de nuestros brazos se harán mucho más fuertes. Ciertamente, cuando hacemos un esfuerzo con el fin de producir un efecto en los demás, mejoramos nosotros mismos. Pero también se producen ciertos cambios en los demás, aunque no resulten evidentes. Al menos, nuestros esfuerzos ayudarán a prevenir el incremento del deterioro social. A través de esos esfuerzos podemos mantener algún grado de armonía en la sociedad.

Una persona que nade a contracorriente es posible que no adelante ni un centímetro, pero su esfuerzo le permitirá mantenerse y no ser arrastrado por la corriente. Si abandona, se ahogará. De forma similar, es esencial perseverar en nuestros esfuerzos.

Es posible que te preguntes ¿Qué sentido tiene que una persona luche sola en la sociedad, en un mundo lleno de oscuridad? Cada uno de nosotros tiene una luz, la luz de la mente. Enciende esa luz con la llama de la fe. No te preocupes por cómo cubrir tan gran distancia con esa pequeña luz. Solo da un paso en cada momento. Descubrirás que hay suficiente luz para iluminar cada paso que des a lo largo del camino.

EL AMOR ESTÁ APRISIONADO ENTRE TÚ Y YO

La expresión común es, te quiero. Pero sería mejor decir estoy enamorado, soy la encarnación del Amor Puro. Suprime el yo y el tú y encontrarás que solo hay amor. Es como si el amor estuviera aprisionado entre el yo y el tú. Suprime el yo y el tú porque son irreales. Son como muros autoimpuestos que no existen. El abismo entre el yo y el tú es el ego. Cuando se suprime el ego la distancia desaparece y el yo y el tú también desaparecen. Se funden en uno y eso es Amor. Vosotros prestáis su realidad al yo y al tú. Retirad vuestro apoyo y desaparecerán. Entonces os daréis cuenta de que no hay te quiero sino que yo soy ese amor que lo abraza todo.

Hijos, siempre que atraveséis dificultades en la vida, pensad para vosotros: No espero amor alguno de otros, no soy alguien que necesite ser amado. Yo soy el Amor. Soy una fuente inextinguible de amor, siempre daré amor y nada más que amor a quienquiera que se me acerque.

La presencia de un Maestro perfecto es la presencia del Amor Divino. El amor divino no puede forzarse, está ahí simplemente a nuestra disposición. Ni siquiera el amor mundano puede ser forzado; ¿qué podemos pues decir del Amor Divino, que está más allá de cualquier limitación?

Cuando dos personas se enamoran, no hablan de condiciones antes de comenzar a amarse. Si algo así sucediera el amor no sería posible. Cuando dos que se aman se ven, sus corazones desbordan espontáneamente. Están irresistiblemente atraídos uno hacia el otro. No hay en ello esfuerzo, palabras ni condiciones. El amor surge cuando nada es forzado, cuando estamos plenamente presentes, no hay un yo y mío que bloquee el flujo amoroso. El mínimo uso de fuerza destruye la belleza del amor y así el amor no se produce.

SÓLO UNA FLOR PUEDE FLORECER

Cuando un capullo ha permanecido cerrado por algún tiempo, siente como un gran deseo de abrirse, salir al exterior, y danzar alegremente en la fresca brisa del espacio abierto. La fase de capullo es como una prisión. Estar aprisionado crea el deseo de libertad; crea una intensa sed por romper la esclavitud y salir fuera. Podéis decir que es una ley inevitable, que para conocer y disfrutar de libertad, debe pasarse antes por la atadura y la prisión, ya que solo un capullo puede abrirse. Antes de que se abra la flor deberá pasar por el estadio de ser un capullo cerrado. La urgencia por estallar surge desde el capullo.

De modo similar, la fase cerrada de vuestro corazón, es la conocida como ego. En algún momento antes de abrirse, el capullo puede pensar, me gusta mi estado actual. ¡Este mundo es tan hermoso! Si tuviera capacidad para elegir me quedaría como estoy. Aunque dicen que hay un estadio superior de flor abierta, un estadio pleno de belleza y fragancia, con pétalos de hermoso color y exquisito perfume; yo no sé nada de eso. Me siento cómodo y seguro tal como estoy. De hecho, siento temor a cambiar...

Sin embargo, antes o después la cárcel termina por crear una urgencia instintiva en nuestro interior, un deseo por experimentar el éxtasis de la libertad. Todo ser humano, consciente o inconscientemente desea ser libre, estar en paz en cualquier circunstancia. Por tanto, en algún momento del proceso va a producirse un estallido.

Pero al ego solo lo puede romper el dolor del amor. Igual que el brote emerge cuando la corteza de la semilla se rompe, el Ser se desdobla cuando el ego se rompe y desaparece. Cuando se crea una atmósfera propicia, el árbol potencial dentro de la semilla comenzará a sentir el desasosiego de la semilla aprisionada. Desea salir a la luz y ser libre. Es la urgencia intensa del árbol durmiente en el interior lo que hace estallar la corteza de la semilla. Hay dolor en este proceso, pero ese dolor no es nada en comparación con la gloria del árbol brotado.

El interior del capullo del ego es oscuro y estrecho. Cuando el capullo se abre y emerge la flor todo se torna hermoso e impregnado de luz gloriosa. Salimos de la oscuridad a la luz radiante, de la prisión a la libertad, de la ignorancia a la verdadera sabiduría. Este mundo diverso se transforma en unidad perfecta. Esta transformación se opera en nuestro interior, no externamente.