Plasma marino para exterminar tu salud
Acudir a un Dispensario Marino y beber agua de mar. Puede ser un placebo eficaz. Llamar a ese placebo «plasma marino» es un disparate y es poco serio.
JBN LIE
Plasma marino
Plasma marino para exterminar tu salud.
Resumiendo la presentación que nos informa que existe un plasma marino, que ese plasma es gratuito, que alimenta, hidrata y cura prácticamente todo. Esta maravilla barata, qué digo barata, regalada, fue descubierta por un francés: René Quinton (1866-1925).
Antes de proseguir es conveniente decir algo sobre Quinton. Cuando René Quinton terminó el bachillerato se dedicó, por la admiración que profesaba a Gustave Flaubert, a escribir cuentos y novelas. A los 22 años de edad se empezó a interesar por la biología, se convirtió en biólogo autodidacta y al mismo tiempo en un apasionado de la aeronáutica. En su calidad de biólogo autodidacta (nunca tuvo una educación científica ortodoxa) tomó como base el concepto de medio interno desarrollado por Claude Bernard en 1860, lo rebautizó como medio vital y sugirió la hipótesis de que el líquido en que se bañan las células es idéntico al liquido marino original al que él, como si nada, llamó plasma marino. En base a esto instauró en Francia los Dispensarios Marinos en los que curaba de todo a todo mundo, mediante el uso, por supuesto, de su plasma marino. Con y por sus Dispensarios, Quinton ganó fama. Su hipótesis se basaba en el siguiente supuesto:
Al tomar agua del mar o al sernos inyectada, nuestro medio interno recupera su poder. Y en un medio interno correcto ya no hace falta perseguir a los microbios nocivos, porque allí ellos no pueden prosperar. El suero marino da fuerza biológica a la célula para oponerse a la mayoría de las enfermedades.
En primer lugar hay que tener mucho cuidado con el uso de las palabras. El grupo que publicó este trabajo y que seguramente pertenece a los seguidores de la mal llamada medicina alternativa, hace un uso inadecuado de los términos. Creen a pie juntillas la hipótesis jamás probada de Quinton, o hacen como que creen en ella. Para empezar, no existe un plasma marino. Lo que sí existe, y abunda, es el agua de mar.
La palabra plasma (Del lat. plasma, y éste del gr. πλάσμα, formación) se refiere, en biología, a la parte líquida de la sangre o de la linfa que contiene en suspensión sus células componentes. En otras palabras, el plasma es la sangre o linfa desprovista de sus células.
La linfa está compuesta por un líquido claro pobre en proteínas y rico en lípidos, parecido a la sangre, pero con la diferencia de que las únicas células que contiene son los glóbulos blancos. La sangre en cambio contiene tres tipos de células que nadan en el plasma (el cual es rico en proteínas): los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.
Si en un tubo de ensayo ponemos sangre y la centrifugamos, al cabo de un tiempo vemos que en la parte inferior del tubo se ve un conglomerado espeso, de color rojo oscuro, que corresponde a las células sanguíneas y que por encima de éste se aprecia un líquido color ámbar. Este líquido es el plasma sanguíneo.
Transcribo dos párrafos de mi libro: El AGUA, alimento vital para sus células, que aparecen bajo el subtítulo: El plasma y sus componentes:
El plasma en el que nadan los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas, es agua en un 90 por ciento. El otro 10 por ciento está constituido por proteínas plasmáticas, por electrolitos como el sodio, potasio, calcio, magnesio, cloro, bicarbonatos y sulfatos, y por los nutrientes, producto final de los procesos digestivos que entran a la circulación procedentes del intestino delgado y del hígado.
En el plasma también circulan las enzimas, que son proteínas especializadas en acelerar los procesos metabólicos, y las hormonas (que producen las glándulas de secreción interna), que son sustancias proteicas derivadas del colesterol y a las que podemos considerar como mensajeros químicos.
Como puede apreciarse, el plasma es un líquido muy complejo que tiene una viscosidad 1.5 veces la del agua y que es producto de la interacción perfecta de un organismo pluricelular dividido en órganos y sistemas. En su producción y constitución intervienen, principalmente, el sistema digestivo, el sistema excretor renal y el sistema endócrino. Su contenedor y medio de transporte es el sistema circulatorio.
El agua de mar es un líquido nada complejo, constituido básicamente por agua con un alto contenido de sodio y de aire. Por esa razón es un líquido hipertónico, nada más. No existe plasma marino. Se trata de un disparate que quedó hace más de un siglo y medio en el olvido. Para ser más específico, transcribo los porcentajes de solutos sólidos que contiene el agua de mar:
El agua de mar es una disolución en agua de muy diversas sustancias. Hasta dos tercios de los elementos químicos naturales están presentes en el agua de mar, aunque la mayoría solo como trazas. Algunos componentes, todos ellos iones, dan cuenta de más del 99% de la composición de solutos del agua de mar. Cloruro (55.3%), Sodio (31%), Sulfato (7.75%), Magnesio (3.7%), Bicarbonato (0.41%), Calcio (1.18%), Bromuro (0.19%), Potasio (1.14%), Flúor (0.0037%), Estroncio (0.022%), Ácido bórico (0.076%).
Lo anterior comprueba que el cloro + el sodio (la sal de cocina) representan el 86% de los solutos que contiene el agua de mar. No contiene colesterol, nutrientes, enzimas ni hormonas, pero sobre todo, no contiene proteínas plasmáticas: albúmina, globulina y fibrinógeno.
Dejemos de lado la equivocación, por ignorancia o a sabiendas, de llamar plasma marino al agua de mar y veamos otros aspectos del trabajo. Este trabajo, que de científico no tiene nada, está plagado de sentencias dogmáticas e infantiles. Veamos algunas de las que vienen en la presentación (las escribo en cursiva y con negrita):
En los dispensarios marinos de René Quinton se salvaba a los niños desnutridos inyectándoles agua de mar.
En esta cita se utiliza al menos la frase agua de mar y no plasma marino. Yo pregunto: ¿Cómo se les inyectaba el agua de mar a los niños desnutridos? ¿De manera intravenosa, intramuscular, subcutánea? Entiendo que Quintoninyectara experimentalmente y a ciegas, cuando se iniciaba el siglo XX, agua de mar a niños desnutridos. Entiendo que lo haya intentado por las tres vías mencionadas y que, al percatarse del fracaso de su experimento se decidiera finalmente, como sucedió, por dárselas a tomar. Y vuelvo a preguntar, y aquí se trata de una pregunta estrictamente médica; ¿cómo puede salvar a un niño desnutrido el agua salada de mar?
Nuestro cuerpo tiene un 70% de agua de mar isotónica. El agua del mar baña todos nuestros órganos internos.
Nuestro cuerpo contiene, efectivamente, 70% de agua, pero ni una sola y mínima gota de agua de mar. La principal fuente de abastecimiento del agua que requiere nuestro organismo proviene del agua que bebemos. ¡De agua dulce!, como se le llama al agua que no es de mar. Otra fuente, menor, del agua que necesitamos, proviene de los alimentos sólidos que ingerimos y del producto final del metabolismo de glúcidos, lípidos y aminoácidos. Cuando vamos al mar y nos metemos en él, el agua de mar baña nuestra piel y moja nuestro cabello, pero no llega a una sola célula de nuestros órganos internos. Además, señoras y señores que escribieron o colaboraron en la elaboración del trabajo que comento, el agua de mar no es isotónica. No dudo que ustedes lo saben; entonces: ¿Por qué decir agua de mar isotónica?
A mi entender solo hay dos formas para definir correctamente el agua que utilizaba Quinton en sus dispensarios marinos: (1) Agua de mar rebajada con agua dulce, o (2) Agua dulce a la que se agrega cloruro de sodio.
Uno de los propósitos de los dispensarios marinos es que en el proceso de recogida de mar(sic), transporte y almacenamiento no exista presencia de dinero, de coste alguno, sino que sea un acto de absoluta solidaridad. Para ello se necesita que alguien dedique el tiempo, que ponga el combustible, el vehículo y su ingenio. Algo tan sencillo y barato que los gobiernos deberían establecer estos servicios totalmente gratuitos. (Sicy recontrasic a todo).
Pregunto: ¿A ese alguien que dedica su tiempo a recoger el mar, quién le paga? ¿Quién le compra el vehículo que necesita y el combustible para que ese vehículo vaya y venga sin parar? Podríamos decir que las personas que viven a orillas del mar son afortunadas, porque va toda la familia a la playa, bebe agua de mar y se acabaron su problemas, se alimentan gratuitamente y se curan de prácticamente todo, pero…¿ y las personas que viven alejadas del mar? ¿Cómo llevar sin que exista presencia de dinero ni de coste alguno, agua de mar a la ciudad de México, a Chicago, Moscú o a La Paz, Bolivia? ¿Cuántos alguien, vehículos y combustible se necesitan para el proceso de recogida de mar que requiere una ciudad con dos o cinco o quince millones de habitantes?
Bueno, a quienes se les ocurrió esta aberración ya dieron con la solución: los gobiernos deberían establecer estos servicios totalmente gratuitos. Ellos, los solidarios siempre recurren a los gobiernos. Y los gobiernos no son alguien o bien somos todos. Yo les pregunto a los solidarios: ¿Si todo es gratuito y no tiene coste, por qué no lo hacen ustedes? Quinton no fue borrado de la historia por los mercantilistas, como se dice en el escrito de marras, lo borró de la historia lo equivocado de su teoría, la falsedad del plasma marino. Hace siglo y medio que René Quinton es historia olvidada. Los que quieren revivirlo que se vayan a recoger el mar y lo transporten y almacenen sin presencia de dinero y sin coste alguno. ¿A qué esperan?
Termino con algo que me asombró mucho porque quien elaboró el artículo, y sus colaboradores, se metió con Louis Pasteur. Si no se hubieran atrevido a mencionar a Pasteur en la forma en que lo hicieron, tal vez no me hubiera animado a escribir este post. Comparar a Quinton con Pasteury decir que, en su tiempo, fueron iguales, es desconocer por completo la historia de la medicina. Ellos dicen textualmente (dejo fuera de la cita a Darwin, porque Darwin no tiene nada que ver con lo que estoy planteando):
La teoría de los Gérmenes de Pasteur(que en aquellos años competía intelectualmente en igualdad con las ideas de Quinton) se centraba en la competitividad, en la lucha. El desequilibrio y la muerte. Mientras que el plasma de Quinton fortalecía el organismo en su conjunto, el suero de Pasteur, la vacuna, intentaba aniquilar un tipo de microorganismo concreto declarado enemigo, el cual era específico y por lo tanto no servía para destruir otro microbio diferente.
Advierto mucha ignorancia en las aseveraciones anteriores. Perdieron, señores, la oportunidad de quedarse callados. En primer lugar, Louis Pasteur estudió física y química en las principales universidades de Francia, después fue maestro en ellas. Cuando Quinton nació, Pasteur tenía 44 años de edad. En 1854, 12 años antes de que naciera René Quinton, Louis Pasteur fue nombrado decano de la Facultad de Ciencias en la Universidad de Lilley poco tiempo después resolvió el problema de la fermentación alcohólica, descubrió el proceso orgánico de la fermentación del ácido láctico, salvó la industria vitivinícola de Francia, la industria cervecera de Francia y Alemania y la industria de la seda. En 1864, dos años antes de que naciera Quinton, Louis Pasteur anunció en la Sorbona el resultado de sus estudios irrebatibles mediante los cuales echó por tierra la milenaria Teoría de la Generación Espontánea e introdujo la Teoría Microbiana de las enfermedades contagiosas. Fue así como se inició la bacteriología moderna. ¿Dónde está el desequilibrio y la muerte en todo esto? En 1880 (Quinton: 14 años), Louis Pasteur desarrolló la vacuna contra el cólera aviar. En 1881 (Quinton: 15 años) desarrolló la vacuna contra el ántrax o carbunco. En 1885 (Cuando Quinton tenía 19 años y todavía escribía cuentos y novelas), inició Louis Pasteur la vacunación del niño Joseph Meister, mordido por un perro rabioso, probando así, con éxito rotundo, la vacuna que había desarrollado contra la rabia. Las vacunas que desarrollo Louis Pasteur, tras muchos años de observación y trabajo rigurosamente científico, han salvado la vida a millones de animales y seres humanos.
Ninguna vacuna, señor Pedro Pozas Terrados, señoras y señores colaboradores suyos, intenta aniquilar un tipo de microorganismo concreto declarado enemigo. Las vacunas no aniquilan gérmenes. Su acción consiste en inducir una respuesta inmunitaria en el organismo en que se aplica (formación de anticuerpos). Lo que se inyecta al vacunar es el agente causal del mal, atenuado en su virulencia, y su efecto es específico porque todo microorganismo patógeno produce una enfermedad específica. La vacuna para proteger contra la poliomielitis no sirve para proteger contra el tétanos, y viceversa. ¿Ignoran ustedes que otro gigante de la ciencia, Robert Koch, el más implacable cazador de microbios que ha existido, demostró la especificidad de las enfermedades infecciosas. En otras palabras, que cada germen produce una enfermedad diferente?
¿A quién pretenden engañar comparando a René Quinton, el biólogo autodidacta que no probó jamás nada y cuyo plasma marino es inexistente, con Louis Pasteur, tal vez el científico más grande de la historia?
En lo personal no tengo nada en contra de que personas esperanzadas acudan a un Dispensario Marino y beban agua de mar. Puede tratarse de un placebo eficaz. Lo que no es válido es afirmar que ese placebo fortalece el organismo, termina con todos los microbios y cura un sin fin de enfermedades. Llamar a ese placebo plasma marino es un disparate y es poco serio.