Perfección con las fuerzas del subconsciente

La perfección es la base del descubrimiento de la verdad. Ser perfectos con las fuerzas del subconsciente, la conciencia, la inteligencia y el espíritu.

OMRAAM MIKHAEL

LAS FUERZAS DEL SUBCONSCIENTE

Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.

Las verdaderas transformaciones nunca son realizadas por el pensamiento, en la consciencia, sino por las fuerzas del subconsciente. Por eso, cuando un discípulo quiere obtener la realización de un proyecto, debe saber cómo descender a su subconsciente para depositar en él la imagen de este proyecto, porque, si no, aunque la realización acabe produciéndose un día por la acción de la consciencia, se necesitará mucho más tiempo.

Únicamente las fuerzas subconscientes tienen un gran poder sobre la materia.

La subconsciencia es una noción de la que se oye hablar mucho hoy en día. Desgraciadamente, los psicoanalistas que se han lanzado a la exploración del subconsciente no saben qué peligrosas regiones del ser humano están removiendo: unas regiones en las que están amontonados todos los Mamuts, los Dinosaurios, los Brontosaurus...

...sí, todos estos monstruos están VIVOS.

Diréis: ¿Cómo? ¿Están vivos? ¡Si hace ya mucho tiempo que desaparecieron! Sí, desaparecieron de la superficie de la tierra, pero habitan en el hombre bajo la forma de instintos, de sentimientos, de deseos. Que su cuerpo físico haya desaparecido no quiere decir que haya desaparecido también su cuerpo astral. No, y, con su cuerpo astral, todos los animales, y no solamente los animales prehistóricos, están presentes en el subconsciente del hombre. Por eso, cuando con el pretexto de ir a buscar en el subconsciente de la gente el origen de ciertos trastornos, los psicoanalistas, que no están instruidos en la Ciencia iniciática, se lanzan imprudentemente a remover todas las capas que están enterradas, despiertan a todos estos animales que se lanzan sobre la persona para devorarla.

Pero, ocupémonos de la idea contenida en la página que acabo de leeros. Si tomamos la división: cuerpo mental (intelecto), cuerpo astral (corazón) y cuerpo físico (voluntad), constatamos que cada uno de estos cuerpos corresponde a un grado más denso de la materia. Y, puesto que es en el plano mental donde la materia es más sutil, el hombre dispone de más medios para cambiar sus ideas, sus proyectos, sus decisiones, que los que dispone para cambiar sus sentimientos o sus deseos. En cuanto a su cuerpo físico, todavía le es más difícil modificarlo: podemos decir que nos es imposible cambiar la forma de nuestra nariz, de nuestra boca, o de nuestras orejas.

Tomemos ahora la imagen de una serpiente que quiere entrar en un agujero. Supongamos que la serpiente sea muy larga: su cabeza ya está en el agujero, mientras que su cola está todavía fuera, y, como se desplaza describiendo una sinusoide, su cabeza puede muy bien ir hacia la derecha, mientras que su cola va hacia la izquierda. Pero, como la cola está conectada con la cabeza, aunque vaya en apariencia en dirección inversa, acaba siempre pasando exactamente por donde ha pasado la cabeza. Esta imagen de la serpiente puede servimos para comprender lo que le sucede al ser humano. Su cabeza (es decir, sus ideas, sus pensamientos) está concentrada en un punto preciso, mientras que su cola está perdida por allá abajo, no se sabe dónde. Por eso, el hombre puede tener los mejores pensamientos, los mejores proyectos, y cometer los actos más reprensibles. Porque, en realidad, no ha empezado su vida en esta encarnación, y todo lo que ha vivido, todo lo que ha sentido y pensado en sus encarnaciones precedentes, se ha grabado e impreso en él, en su subconsciente. Si ha vivido mal, hay como una materia resistente que se opone ahora a la realización de sus buenos proyectos.

Hace falta mucho tiempo para que un pensamiento llegue hasta el cuerpo físico e influya en él. Y esto es verdad tanto para el bien como para el mal. Un hombre puede tener pensamientos diabólicos, pero seguir actuando bien, porque desde hace mucho tiempo se había acostumbrado a ser honesto, generoso. Y la cosa seguirá así hasta que, un día, su pensamiento descienda hasta influir en el plano físico: entonces, actuará muy mal.

Esta ley de la materialización del pensamiento y del tiempo necesario para su materialización, es la que explica la contradicción que observamos tan a menudo en la gente entre sus pensamientos y sus actos. Y debemos conocer esta ley cuando entramos en una Escuela iniciática. Porque no basta con tomar buenas decisiones -lo que es muy fácil- para llegar a realizarlas. Si la materia del plano físico resiste demasiado, porque habéis vivido demasiado tiempo en el desorden, no lo conseguiréis.

¿A qué corresponde el subconsciente?

Cuando os hablé de los diferentes niveles de conciencia, os expliqué que correspondían a los diferentes reinos del universo: la inconsciencia a los minerales, la subconsciencia a los vegetales, la consciencia a los animales, la consciencia de sí a los hombres, y la supra consciencia al superhombre, y a los Iniciados. La subconsciencia, que está relacionada con el mundo vegetal, está muy cerca del mundo físico, y, por tanto, de la realización, mientras que la supra consciencia está muy alejada del mismo. Por eso, si lográis situar vuestros deseos en la región de la subconsciencia, estos podrán realizarse mucho más rápidamente. Este es también el principio de la hipnosis. Para hipnotizar a alguien, se actúa sobre su subconsciencia, y así ejecuta las órdenes que se le dan, lo que quizá no hubiera hecho si se hubiesen dirigido a él cuando estaba despierto y perfectamente consciente.

Hay, pues, ejercicios que podéis hacer para acelerar la realización de vuestro trabajo. Cuando queráis obtener resultados mas rápidamente en el terreno espiritual, debéis concentraros y meditar sobre la meta que deseáis alcanzar, y, después, dormiros, porque, así, las fuerzas subconscientes os ayudaran a materializar vuestro deseo.

Antes de terminar, os mostraré cómo podemos encontrar en la pupila del ojo las manifestaciones de la subconsciencia y de la supra consciencia.

En plena luz, la pupila se contrae, mientras que, en la oscuridad, se dilata para recibir más luz, para poder ver las cosas. Esto es un símbolo de lo que sucede en el plano físico allí donde hay poca luz: la gente quiere siempre tomar, enriquecerse, dilatarse, tener sucursales, tragarse el mundo entero. Mientras que, si os dirigís hacia arriba, donde hay cada vez más luz, abandonáis poco a poco el deseo de todas las posesiones terrestres en las que os dispersabais, para concentraros en una única cosa, en un único punto: en el Corazón del universo, en la Causa primera... ¡y vivís la vida eterna!


Nuestra perfección es la base del descubrimiento de la verdad.

Omraam Mikhael