Pensamiento noble y benevolente para dormir

Nuestro último pensamiento noble y benevolente antes de dormir en realidad puede ser la lámpara de la conciencia para entrar a la oscuridad de los sueños.

CHOKYI NYIMA RINPOCHE

SUEÑO CONSCIENTE

Permanecer consciente si el sueño llega

El instante en el que te abandonadas al sueño, es el instante de encontrarte con el inconsciente. Has estado durmiendo todos los días, pero aún no has encarado el sueño. No lo has visto: qué es, cómo llega, cómo te abandonas a él. No sabes nada de él. Te vas a dormir cada noche y despiertas del sueño cada mañana, pero nunca has percibido el instante en que llega el sueño, no has sentido lo que sucede. Prueba y te dormirás conscientemente.

Cuando vayas a dormir, cierra tus ojos y entonces recuerda que el sueño está llegando y que tú has de permanecer despierto cuando llegue. Este ejercicio es muy difícil.

El primer día no tendrás éxito, al día siguiente no tendrás éxito, pero si persistes cada día, constantemente recordando que el sueño está llegando y que tú no vas a permitir que se presente sin que te des cuenta, que has de sentir cómo el sueño te invade, lo que es el sueño, entonces un día el sueño aparecerá y tú estarás aún despierto. En ese mismo instante, tú te haces consciente de tu inconsciente. Y una vez te has vuelto consciente de tu inconsciente, nunca volverás a dormir. El sueño estará allí, pero tú estarás despierto; en ti habrá un centro que seguirá percibiendo. A tu alrededor habrá sueño y el centro seguirá percibiendo.

Cuando este centro percibe, los sueños son imposibles, y cuando los sueño son imposibles, los ensueños también son imposibles. Entonces dormirás de un modo distinto; aparecerá una cualidad diferente debido a ese hallazgo.

Lo anterior es la muestra del poder del sueño y una motivación para muchas personas que se quedan dormidas inconscientemente. Que nuestro último pensamiento puede determinar la calidad del sueño y que nuestra calidad de sueño puede ser nuestro primer paso para tener un sueño consciente.

Veamos que dice el maestro budista Chökyi Nyima Rinpoche sobre el sueño...

SUEÑO Y PENSAMIENTO

El pensamiento fija la calidad del sueño

Al dormir uno puede realizar una pequeña oración y/o meditación como programación y purificación para tomar un buen camino.

Justo antes de quedarse dormido siempre hay un pensamiento final. Podemos intentar que ese último pensamiento sea uno noble y benevolente. Si lo hacemos, la cualidad de ese pensamiento puede permear todo nuestro sueño... podemos decir, desde un punto de vista espiritual, que nuestro sueño se vuelve un sueño virtuoso. Si tu último pensamiento es egoísta o hasta hostil, entonces quedarse dormido con eso en la mente satura todo el proceso de sueño con emociones poco sanas. Esto es una idea muy simple, pero es una importante. Sin mucha dificultad... podemos asegurarnos de que una parte significativa de nuestra vida se vea saturada de bondad.

Y es que resulta absurdo y francamente inconsciente abandonarse sin más, sin esperanza de recuerdo o provecho, a la oscuridad de los sueños, cuando en realidad no es tan difícil llevar con nosotros la lámpara de la conciencia.

Andrew Holecek, en su libro Dream Yoga, hace énfasis en la importancia del último pensamiento del día:

Tomando un concepto del yoga del bardo: El último pensamiento que tienes antes de quedarte dormido tiende a reencarnar como el primer pensamiento o sensación en tu próximo estado de conciencia. Si puedes gentilmente sostener un pensamiento, intención o sensación antes de dormirte, ese pensamiento, intención o sensación tiende a surgir en tus sueños.

El sueño es la continuidad de nuestra mente, una zona porosa y permeable a los pensamientos y acciones de la vigilia, si bien más sensible a registros sutiles. Así podemos disolver la frontera dualista entre el sueño y la vigilia y tratar de tejer un contínuum no-dual, que permita construir un estado mental estable orientado a la paz y la sabiduría. Desperdiciar ese tercio de nuestra existencia, donde además podemos indagar la realidad bajo preciosas condiciones especiales, es casi imperdonable desde la perspectiva del espíritu.

Se recomienda realizar ciertas prácticas de limpieza y cultivo de virtud previas para prepararnos para el sueño, quizás de la misma manera que nos prepararíamos para un encuentro con un ser querido (el alma que en el misticismo es la amada) o que nos aseguraríamos de calmar nuestra mente antes de una cita importante. Una buena higiene para dormir en el sentido espiritual tiene que ver con irse a dormir con un estado mental limpio para que puedas tener sueños claros y limpios. Después de hacer ejercicio o ensuciarse en la lluvia o en el lodo, generalmente una persona se bañaría antes de dormir. Esta misma higiene tiene sentido en su aspecto mental o espiritual.

Cuando te vas a dormir cultiva el Espíritu del Despertar pensando, Por el bien de todos los seres sintientes a lo largo y ancho del espacio practicaré el samadhi ilusorio, y lograré la perfecta budeidad. Para este propósito entrenaré en mis sueños.

El Samadhi Ilusorio es la concentración durante el estado onírico y el dominio del cuerpo del sueño.

El maestro budista Chökyi Nyima Rinpoche sugiere que el sueño puede usarse para precipitar nuestro propio despertar, el cual tiene el motivo esencial de servir para el despertar de los demás. Los sueños como un terreno sagrado, un laboratorio (palabra que sugiere tanto el lugar donde se labora como el lugar donde se ora). Para hacer disponible el sueño como espacio de labor espiritual es necesario reconocer el sueño como sueño, hacerlo consciente o lúcido. Al hacer esto uno entra en una dimensión de posibilidades casi infinitas, como uno de esos espacios paralelos en The Matrix en los cuales Neo realiza un entrenamiento acelerado descubriendo la naturaleza ilusoria de la realidad.

En la tradición del budismo tibetano se recomienda mantener una visualización antes de quedarse dormido, una de las que se suelen usar es visualizar una A (puede ser tibetana, sánscrita, latina, etc.) en la garganta o una perla roja en este mismo punto. En la incipiente ciencia occidental de los sueños lúcidos se usan a veces objetos mentales o señales particulares con las que el practicante trabaja a la manera de memoria prospectiva para detonar el sueño lúcido. Uno puede visualizar cierto objeto con la intención de reencontrarlo en el sueño y, cuando esto sucede, la identificación suele detonar la lucidez.

OBSERVA TU MENTE

Antes de dormir hay que observar con atención nuestra mente

Tres cosas que puedes hacer antes de dormir para que al siguiente día tengas la mejor actitud del mundo. Y logres encausar tus esfuerzos, cada día, hacia una mejor calidad de vida.

PENSAMIENTOS POSITIVOS

Lo que haya en nuestra mente en esos últimos momentos, al final del día, es lo que vamos a poner a trabajar durante toda la noche. Irnos a dormir después de una discusión, de ver las noticias o una película de terror, no es una muy buena idea. Nada mejor que relajarnos y tener pensamientos positivos para dormir placenteramente.

MEDITACIÓN Y RELAJACIÓN

Unos minutos de meditación o una clase de yoga a última hora de la tarde propiciarán dormir bien, estar relajados y en calma, porque muchas veces nuestra mente no descansa debido a pensamientos e ideas que nos hacen sentir tensos y nerviosos. Meditar o rezar nos permite aquietar nuestra mente, reunificarnos y estar en paz con nosotros mismos.

AGRADECE TU PRESENTE

También es recomendable agradecer tu presente. Repasamos nuestro día, pensamos en deudas, en las labores y ocupaciones del día siguiente y nos olvidamos disfrutar el momento y estar realmente presentes. Agradecer, decir la palabra gracias es un buen cierre del día y nos abre la puerta al silencio, al descanso, a la relajación previa al sueño.

Al final todo se trata, en la vigilia o en el sueño, en la vida o en la muerte, de despertar, que es lo mismo que reconocer la luz de la propia consciencia y erradicar el sufrimiento.

El sueño puede usarse para precipitar nuestro propio despertar, el cual tiene el motivo esencial de servir para el despertar de los demás.

Chökyi Nyima Rinpoche