La iluminación espiritual

Las tormentas

Crecer

El crecimiento significa que estáis absorbiendo algo nuevo cada día, y esa absorción solo es posible si estáis abiertos. Ahora vuestras ventanas se encuentran abiertas y también las puertas: a veces entra la lluvia y el viento, el sol, y la vida se mueve dentro de vosotros. Sentiréis algunas perturbaciones: vuestro periódico empezará a moverse al viento, los papeles en la mesa se agitarán, y si la lluvia empieza entrar, se os puede mojar la ropa. Si siempre habéis vivido en una habitación cerrada, os preguntaréis qué está pasando.

Está pasando algo hermoso. Es bueno estar disponible para el viento para la lluvia, para el sol, porque eso es la vida. De modo que en lugar de preocupados por ello, ¡bailad! Bailad cuando llegue la tormenta, porque la seguirá el silencio. Bailad cuando lleguen desafíos y perturben vuestra vida, porque al responder a esos desafíos estaréis creciendo a alturas nuevas. Recordad, incluso el sufrimiento es una gracia. Si se toma de forma correcta, se convierte en un escalón. La gente que nunca ha sufrido y ha llevado una vida conveniente y cómoda, es gente casi muerta. Su vida no será como una espada afilada... estará roma. Ni siquiera será capaz de cortar verdura. La inteligencia se afila cuando se enfrenta a desafíos. Rezadle cada día a Dios: Envíame más desafíos mañana, envíame más tormentas.... Y entonces conoceréis la vida en su punto óptimo.

Sí, deja de juzgar y de crear falsas seguridades a tu alrededor, porque todas ellas forman parte de tu prisión. ¡Vive una vida abierta!

Por supuesto, sé que tienes miedo a la vida abierta. Vives como si estuvieras a la intemperie. Nadie sabe cuándo lloverá, además no tienes paraguas, no tienes nada que te proteja. Uno vive a merced del azar de las fuerzas de la naturaleza. Pero en eso consiste la vida y, gracias a las tormentas, uno crece.

Poco a poco dejas de desear una vida cómoda, porque entiendes que incluso en medio de la más furibunda tormenta hay algo en tu interior que permanece intacto, el centro del ciclón. Una vez que te des cuenta de que la tormenta te rodea y de que justo en el medio de ella está el centro, totalmente pacífico, lo habrás entendido.

Entonces no habrá ningún problema, no habrá miedo, no habrá muerte, porque tu vida se habrá vuelto tan viva que la muerte se disolverá en ella. Ahora incluso la muerte será bella, así que no tengas miedo. Solo tienes que dar unos cuantos pasos y el miedo desaparecerá por sí solo. Bien.