Tu interior pide recogimiento y soledad
Tu interior pide recogimiento y soledad para que en el silencio absoluto te conviertas en el centro mismo de tu ser y experimentes todo el silencio eterno.
OSHO
SOLEDAD Y RECOGIMIENTO
Creen que la soledad es estar triste.
Eso es solo una asociación y una interpretación equivocadas, pues todo lo que es hermoso siempre ha sucedido en soledad; nada ha pasado en medio de una multitud. Nada del más allá ha sucedido salvo cuando uno está en retiro absoluto, solo.
Sin embargo, la mente extravertida ha creado un condicionamiento por todos los lados, el cual ha echado raíces; cuando estás solo te sientes mal. Sal, frecuenta gente, pues toda felicidad es con la gente. Eso no es verdad. La felicidad que surge de estar con la gente es muy superficial y la que sucede cuando estás solo es muy profunda. Disfrútala.
Incluso la palabra SOLO te produce cierta tristeza. No digas soledad, di recogimiento; llámalo retiro, no lo llames aislamiento. Los nombres erróneos pueden producir problemas. Llámalo un estado meditativo (lo es) y cuando suceda, disfrútalo.
Canta algo, baila o simplemente siéntate en silencio frente a la pared a esperar que algo suceda. Conviértelo en una espera y pronto conocerás algo diferente. No tiene nada que ver con la tristeza. Una vez que has probado la verdadera profundidad del recogimiento, toda relación es superficial. Ni siquiera el amor puede llegar tan profundamente como el recogimiento, porque a fin de cuentas el otro está presente y la mera presencia del otro te mantiene más cerca de la circunferencia, de la periferia. Cuando no hay nadie, ni siquiera el recuerdo de alguien, y estás realmente solo, empiezas a hundirte y te ahogas en ti mismo.
No tengas miedo. En un principio ese ahogo parecerá la muerte y estarás rodeado de oscuridad. Te rodeará la tristeza porque siempre has conocido la felicidad con otras personas en las relaciones. Simplemente espera un poco. Húndete más profundamente y verás que surge un silencio y una quietud que tienen una danza en sí... un movimiento sin movimiento en su interior. Nada se mueve y sin embargo todo tiene una velocidad enorme; vacío pero lleno. Las paradojas se encuentran y las contradicciones de disuelven.
Siéntate en silencio, relajado pero alerta, pues estás esperando, algo descenderá sobre ti. Siempre que te sientes, hazlo frente a la pared. Una pared es muy hermosa. No hay posibilidades de moverse: hacia donde mires está la pared. No hay dónde ir. No coloques ni siquiera un cuadro, que sea solo la pared lisa. Cuando no hay nada que ver, poco a poco desparece el interés por ver. Con solo estar frente a una pared lisa, un vacío y una claridad paralelos surgen dentro de ti. Paralela a la pared, surge otra, de no pensamiento.
Permanece abierto y disfruta. Sonríe o si quieres tararea algo o muévete ligeramente. En ocasiones puedes danzar pero mantente de frente a la pared; deja que sea tu objeto de meditación.
Tienes que encarar tu soledad tarde o temprano. Una vez que lo haces, la soledad cambia de color, de cualidad. Su sabor se vuelve totalmente diferente. Se convierte en recogimiento. Entonces ya no es aislamiento, es retiro. El aislamiento conlleva desolación; el retiro es como un gran valle de felicidad.
En tu retiro no hay nadie más allí. Naturalmente, no necesitas actuar; no necesitas ser un hipócrita.
Cuando estás solo, nadie puede ver a la multitud, porque está dentro de ti. Y cuando un meditador está entre la multitud y aún así está solo, nadie puede ver su soledad, porque eso también está dentro de él. Conocer tu soledad es tener conocimiento de la existencia, la naturaleza, tu realidad. Y te da una dicha tal que no hay comparación con ninguna alegría que hayas sentido en el pasado.
La soledad es una flor, un loto abriéndose en tu corazón... la soledad es positiva, la soledad es salud. Es el goce de ser tú mismo. Es la alegría de tener tu propio espacio.
Celebra la soledad, festeja tu espacio puro y va a surgir una gran melodía de tu corazón… y va a ser una canción de conciencia, va a ser una canción de meditación… va a ser el cantar de un pájaro solitario llamando a la distancia -no llamando a alguien en particular, sino simplemente llamando, porque su corazón está lleno y quiere llamar, porque la nube está llena y quiere llover, porque la flor está colmada, se abren sus pétalos y se libera su fragancia sin estar dirigida a nadie...
En la soledad absoluta esta el verdadero silencio que es la explosión de la inteligencia. Silencio quiere decir: dentro de ti, eres solo espacio, espacio sin estrépitos. Silencio quiere decir que has puesto a un lado todo el mobiliario de la mente; los pensamientos, los deseos, las memorias, las fantasías, los sueños; todo lo has empujado al lado y te has quedado solo. Estás mirando la existencia directamente, inmediatamente. Estás en contacto con la existencia sin nada entre tu y la existencia.
Eso es silencio....
Ahora veamos dos hermosos relatos que invitan a ir a tu interior...
RELATO ZEN
Relato Zen que te invita a ir a tu interior
EL AISLAMIENTO
Maestro, ¿Cómo puedo enfrentar el aislamiento?
Limpia tu casa. A fondo. En todos los rincones. Incluso los que nunca tuviste ganas, el coraje y la paciencia de tocar. Haz que tu casa sea brillante y cuidada. Quita el polvo, las telarañas, las impurezas. Incluso las más ocultas.
Tu casa te representa a ti mismo: si cuidas de ella, también te cuidas.
Maestro pero el tiempo es largo. ¿Cómo puedo vivir el aislamiento?
Arregla lo que se puede arreglar y elimina lo que ya no necesitas. Dedícate al remiendo, borda los arranques de tus pantalones, cose bien los bordes deshilachados de tus vestidos, restaura un mueble, repara todo lo que vale la pena reparar. El resto, regálalo. Con gratitud. Y con conciencia de que su ciclo ha terminado.
Arreglar y eliminar fuera de ti, permite arreglar o eliminar lo que hay dentro de ti.
Maestro y ¿luego qué? ¿Qué puedo hacer todo el tiempo solo?
Siembra. Incluso una semilla en un jarrón. Cuida una planta, riégala todos los días, háblales, dale un nombre, quita las hojas secas y las malas hierbas que pueden asfixiarla y robarle energía vital preciosa.
Es una forma de cuidar tus semillas interiores, tus deseos, tus intenciones, tus ideales.
Maestro y ¿si el vacío viene a visitarme?... ¿Si llegan el miedo a la enfermedad y a la muerte?
Háblales. Prepara la mesa para ellos también, reserva un lugar para cada uno de tus temores. Invítales a cenar contigo. Y pregúntales por qué llegaron desde tan lejos hasta tu casa. Qué mensaje quieren traerte. Qué quieren comunicarte.
Maestro, no creo que pueda hacer esto...
No es el aislamiento tu problema, sino el miedo a enfrentar tu interior. Eso que siempre quisiste alejar de ti. Ahora no puedes huir. Míralo a los ojos, escúchalo y descubrirás que te puso contra la pared. Te ha aislado para poder hablar contigo.
Como las semillas, que solo pueden brotar si están solas.
RELATO INDIO
Relato Indio que te invita a ir a tu interior
EL HOGAR DE DIOS
Erase una vez un bosque en el que los pájaros cantaban de día, y los insectos de noche. Los árboles crecían, las flores prosperaban, y toda clase de criaturas pululaban libremente. Todo el que entraba allí interiorizaba y se veía llevado a la soledad, que es el hogar de Dios, que habita en el silencio y en la belleza de la Naturaleza.
Pero llegó la Edad de la Inconsciencia, justamente cuando los hombres vieron la posibilidad de construir rascacielos y destruir en un mes ríos, bosques y montañas. Se levantaron edificios para el culto con la madera del bosque y con las piedras del subsuelo forestal. Pináculos, agujas y minaretes apuntaban al cielo, y el aire se llenó del sonido de campanas, de rezos, cánticos y exhortaciones...
Y el hombre olvido su interior y Dios quedo sin hogar.
¡Dios oculta las cosas poniéndolas ante nuestros ojos!
Por eso... ¡Escucha! Oye el canto del pájaro, el viento entre los árboles, el estruendo del océano...; mira un árbol, una hoja que cae o una flor, como si fuera la primera vez. Puede que, de pronto, entres en contacto con la Realidad, con ese Paraíso del que nos ha arrojado nuestro saber por haber caído desde la infancia.
Dice el místico indio Saraha: Trata de probar a qué sabe la ausencia de saber.
En el silencio absoluto te conviertes en el centro mismo de tu ser. Para experimentar el silencio eterno tienes que entrar en tu más profunda soledad.
Osho