La infelicidad latente
Oponerse al ahora es una característica del ego. Esa oposición crea la negatividad de la cual se alimenta el ego, la infelicidad que tanto le gusta.
ECKHART TOLLE
EL EGO ES PATOLÓGICO
El ego crea separación y la separación crea sufrimiento.
Por consiguiente, es obvio que el ego es patológico. Aparte de las formas más claras de negatividad como la ira, el odio y demás, hay otras más sutiles, las cuales son tan comunes que por lo general no se las reconoce por lo que son. Entre ellas se cuentan la impaciencia, la irritación, el nerviosismo, el hastío, etcétera. Esas formas de negatividad son la infelicidad latente, estado interior en el cual suelen permanecer muchas personas. Es necesario estar supremamente conscientes y absolutamente presentes a fin de detectarlas. Siempre que lo hacemos así, tenemos un momento de despertar y se suspende la identificación con la mente.
El siguiente es uno de los estados negativos más comunes, el cual puede pasar desapercibido precisamente por ser tan común y normal. Seguramente usted estará familiarizado con él: ¿Suele usted experimentar una sensación de descontento que podría describir como un resentimiento latente?
Puede ser específico o inespecífico. Muchas personas pasan gran parte de sus vidas en ese estado. Se identifican hasta tal punto con él que no pueden tomar distancia para reconocerlo. Detrás de esa sensación hay ciertas creencias inconscientes, es decir, unos pensamientos. Sentimos esos pensamientos de la misma manera en que soñamos al dormir. En otras palabras, no sabemos que tenemos esos pensamientos, como tampoco el soñador sabe que sueña.
Los siguientes son algunos de los pensamientos inconscientes más comunes de los cuales se alimenta la sensación de descontento o de resentimiento latente. He eliminado el contenido de esos pensamientos para dejar solamente su estructura. De esa manera se aprecian más claramente. Siempre que haya infelicidad latente (o manifiesta) en su vida, vea cuáles de estos pensamientos son aplicables y proporcióneles contenido de acuerdo con su situación personal:
Algo debe suceder en mi vida para que yo pueda alcanzar la paz.
Y resiento que no haya sucedido todavía. Quizás con mi resentimiento logre que suceda finalmente.
Algo sucedió en el pasado que no debió suceder y lo resiento.
Si eso no hubiera sucedido, tendría paz ahora.
Me está sucediendo algo que no debería sucederme
y me está impidiendo tener paz.
Muchas veces, las creencias inconscientes apuntan a una persona, de manera que la palabra suceder se reemplaza por hacer.
Deberías hacer esto o aquello para que yo pueda tener paz.
Y resiento que no lo hayas hecho.
Quizás con mi resentimiento logre que lo hagas.
Algo que tú (o yo) hicimos, dijimos o dejamos de hacer en el pasado
me está impidiendo tener paz.
Lo que haces o no haces ahora me está impidiendo tener paz.
FELICIDAD
El Secreto de la Felicidad.
Todas las citas anteriores son supuestos que no se han examinado y que confundimos con la realidad. Son historias creadas por el ego para convencernos de que no podemos estar en paz en el presente y tampoco ser nosotros mismos. Estar en paz y ser quienes somos es lo mismo. El ego dice: quizás en un futuro podré tener paz si tal o cual cosa sucede o si obtengo aquello o me convierto en lo de más allá. También dice: no podré estar en paz jamás a causa de algo que sucedió en el pasado. En general, todo el mundo cuenta la misma historia, por qué no puedo tener paz ahora. El ego no sabe que nuestra única oportunidad para estar en paz es ahora. O quizás sí lo sabe pero teme que lo averigüemos. Después de todo, la paz representa la aniquilación del ego.
¿Cómo podemos alcanzar la paz ahora? Haciendo la paz con el momento presente. El momento presente es el campo en el cual transcurre el juego de la vida. No puede jugarse en ningún otro lugar. Una vez hecha la paz con el momento presente, podemos ver lo que sucede, lo que podemos hacer o lo que optamos por hacer, o más bien, lo que la vida hace a través de nosotros. Hay cuatro palabras en las cuales se encierra el secreto del arte de vivir, el secreto del éxito y la felicidad: uno con la vida. Ser uno con la vida significa ser Uno con el Ahora. Entonces nos damos cuenta de que no vivimos la vida, sino que ésta nos vive. La vida es la bailarina y nosotros somos la danza.
Al ego le encanta estar resentido con la realidad. ¿Qué es la realidad? Cualquier cosa que es. Buda la denominó tatata, el tal o cual dela vida, es decir, nada más que el tal o cual de este momento. Oponerse a ese tal o cual es una de las principales características del ego. Esa oposición crea la negatividad de la cual se alimenta el ego, la infelicidad que tanto le gusta. De esta manera sufrimos y hacemos sufrir a los demás sin siquiera saberlo, sin darnos cuenta de que estamos creando el infierno en la tierra. Crear sufrimiento sin reconocerlo es la esencia de la vida inconsciente y es estar completamente bajo el control del ego. La incapacidad del ego para reconocerse y ver lo que hace es verdaderamente aterradora e increíble. El ego hace exactamente lo que condena en los demás y ni siquiera se da cuenta. Cuando se lo señala, recurre a la negación, la ira, los argumentos y las justificaciones que distorsionan los hechos. Y todo el mundo lo hace, las personas, las empresas y los gobiernos. Cuando todo lo demás falla, el ego recurre a los gritos y hasta a la violencia física. ¡Que manden al ejército! Es entonces cuando reconocemos la sabiduría de las palabras de Jesús en la cruz: Perdónalos porque no saben lo que hacen.
Para poner fin a la desgracia que se ha cernido sobre la condición humana durante miles de años, debemos comenzar con nosotros mismos y asumir la responsabilidad por nuestro estado interior en todo momento. Eso significa que debe ser ahora mismo. Pregúntese si hay negatividad en su interior en este mismo momento. Entonces preste atención a sus pensamientos y también a sus emociones.
Esté alerta a esa infelicidad latente a la cual me referí anteriormente, en cualquiera de sus formas: descontento, nerviosismo, hastío, etcétera. Esté alerta a los pensamientos que aparentemente justifican o explican esa infelicidad pero que en realidad son los causantes de la misma. Tan pronto como tome conciencia de un estado negativo en su interior no piense que ha fallado. Significa que ha tenido éxito. Mientras no hay esa conciencia, prevalece la identificación con los estados interiores, y esa identificación es el ego. Con la conciencia se suspende la identificación con los pensamientos, las emociones y las reacciones. Este estado no debe confundirse con la negación. Al reconocerse los pensamientos, las emociones y las reacciones, se suspende automáticamente esa identificación. Entonces cambia nuestro sentido de lo que somos, nuestra sensación de ser: antes éramos pensamientos, emociones y reacciones; ahora somos conciencia, la Presencia consciente que observa esos estados.
LIBERACIÓN
Un día me liberaré del ego. ¿Quién habla? El ego.
Liberarse del ego realmente no representa un gran esfuerzo. Lo único que se necesita es tomar conciencia de los pensamientos y las emociones en el mismo momento en el que suceden. No se trata realmente de hacer, sino de ver. En ese sentido, es cierto que no hay nada que podamos hacer para liberarnos del ego. Cuando se produce el cambio de pasar de pensar a observar, entra a operar en nuestras vidas una inteligencia muy superior a la astucia del ego. Las emociones y hasta los pensamientos se despersonalizan a través de la conciencia. Reconocemos su naturaleza impersonal. Dejan de estar cargados del yo. Son solamente emociones y pensamientos humanos. Toda la historia personal, la cual no es más que un cuento, un paquete de pensamientos y emociones, pasa a ocupar un lugar secundario y deja de ocupar el primer lugar en la conciencia. Deja de ser la base de nuestro sentido de identidad. Pasamos a ser la luz de la Presencia, la conciencia profunda que antecede a los pensamientos y las emociones.
PRINCIPIOS DE LA FELICIDAD
SOLO TU
Nadie va a darme la felicidad, solo yo puedo conseguirla.
En este primer pensamiento, el ser humano toma la responsabilidad de su vida e inicia una búsqueda y un esfuerzo por encontrar eso que tanto busco.
INTERIORÍZATE
Yo soy un ser único en toda la tierra, nadie me comprende mejor que yo, y nadie sabe lo que yo necesito mejor que yo.
En este segundo principio se dan las bases para eliminar cualquier ofensa que las personas reciban de parte de otras; cualquier comentario que deprima a una persona podrá ser nulificado bajo este principio, ya que la persona reconoce que nadie puede opinar acerca de ella, puesto que nadie la conoce mejor que ella misma.
SIEMBRA Y COSECHA
Lo que recibo ahora es lo que sembré ayer, y lo que siembre ahora será lo que reciba mañana.
Este tercer principio permite al ser humano reconocer que los problemas actuales son resultado de acciones incorrectas del pasado, pero que, por lo mismo, el momento presente es el indicado para ir sembrando un futuro.
EL AHORA
Ni el pasado ni el futuro pueden lastimarme, solo el presente tiene valor en mi vida.
Entendiendo este cuarto principio, la persona le dará todo el valor que tiene su momento presente y le restará importancia a los hechos pasados que le causan remordimientos, y a los hechos futuros que le causan angustia.
DECISIONES
Solo yo decido lo que debo hacer en este momento.
Es decir, el ser humano entiende que las influencias ajenas son tan solo eso, influencias, y él es el único que puede decidir qué hacer en ese instante.
TU INTERIOR
Sólo en el amor y en la paz interior puedo tomar las decisiones correctas.
Es decir, si hemos de actuar en el tiempo presente, tendremos que hacerlo en paz y con amor, pues de esta manera, las acciones que tomemos estarán inspiradas en nuestra más alta capacidad tanto de servicio como de inteligencia.
LA UNIDAD
En mis decisiones tomaré siempre en cuenta el beneficio de los demás.
Es decir, tomaré aquellas decisiones que beneficien a la mayor cantidad de personas; de esta forma, mi vida se estará encaminando hacia la más alta gloria que es la de recibir la compensación por el servicio prestado a los demás.
EXPRESIONES
Mi cara es el reflejo de mi estado interior.
Es decir, cuidemos siempre el aspecto de nuestro rostro, adornémoslo siempre con la sonrisa, y que los ojos se encuentren siempre prestos a mandar una mirada de amor, porque de esta forma estaremos reflejando la serena armonía de quien ha aprendido a caminar en el sendero de la felicidad.
HERMANDAD
Soy una persona al servicio de la humanidad.
Es decir, todo lo que yo haga, todo lo que yo diga, todo lo que yo piense o sienta, servirá para gloria de la humanidad, o bien, para perdición de ella.
LA MISIÓN
Yo tengo una misión en la vida, ser feliz y hacer feliz a los demás.
Este último principio da sentido a nuestra existencia, y, a la vez, orienta nuestros esfuerzos hacia el beneficio de toda la humanidad.