FRASES MIGUEL DE CERVANTES

CITAS MIGUEL DE CERVANTES


Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.

La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose.

No busques en nidos de antaño, pájaros volando.

La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.

La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.

Por eso juzgo y discierno, por cosa cierta y notoria, que tiene el amor su gloria a las puertas del infierno.

La diligencia es la madre de la buena fortuna.

Las armas requieren espíritu como las letras.

Solo una cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia.

El que larga vida vive mucho mal ha de pasar.

Y no se burle nadie conmigo, porque o somos o no somos.

Oficio que no da de comer a su dueño, no vale dos habas.

Los males que no tienen fuerza para acabar la vida no la han de tener para acabar la paciencia.

No hubo abrazos, porque donde hay un gran amor a menudo hay poca representación.

El ingenio y el humor no residen en mentes lentas.

El amor es invisible y entra y sale por donde quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos.

Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.

En la lengua consisten los mayores daños de la vida humana.

Haz que tu negocio sea conocerte a ti mismo, que es la lección mas difícil del mundo.

La figura de la muerte, en cualquier traje que venga, es espantosa.

Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo: que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.

Las honestas palabras dan indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.

No desees y serás el hombre mas rico del mundo.

Bebe moderadamente, porque la embriaguez no guarda ningún secreto ni cumple una promesa.

Cada uno es como Dios lo hizo, y aun peor muchas veces.

El que lee mucho y anda mucho, va mucho y sabe mucho.

Nunca el consejo del pobre, por bueno que sea, es admitido.

Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus hechos.

Se lento con la lengua y rápido con el ojo.

Las tristezas no se hicieron para las bestias sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.

No hay en la tierra, conforme a mi parecer, contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida.

Ayer lloraba el que hoy ríe y hoy llora el que ayer rio.

Yo no soy bueno para palacio, porque tengo vergüenza y no se lisonjear.

Pudor es un encanto que duplica los encantos de la hermosura.

El hombre bien preparado para la lucha ya ha conseguido medio triunfo.

Mas quiero ser malo con esperanza de ser bueno, que ser bueno con el propósito de ser malo.

Porque las letras sin virtud son perlas en el muladar.

Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.

Las venganzas castigan, pero no quitan las culpas.

Quien canta, sus males espanta.

Esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo ciega, y así no ve lo que hace ni sabe a quien derriba.

Los satisfechos, los felices, no aman; se duermen en la costumbre.

Hasta en la muerte es todo vida.

Finalmente, por tan poco sueño y tanta lectura, su cerebro se seco y se fue completamente de su mente.

Puede haber amor sin celos, pero no sin temores.

El que no sabe gozar de la aventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.

El que no sabe gozar de la aventura cuando le viene, no se debe quejar si se le pasa.

Verdaderamente nací para ser un ejemplo de infortunio y un objetivo al que apuntan las flechas del adversario.

Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño esta en quien no la sabe.

El amor junta los cetros con los cayados; la grandeza con la bajeza; hace posible lo imposible; iguala diferentes estados y viene a ser poderoso como la muerte.

Entre los pecados mayores que los hombres comenten, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse: que de los desagradecidos esta lleno el infierno.

La culpa del asno no se la he de echar a la albarda.

La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.

Para dar y tener, seso es menester.

La verdad adelgaza, pero no quiebra.

Es mejor ser loado por unos pocos sabios, que por muchos necios.

No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de animo desmalazado.

Tal vez en la llaneza y en la humildad suelen esconderse los regocijos mas aventajados.

No seas ni siempre riguroso ni siempre blando y escoge entre estos dos extremos; que en ello esta el punto de la discreción.

En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos.

La verdad puede ser estirada, pero nunca se rompe, y siempre surge por encima de las mentiras, como el aceite flota sobre el agua.

Sigue mi consejo y vive por mucho, mucho tiempo. Porque lo mas loco que un hombre puede hacer en esta vida es dejarse morir.

Es querer atar las lenguas a los maldicientes lo mismo que querer poner puertas al campo.

Mas vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.

Mas vale un toma que dos te daré.

De las miserias suele ser alivio una compañía.

En el arte de la marinería mas sabe el mas simple marinero que el mayor letrado del mundo.

Parece, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas.

No ames lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser.

Ella pelea en mi y vence en mi, y yo vivo y respiro en ella, y tengo vida y ser.

Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.

Donde hay fuerza de hecho, se pierde cualquier derecho.

Para alcanzar lo imposible, uno debe intentar lo absurdo.

Promesas de enamorados, por la mayor parte son ligeras de prometer y muy pesadas de cumplir.

Se quien soy y quien puedo ser, si así lo elijo.

Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño esta en quien no sabe.

Una onza de buena fama vale mas que una libra de perlas.

Hacer bien a villanos es echar agua en el mar.

Aunque la traición aplace, el traidor aborrece.

Siendo la libertad la cosa mas amada, no solo de la gente de razón, mas aun de los animales que carecen de ella.

Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dadiva sino con el de la misericordia.

El único limite a tu propio éxito son la imaginación y el trabajo arduo.

Las heridas recibidas en la batalla otorgan honor, no se lo quitan.

No hay recuerdo que el tiempo no borre ni pena que la muerte no acabe.

Porque la esperanza siempre nace al mismo tiempo que el amor.

Dad crédito a las obras y no a las palabras.

Aun entre los demonios hay unos peores que otros, y entre muchos malos hombres suele haber alguno bueno.

Oh, Soledad, alegre compañía de los tristes.

Cada uno es artífice de su propia ventura.

Contra el callar no hay castigo ni respuesta.

¿Que locura o que desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?

Mas quiero ser malo con esperanza de ser bueno, que bueno con el propósito de ser malo.

El año que es abundante de poesía, suele serlo de hambre.

Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero.

Y la que es deseosa de ver, también tiene deseos de ser vista.

¿Que locura o desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?

La pluma es la lengua del alma; cuales fueron los conceptos que en ella se engendraron, tales serán sus escritos.

Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo.

El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.

Amistades que son ciertas nadie las puede turbar.

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