El Buda es la vía del guerrero: reagrupa el conjunto de artes marciales japonesas. El Buda ha profundizado de manera directa las relaciones existentes entre la ética, la religión y la filosofía.
El Buda es la vía del guerrero: reagrupa el conjunto de artes marciales japonesas. El Buda ha profundizado de manera directa las relaciones existentes entre la ética, la religión y la filosofía.
Todo el que quiera seguir el camino del guerrero ha de librarse de la compulsión de poseer cosas y de aferrarse a ellas.
El hombre corriente se preocupa demasiado por querer a otros o por ser querido por los demás. Un guerrero quiere; eso es todo. Quiere lo que se le antoja o a quien se le antoja, sin mas, porque si.
No hay vacío en la vida de un guerrero. Todo esta lleno a rebosar. Todo esta lleno a rebosar y todo es igual.
Para que un guerrero tenga éxito en cualquier empresa, el éxito debe llegar suavemente; con mucho esfuerzo, pero sin tensión ni obsesiones.
Un guerrero no necesita historia personal. Un día descubre que ya no le es necesaria, y la abandona.
Un guerrero debe aprender a hacer que cada acto cuente, pues va a estar aquí, en este mundo, tan solo un tiempo breve; de hecho, demasiado breve para ser testigo de todas las maravillas que existen.
Se escoge solo una vez. Elegimos ser guerreros o ser hombres corrientes. No existe una segunda oportunidad. No sobre esta Tierra.
A los guerreros les resulta mucho mas fácil salir adelante en condiciones de máxima tensión que ser impecables en circunstancias normales.
Cuando un guerrero aprende a parar su dialogo interno todo es posible; hasta los proyectos mas descabellados se vuelven factibles.
Un guerrero piensa en su muerte cuando las cosas pierden claridad. La idea de la muerte es lo único que templa nuestro espíritu.
Los guerreros siempre toman el primer suceso de una serie como el bosquejo o el mapa de lo que a continuación va a desplegarse ante ellos.
El arte del guerrero consiste en equilibrar el terror de ser un hombre con la maravilla de ser un hombre.
Un guerrero actúa como si supiera lo que hace, cuando en realidad no sabe nada.
Un guerrero vive de actuar, no de pensar en actuar ni de pensar que pensara cuando haya actuado.
Un guerrero muere difícilmente. Su muerte debe luchar para llevárselo. Un guerrero no se entrega a la muerte tan fácilmente.
Un guerrero no deja nada al azar. De hecho, influye en el resultado de los acontecimientos mediante la fuerza de su conciencia y de su intento inflexible.
La única libertad que tienen los guerreros es la de comportarse impecablemente. Pero la impecabilidad no es solo su única libertad, sino la única manera de enderezar la forma humana.
Un guerrero no tiene remordimientos por nada de lo que ha hecho, porque aislar los propios actos llamándolos mezquinos, feos o malos es darse a uno mismo una importancia injustificada.
El conocimiento es un asunto de lo mas peculiar, especialmente para un guerrero. El conocimiento, para un guerrero, es algo que, súbitamente, llega, lo envuelve y luego sigue de largo.
Las posibilidades del hombre son tan vastas y misteriosas que los guerreros, en vez de pensar en ellas, han optado por explorarlas sin esperanza de comprenderlas jamás.
El poder pone siempre al alcance del guerrero un centímetro cubico de suerte. El arte del guerrero consiste en ser permanentemente fluido para poderlo atrapar.
Una regla básica para el guerrero es que toma sus decisiones con tanto cuidado que nada de lo que pueda ocurrir como resultado es capaz de sorprenderlo; mucho menos, de menguar su poder.
Un hombre, cualquier hombre, merece cuanto les toca en suerte a los hombres: alegría, dolor, tristeza y lucha. No importa la naturaleza de sus actos, siempre y cuando actué como guerrero.
Todo el mundo dispone de suficiente poder personal para lograr algo. El truco del guerrero consiste en desviar su poder personal de su debilidad para emplearlo en su propósito de guerrero.
El chamanismo es un viaje de regreso. Un guerrero regresa victorioso al espíritu tras haber descendido al infierno. Y del infierno regresa con trofeos. La comprensión es uno de sus trofeos.
El arte de acechar es un conjunto de procedimientos y actitudes que permiten a un guerrero extraer lo mejor de cualquier situación concebible.
Los guerreros no ganan victorias golpeándose la cabeza contra los muros, sino rebasando los muros. Los guerreros saltan sobre los muros, no los derriban.
Lo recomendable para los guerreros es no tener cosas materiales en las que enfocar su poder, sino enfocarlo en el espíritu, en el verdadero vuelo a lo desconocido y no en trivialidades.
Los guerreros jamás pueden tender un puente para reunirse con la gente del mundo. Pero si la gente desea hacerlo, tiene que tender un puente para reunirse con los guerreros.
Hay montones de cosas que un guerrero puede hacer en un determinado momento y que no habría podido hacer años antes. Esas cosas no cambiaron; lo que cambio fue su idea de si mismo.
El camino del guerrero ofrece al hombre una vida nueva, y esa vida tiene que ser completamente nueva. No puede uno llevar a esa nueva vida sus viejas y malas costumbres.
Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a si mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital.
Un guerrero, primero debe saber que sus actos son inútiles y, a pesar de ello, proceder como si no lo supiera. ese es el desatino controlado del chaman.
Los guerreros encaran el tiempo que llega. Normalmente encaramos el tiempo que se aleja de nosotros; solo los guerreros pueden cambiar esta situación y encarar el tiempo a medida que avanza hacia ellos.
Todo lo que los guerreros hacen es consecuencia del desplazamiento de sus puntos de encaje, y tales desplazamientos están determinados por la cantidad de energía que los guerreros tienen a su disposición.
Un guerrero cazador trata íntimamente con su mundo y, sin embargo, es inaccesible para ese mismo mundo. Lo toca ligeramente, permanece el tiempo preciso y luego se aleja velozmente, sin apenas dejar rastro.
Un guerrero no esta nunca sitiado. Estar sitiado implica que uno tiene posesiones personales que defender. Un guerrero no tiene nada en el mundo salvo su impecabilidad, y la impecabilidad no puede ser amenazada.
Un guerrero acepta la responsabilidad de sus actos, hasta del mas trivial de sus actos. El hombre corriente actúa según sus pensamientos y nunca asume la responsabilidad por lo que hace.
La perdida de la forma humana es como una espiral. Le da a un guerrero la libertad de recordarse a si mismo como un conglomerado de campos de energía enderezados, lo que a su vez le hace aun mas libre.
Los guerreros tienen una sola cosa en mente: su libertad. Morir y ser devorado por el águila no representa ningún desafío. En cambio, escabullirse del águila y ser libres es la mayor de las audacias.
Un guerrero sabe que es solo un hombre. Su único pesar es que su vida es tan corta que no le permite asir todas las cosas que quisiera. Pero, para el, eso no es un problema; es solo una lastima.
Cuando un guerrero aprende a ver, ve que un hombre, ya sea mendigo o rey, es un huevo luminoso, y no hay manera de cambiar nada; o mejor dicho, ¿que podría cambiarse en ese huevo luminoso? ¿Que?
Somos hombres, y nuestro destino es aprender y ser arrojados a mundos nuevos e inconcebibles. Un guerrero que ve la energía sabe que no hay fin a los nuevos mundos que se abren a nuestra visión.
Un guerrero sabe que espera y sabe lo que espera; y mientras espera, deleita sus ojos en la contemplación del mundo. El logro definitivo de un guerrero es disfrutar con la alegría del infinito.
El primer principio del arte de acechar es que los guerreros eligen su campo de batalla. Un guerrero jamás entra en batalla sin conocer antes el entorno.
Un guerrero no tiene honor, ni dignidad, ni familia, ni nombre, ni patria; solo tiene vida por vivir y, en tales circunstancias, su único vinculo con sus semejantes es su desatino controlado.
El hombre corriente es consciente de todo solo cuando piensa que debería serlo; la condición de un guerrero, en cambio, es ser consciente de todo en todo momento.
La diferencia básica entre un hombre corriente y un guerrero es que para un guerrero todo es como un desafío, mientras que para un hombre corriente todo es como una bendición o una maldición.
El destino de un guerrero sigue un curso inalterable. El desafío consiste en cuan lejos puede llegar y cuan impecable puede ser dentro de esos rígidos confines.
El mundo de la gente tiene subidas y bajadas, y la gente sube y baja con su mundo; los guerreros no tienen por que seguir las subidas y bajadas de sus semejantes.
Un guerrero nunca se preocupa de su miedo. En vez de eso, ¡piensa en las maravillas de ver el flujo de la energía! El resto son adornos, adornos sin importancia.
Solo desde nuestro nivel Guerrero podremos domesticar nuestros miedos.
Algunos Guerreros aprenden a trabajar en espejo, no solo en sus combates... sino en reflejar aquello que su compañero no puede reconocer.
El guerrero aprende a meditar en cualquier batalla, evitando lo superfluo, y que las emociones le controlen.
Primera lección, sacar todo lo que no necesitas de tu cabeza. Primera acción de un guerrero consciente: no saber.
Un guerrero no renuncia a lo que ama, encuentra el amor en lo que hace.
Un guerrero actúa, solamente un tonto reacciona.
Mientras que los New Angers parecen enamorados de la luz, los guerreros se deben enfrentar a sus sombras; los New Angers creen en los ángeles; los guerreros luchan contra sus demonios; los New Angers parecen idealistas; los guerreros deben ser realistas.
Puedes elegir ser una victima u otra cosa que quieras ser. Un guerrero actúa. Solo un tonto reacciona.
Un Guerrero nunca deja de hacer lo que mas ama.
Ser guerrero no es ser perfecto o salir victorioso o ser invulnerable. El guerrero es totalmente frágil, es único coraje.
El guerrero no se rinde ante lo que le apasiona, encuentra el amor en lo que hace.
Cada que tiene su que. Cada acción tiene su precio y su placer. Al reconocer ambas partes un guerrero se hace realista y responsable de sus actos.
A un guerrero no le importa la perfección o la victoria, o la invulnerabilidad, le importa la invulnerabilidad absoluta.
Ser un guerrero no se trata de perfección, victoria o invulnerabilidad. Se trata de tener absoluta vulnerabilidad. Ese es verdaderamente tener valentía.
El amor es la espada de un guerrero. Dondequiera que corte, trae vida, no muerte.
Me hago llamar a mi mismo un guerrero pacifico, porque las batallas que libro son en el interior.
Como guerreros, nuestra alma saldrá fortalecida si aprendemos que para volver a amar tenemos que dejar ir.
Todo lo que los guerreros hacen es consecuencia del desplazamiento de sus puntos de encaje, y tales desplazamientos están determinados por la cantidad de energía que los guerreros tienen a su disposición.
La perdida de la forma humana es como una espiral. Le da a un guerrero la libertad de recordarse a si mismo como un conglomerado de campos de energía enderezados, lo que a su vez le hace aun mas libre.
Somos hombres, y nuestro destino es aprender y ser arrojados a mundos nuevos e inconcebibles. Un guerrero que ve la energía sabe que no hay fin a los nuevos mundos que se abren a nuestra visión.
Los verdaderos guerreros espirituales del Reino de Dios, toman el control sobre si mismos, es decir, ejercen un constante y continuo dominio propio.
El Buda es la vía del guerrero: reagrupa el conjunto de artes marciales japonesas. El Buda ha profundizado de manera directa las relaciones existentes entre la ética, la religión y la filosofía.
Un día brotara del cerebro de la ciencia una maquina que posea una fuerza tan temible y terrible, que incluso el hombre, el guerrero, ese que esta dispuesto a aguantar la muerte, dejara la guerra para siempre.
Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a si mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital.
El verdadero guerrero siempre cuenta con tres armas: la radiante espada de la pacificación; el espejo de la valentía, la amistad y la sabiduría; y la piedra preciosa de la iluminación.
Los dos guerreros mas poderosos son la paciencia y el tiempo.
Un hombre, cualquier hombre, merece cuanto les toca en suerte a los hombres: alegría, dolor, tristeza y lucha. No importa la naturaleza de sus actos, siempre y cuando actué como guerrero.
El poder pone siempre al alcance del guerrero un centímetro cubico de suerte. El arte del guerrero consiste en ser permanentemente fluido para poderlo atrapar.
Arroja fuera de ti los pensamientos que limitan y regresa a la verdadera vacuidad. Situate en el medio del gran vacío. Este es el secreto del camino del guerrero.
El hombre ha nacido para luchar, y es como se le define mejor diciendo que es un guerrero nato y que su vida desde el principio al fin no es sino una batalla.
Lo que mas le importa a un guerrero es ser impecable ante si mismo. Ser impecable significa vivir con precisión y con toda la atención conciente.
Pues el guerrero combate durante unas horas y la lucha de la vida con la muerte concluye muy pronto.
Su voto es mas difícil de cumplir que el del guerrero o el de la viuda que quiere reunirse con su esposo.
Los dos guerreros mas poderosos son la paciencia y el tiempo.
Por este motivo es tan importante que seamos impecables con nuestras palabras y que nos convirtamos en guerreros espirituales.
Las artes marciales son la forma de vida del guerrero. Especialmente los oficiales deberían practicar estas artes, y los soldados deben también conocer esta forma de vida.
Al distinguir las ventajas de las armas de los guerreros, descubrimos que, cualquiera que sea el arma, existe un momento y una situación en la que esta es apropiada.
Esto es algo imperativo para los guerreros; ignorar la maestría de las armas y la comprensión de las ventajas especificas de cada una de ellas seria indicar una falta de cultura de un miembro de una casa guerrera.
Aunque sean torpes en ellas, los guerreros deben fortalecer personalmente sus propias artes marciales tanto como puedan sus propias circunstancias.
Día tras día adiestrate a ti mismo, refinando tu técnica: ¡ usa el Uno para atacar lo Múltiple! Esa es la disciplina del guerrero.
Alberga y refina el espíritu del guerrero mientras prestas tu servicio en el mundo; ilumina el sendero de acuerdo a tu luz interior.
El camino del guerrero no se puede abarcar con palabras o por carta.
En el momento en que un guerrero confronta al enemigo, todas las cosas caen bajo el foco de su mirada.
En el Arte de la Paz no hay contiendas. El verdadero guerrero es invencible porque no lucha con nadie. Vencer significa derrotar la idea de disputa que albergamos en nuestra mente.
El sendero de la paz es extremadamente vasto: refleja el propósito de ambos mundos, el manifiesto y el oculto. El guerrero es el templo viviente de lo divino, el que esta al servicio de ese propósito.
El verdadero guerrero siempre cuenta con tres armas: la radiante espada de la pacificación; el espejo de la valentía, la amistad y la sabiduría; y la piedra preciosa de la iluminación.
Arroja fuera de ti los pensamientos que limitan y regresa a la verdadera vacuidad. Situate en el medio del gran vacío. Este es el secreto del camino del guerrero.
Cuando la vida es victoriosa, hay nacimiento; cuando impedida, hay muerte. El guerrero esta permanentemente dedicado a una lucha de vida o muerte por la paz.
Un guerrero de la luz usa la soledad, pero no es usado por ella.
El guerrero es transparente en sus acciones y secreto en sus planes.
Sabía usted qué en la antigüedad, leer y escribir eran cualidades propias de los sacerdotes solamente. Si un guerrero sabia leer, sus pares llegaban a dudar de su virilidad.
El viejo gran samurái que se dedicaba a enseñar a jóvenes, derroto con sabiduría a un joven guerrero que lo desafío para demostrar su gran destreza.
El guerrero mas sabio evita la confrontación.
Los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar.
El Buda es la vía del guerrero: reagrupa el conjunto de artes marciales japonesas. El Buda ha profundizado de manera directa las relaciones existentes entre la ética, la religión y la filosofía.
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