Etapas de la vida según Jung

La «religión teológica» no podía servirme para nada, pues no correspondía a mi experiencia sincera de Dios. Sin esperanza de saber, exigía creer.

CARL GUSTAV JUNG

CARL GUSTAV JUNG

1875 - 1961

La religión teológica no podía servirme para nada, pues no correspondía a mi experiencia de Dios. Sin esperanza de saber, exigía creer. Esto lo había intentado mi padre con grandes dificultades y había fracasado en ello. Mal podía mi padre defenderse contra el ridículo materialismo del psiquiatra. ¡Esto era también algo que debía creerse exactamente como la teología! Yo estaba más seguro que nunca que a ambas les faltaba tanto la crítica del conocimiento como la experiencia. Carl Gustav Jung

EL HOMBRE Y SUS SÍMBOLOS

Acerca de los arquetipos, el psicólogo suizo Carl Gustav Jung dice en su libro.

El arquetipo es una tendencia a formar tales representaciones de un motivo –representaciones que pueden variar mucho en el detalle sin perder un patrón básico… Son de hecho una tendencia instintiva (…) Es esencial insistir que no son meros conceptos filosóficos. Son pedazos de la vida misma –imágenes que están integralmente conectadas al individuo a través del puente de las emociones–. No se trata, pues, de representaciones heredadas, sino de posibilidades heredadas de representaciones. Tampoco son herencias individuales, sino, en lo esencial, generales, como se puede comprobar por ser los arquetipos un fenómeno universal.

El animus es el aspecto masculino del alma o del ser --que se manifiesta en lo femenino-- a través del cual nos comunicamos con el inconsciente colectivo o el Anima Mundi.. También es, supuestamente, el responsable de la vida amorosa para las mujeres. En este caso se utilizan héroes masculinos para la seducción del espíritu --pero es importante recordar que en la alquimia el ser es fundamentalmente andrógino, por lo que todos participamos en lo femenino y en lo masculino

4 ETAPAS ESENCIALES DEL ANIMUS

Hércules, Apolo, Sacerdote y Hermes.

  1. Hércules o el Atleta
    En esta etapa estamos principalmente preocupados por nuestra apariencia, por la forma en que nuestro cuerpo se ve. Durante esta etapa podríamos permanecer horas mirándonos y admirando nuestro reflejo en el espejo. En esta etapa nuestro cuerpo y aspecto son la cosa más importante para nosotros, nada más.

  2. Apolo o el Guerrero
    Durante esta etapa nuestra principal preocupación es salir y conquistar el mundo, hacerlo lo mejor posible, ser el mejor y conseguir lo mejor, para hacer lo que hacen los guerreros y actuar como los guerreros actúan. Esta es una etapa en la que pensamos continuamente maneras de conseguir más de todos los demás, una etapa de comparación, de derrotar a los que nos rodean para poder sentirnos mejor porque hemos logrado más, porque somos los guerreros, los valientes.

  3. Sacerdote o la Declaración
    En esta etapa te das cuenta de que lo que has logrado hasta ahora no es suficiente para que puedas sentirte realizado y feliz, ahora estás buscando maneras de hacer una diferencia en el mundo, maneras de servir a los que están a tu alrededor. En esta etapa estás preocupado por la manera de empezar a dar. El dinero, el poder, las posesiones, etc., seguirán apareciendo en tu vida pero ya no les otorgarás el mismo valor que antes, ya no estarás apegado a esas cosas porque te encontrarás en otra etapa de tu vida, donde se sabe que hay más en la vida que lo material.

    Estarás buscando maneras de dejar de pensar solo en ti mismo, maneras de recibir y empezar a centrarse en vivir una vida de servicio. Todo lo que quieres hacer en esta etapa es dar. Ya sabes que dar es recibir y es hora de que dejes de ser egoísta, egocéntrico y ególatra y pienses en maneras de ayudar a los necesitados, para dejar este mundo mejor de lo que era cuando llegaste.

  4. Hermes o el escenario del Espíritu
    Según Jung, esta será la última etapa del animus, una etapa en la que nos damos cuenta de que ninguna de estas etapas son realmente quién o qué somos. Nos damos cuenta de que somos más que nuestro cuerpo, somos más que nuestras posesiones, más que nuestros amigos, nuestro país y así sucesivamente. Llegamos a la conclusión de que somos seres divinos, seres espirituales teniendo una experiencia humana y no seres humanos teniendo una experiencia espiritual.

Ahora somos capaces de observarnos a nosotros mismos desde una perspectiva diferente. Ahora somos capaces de salir de nuestra propia mente, fuera de nuestro propio cuerpo y entender lo que realmente somos, para ver las cosas como son. Nos convertimos en el observadores de nuestras vidas.