La culpa del sistema

Quien mira hacia fuera sueña, quien mira hacia dentro despierta. La realidad está en el corazón, la fantasía en la cabeza. Gran paso hacia la verdad.

CARL GUSTAV JUNG

El paso hacia la verdad

Quien mira hacia fuera sueña, quien mira hacia dentro despierta.
La realidad está en el corazón, la fantasía en la cabeza.

Dejar de mirar hacia fuera y volverse hacia dentro es un gran paso hacia la verdad. Echarle la culpa de todos nuestros males a la cultura, a la sociedad, al gobierno, a la familia es una pose muy cómoda. Y esto no es otra cosa que depositar una imposibilidad que está dentro de uno mismo en el sistema del que uno es parte. Ese sistema que supuestamente nos inmoviliza, que no nos deja caminar, avanzar, crear, crecer, ser.

La propuesta no es taparse los ojos y salir violentamente a romper con todo, sino todo lo contrario. Para que se produzca un pequeño o gran movimiento, habrá que aceptar que el afuera no va a cambiar. Habrá que aceptar que yo soy y he sido parte de ese sistema interno, pasiva o activamente, no haciendo nada o solo quejándome.

La libertad empieza por reconocer los límites que impone el programa que tiene configurada nuestra cabeza. Habrá que desprogramarse, habrá que limpiar la suciedad que trae consigo nuestra mente, habrá que pedir ayuda si es necesario para realizar ese trabajo de encontrarse con quien uno verdaderamente es.

Para despertar y dejar de soñar, habrá que reconocer que la verdad está dentro. Uno no es quien le dijeron sus padres, amigos, la religión o los medios de comunicación. Y aquí está la trampa de la cual cuesta tanto salir. La razón, los mandatos, el deber ser, le dirán a mi cabeza qué es lo que está bien o qué es aceptado para mi vida. Eso es vivir una constante fantasía. El corazón, el sentir, la emoción, no impone ni dictamina, es pura libertad, pura verdad. Eso es vivir en una constante realidad.

La Sabiduría de los Sueños

La Sabiduría de los Sueños, magnífico documental producido y dirigido por Stephen Segaller en el año 1989 sobre la vida y la obra de Carl Gustav Jung. Recoge diversos testimonios de estrechos colaboradores, analistas de la época tanto ajenos a él como formados por él mismo, pacientes tratados o incluso de algunos de sus familiares.

Jung, junto con su compatriota Alfred Adler estuvieron ligados, en sus inicios, a las doctrinas de Freud siendo ambos colaboradores de este último. Sin embargo, pronto se desmarcaron del psicoanálisisfreudiano y Jung terminó por fundar su propia escuela de análisis clínico: La Psicología Analítica.

Simbología

Según Jung, los sueños son un elemento fundamental del subconsciente para, por un lado, reparar los desequilibrios mentales producidos por las vivencias cotidianas, restaurando el equilibrio psicológico del individuo; y por otro, proporcionar una función prospectiva del futuro, tanto en el sentido evolutivo de la conciencia de la propia persona, como un sexto sentido añadido intuitivo sobre acontecimientos futuros, una percepción clarividente.

El velo simbólico que recubre los sueños no es más que el lenguaje natural con el que se comunica el subconsciente. Éste conversa con nuestro consciente mediante símbolos que representan una propuesta de resolución de un conflicto, como método de asistencia para que la mente llegue a discernir el origen de su aflicción, adquirir puntos de vista alternativos que ayuden a complementar la visión acotada y parcial del entorno que alimenta los prejuicios y la inestabilidad emocional. El principal cometido de los sueños es tratar de sanar mentalmente la mente consciente de la persona, restableciendo su equilibrio psicológico además de las deficiencias de su personalidad maltrecha.

Inconsciente colectivo

Jung otorga un valor inherente al propio sueño, un mensaje con contenido propio. Le fascinaba sobre todo la Universalidadde los contenidos oníricos de carácter global, independientemente de su localización, e introduce el concepto de inconsciente colectivo. Sus numerosos viajes por culturas antiguas donde estudió sus religiones, sus mitologías, sus leyendas desvelan patrones simbólicos comunes a todas las civilizaciones humanas, denominadosarquetipos, y así, cada individuo, por transferencia genética, contrae una parte del inconsciente que es común a toda la humanidad.

Estos arquetipos son composiciones recurrentes de nuestra psique que determinan como pensamos, como sentimos, como percibimos e incluso como imaginamos. Son los repositorios que proporcionan los modelos de comportamiento de respuesta de actuación a las situaciones cotidianas humanas, como puedan ser los vínculos padre-madre-hijo, el amor y el odio, los miedos, la envidia, el deseo etc. Se trata de una colección de símbolos e imágenes colectivas y arcaicas producidas por hombres y mujeres de lugares y tiempos dispares, remotos, que detallan experiencias de sus vidas que han sido codificadas y traspasadas a las generaciones venideras, almacenes de experiencias pasadas que van transfiriéndose entre progenies.