La verdad relativa de Einstein
Cuento zen con moraleja
A niveles espirituales la verdad es una; no puede ser de otra forma porque la existencia es un universo. Es una unión. Lo que llamamos Verdad, Tao o Dios.
Cuento zen sobre la verdad relativa
La teoría de la relatividad se remonta siglos atrás, más fue Einstein de 1907 a 1918 quien le proporcionó el empuje definitivo.
Algunos físicos se mofan de que son los únicos que pueden entenderla; su pedantería no es más que la incapacidad de explicarla con argumentos prácticos.
Cualquier teoría que choque contra el sentido común es porque no se ha sabido explicar bien o es falsa. Según Eddington… la relatividad solo la entendería él y Einstein, y preguntó cuál sería el tercero.
Ya lo encontramos:
TÚ, respetado lector, en 5 minutos entenderás la gran teoría de la relatividad del gran sabio y científico Albert Einstein:
Pedro el ingenuo caminaba por su barrio y le preguntó a una dama:
¿Cuál es la acera del frente?
La dama le contestó: es aquella que está al otro lado de la calle.
Pedro, confundido, le insistió: me engañaron porque allá me dijeron que la acera del frente era esta.
¿Crees tú que alguien engañó a Pedro?
¡Ninguno! Ocurre que diferentes observadores ubicados en sitios diferentes ven las cosas en forma relativa.
MORALEJA
En los mundos relativos todos pueden tener su propia verdad.
Pero a niveles espirituales la verdad es una; no puede ser de otra forma porque la existencia es un universo, no son varios universos. Es uno. Es un aglutinamiento. Es una unión. Es un cosmos. Aquello que aglutina al universo es lo que llamamos Verdad, o Tao, o Dios. El Tao no es una persona; tampoco es Dios una persona, sino la unión que lo recorre todo, como un hilo a través de una guirnalda. El universo no es un montón de cosas separadas, y una especie de hilo lo mantiene unido… No se está deshaciendo. A eso que lo mantiene unido es lo que llamamos Dios, Tao o Verdad.
Lo relativo es una experiencia, y es totalmente subjetiva. No puede hacerse objetiva.
Por eso, si insisten en llamar verdad a los hechos, tenemos que decirlo de esta forma: las verdades objetivas son relativas y la verdad subjetiva es siempre definitiva. Pero para no mezclar las cosas, los místicos le han llamado verdad última.
Toda verdad es definitiva. Pero hay verdades científicas que solo son hechos. Por ejemplo: si estás sentado sobre una estufa caliente, la experiencia de que el tiempo pasa muy lentamente es un hecho de tu psicología; no tiene nada que ver con el tiempo. Pero nadie le dijo esto a Albert Einstein. Cuando estás sentado con tu novia y el tiempo pasa deprisa, eso tampoco tiene nada que ver con el tiempo; tiene que ver con tu mente.
El tiempo sigue siendo el mismo; es tu mente, tu concepto de tiempo lo que es relativo.
«Lo último o definitivo» y «la verdad» significan lo mismo. Puedes usar cualquier de estos dos términos, pero usar ambos es una repetición innecesaria.
La vida no es matemática; no es lógica, no es ciencia. Es algo más, y ese algo más es lo más valioso.