La iluminación espiritual

La pasión por la verdad

Cuento Zen (449)

Un joven sentía una obsesiva pasión por la verdad, de modo que, abandonando a su familia y a sus amigos, se marchó en su búsqueda. Viajó por infinidad de países, navegó por muchos mares, subió innumerables montañas. En suma, pasó todo tipo de dificultades y sufrimientos.

Un día, al despertar, se encontró con que tenía setenta y cinco años y aún no había descubierto la verdad que con tanta pasión había buscado. Entonces, lleno de tristeza, decidió renunciar a dicha búsqueda y regresar a su casa.

El viaje de vuelta le llevó varios meses, porque ya era bastante viejo. Al llegar a su casa, abrió la puerta y descubrió que la verdad había estado esperándole allí pacientemente durante todos aquellos años.

MORALEJA

La pasión es una especie de fiebre, es un temblor de tu ser, significa que no estás contento con lo que eres, que te gustaría algo más, que quieres algo más, que te gustaría una pauta de vida distinta y crees que así estarías feliz y estarías satisfecho.

Una mente llena de pasión es una mente llena de descontento con el presente. Una mente con pasión, espera, desea, pero nunca vive, dice que mañana, siempre mañana, nunca aquí y ahora. Una mente llena de pasiones siempre pasa por alto la verdad que se manifiesta en el presente, no da nunca en el clavo de la realidad, no puede reflejar lo que es, no puede reflejar la verdad, no puede reflejar lo real que le rodea, simplemente porque nunca está aquí.

Observa tu mente, siempre que aparece un deseo, te extravías en el pasado o en el futuro, pero no eres capaz de ser consciente de esto. Sin embargo, no puedes estar en el pasado, porque el pasado ya no está, ya no existe, o bien en el futuro, lo cual también es imposible, porque todavía no es. ¿Cómo puedes vivir en una casa que todavía no existe? Pero eso es lo que haces. Una mente repleta de pasión es un mecanismo distorsionador, todo lo que ves, lo ves a través de cristales distorsionados, si no, fíjate en los políticos o de los que viven de la política, siempre han sido un desastre para las democracias, sus pasiones nunca los dejan ver las verdaderas realidades, siempre están reaccionando, debido a su complejo de inferioridad, para criticar de mala fe o alcanzar alguna función pública que alimente su vanidad y su ego.

Tanto vivir en los recuerdos como vivir en la imaginación, es el camino de la pasión. La pasión es un titubeo a la derecha o a la izquierda, nunca está en él medio, y él medio es la verdad, él presente es la verdad, la puerta a la realidad.

Una mente sin pensamiento, deseo o pasión es tranquila, serena como un lago. Todo en ella se refleja tal cual es. Cuando desaparecen las pasiones personales, todo comienza a ordenarse, se integra. Y cuando el reflejo es de una claridad perfecta, te liberas, solo estás en este momento, absolutamente aquí y ahora, donde solo puede hallarse la verdad y encontrar una enorme satisfacción que no la encontrabas cuando tu mente estaba apasionada.