El hombre sin orejas
Cuento zen con moraleja
No te burles de nadie y tu vida se vuelve belleza, una belleza que no es la del cuerpo, sino la que se irradia desde dentro, la belleza de tu consciencia.
Cuento zen sobre la belleza interior
Lamentablemente, Jorge había nacido sin orejas.
Jorge aunque había tenido mucho éxito en los negocios, ese problema le molestaba muchísimo. Un día, necesitaba contratar un nuevo monitor para uno de sus gimnasios. Tenía tres personas para entrevistar.
El primero estaba muy bien. Conocía todo lo necesario para desempeñar su trabajo y era una persona muy agradable. Al final de la entrevista, Jorge le pregunto:
¿Ha notado usted algo especial en mi persona?
Oh si, Claro. No pude evitar fijarme en que usted no tiene orejas, fue la respuesta. A Jorge no le gusto en absoluto esa demostración de franqueza, y echo al candidato de su gimnasio.
La segunda entrevista era con una mujer, que resulto ser mucho mejor que el primer candidato. Jorge le hizo la misma pregunta:
¿Qué ve usted de diferente en mí?
Bueno, contesto ella, tartamudeando, a usted le... faltan las orejas. Jorge se mosqueó mucho y la sacó de su gimnasio entre gritos y empujones.
El tercero y último de los entrevistados era el mejor. Se trataba de un joven tremendamente amable y con el físico de un Mr. Olimpia. Además, era muy inteligente. En definitiva, tenía excelente presencia y parecía ser el idóneo para el puesto. Jorge estaba ansioso, y decidió igualmente hacerle la misma pregunta:
¿Tengo algo de diferente respecto a los demás?
Para sorpresa de Jorge, el joven le contesto: Por supuesto que sí. Usted usa lentes de contacto, ¿verdad? Jorge quedó asombrado y se dio cuenta de que estaba frente a una persona increíblemente observadora. ¿Cómo pudo usted saberlo?, le preguntó.
El joven le contestó... entre carcajadas:
Obvio... ¿Dónde carajo te vas a colgar las gafas si no tienes orejas?
MORALEJA
Simplemente, sé un poco inteligente, evita la burla.
Solo un poco inteligente. El mundo no es inteligente. Está funcionando de una forma muy poco inteligente y crea toda clase de miserias para todos, en vez de ayudarles a ser más felices. Todo el mundo se burla de los demás, arrastrándose los unos a los otros hacia una oscuridad más profunda, hacia un lodo más profundo, hacia problemas más profundos. Parece que en este mundo la gente disfruta solo de una cosa: de crear desdicha a los demás, por eso hay tal nube de oscuridad rodeando la Tierra. Si no, esto sería un continuo festival de luces; y no de luces ordinarias, sino de las luces de tu mismo ser.
Las burlas, son errores, y los errores son una forma de aprender, sin embargo, es una insensatez volver a cometer el mismo error. Si ya han aprendido, insistir en el error, es simplemente insensato y destructivo. El error repetido destruye a quien lo comete, destruye a los otros, y además, no deja nada.
La burla nos empequeñece en lugar de hacernos crecer. Si aman y son amables sentirán que fluyen y flotan cada vez más alto, pesarán menos. Por consiguiente, aprendan que el amor da alas para volar, mientras que la burla y otros errores son tan pesados que los mantendrán anclados en el suelo.
No te burles y toda tu vida se vuelve belleza, una belleza que no es la del cuerpo, sino la que se irradia desde dentro, la belleza de tu consciencia.